COP29: avances globales y el liderazgo de Chile en justicia climática con enfoque de género

El reciente cierre de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), celebrada en Bakú, Azerbaiyán, dejó en evidencia los complejos desafíos que enfrentamos para frenar el incremento de gases de efecto invernadero y abordar los impactos del cambio climático. Aunque se logró un acuerdo sobre financiamiento climático para los países en desarrollo, el resultado estuvo lejos de cumplir con las expectativas iniciales.

Uno de los debates más difíciles fue la integración del enfoque de género en la acción climática. Lograr consenso en estos temas es crucial, ya que cualquier falta de resolución puede poner en riesgo avances esenciales en equidad de género y justicia climática. A pesar de la resistencia de países como Arabia Saudita, Singapur y el Vaticano, se renovó el Programa de Trabajo de Género por 10 años y se acordó un nuevo Plan de Acción de Género a desarrollar desde el 2025, con compromisos para monitorear progresos e impulsar financiamiento climático con sensibilidad de género.

Chile, en este contexto, ha mostrado un liderazgo notable. La Ley Marco de Cambio Climático posiciona el enfoque de género y la justicia climática como principios clave, priorizando a los sectores y comunidades más vulnerables. Además, el trabajo conjunto de los ministerios del Medio Ambiente y de la Mujer y Equidad de Género ha fortalecido la institucionalidad climática con iniciativas como la Mesa de Género y Cambio Climático, activa desde 2020, que reúne a organismos gubernamentales e internacionales.

Para la FAO, el enfoque de género en la acción climática es fundamental. Las mujeres y niñas, especialmente en territorios rurales e indígenas, enfrentan desproporcionadamente los impactos del cambio climático, ya que su sustento suele depender mayormente de los recursos naturales de su entorno. A la vez son agentes fundamentales para la adaptación y resiliencia climática. Por ello, es esencial impulsar iniciativas que mejoren su calidad de vida y promuevan la justicia climática.

En Chile, la FAO, con apoyo financiero del Fondo Verde del Clima, colabora estrechamente con el Estado, para fortalecer capacidades de adaptación y mitigación climática con enfoque de género. Este trabajo incluye la actualización del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y del Plan sectorial de Biodiversidad, así como la elaboración del primer Plan sectorial de Recursos Hídricos y de Planes regionales para Maule y Biobío. Estos instrumentos integran el enfoque de género, la participación de pueblos indígenas y un análisis interseccional, todo mediante procesos participativos, consultas ciudadanas y diagnósticos técnicos que abordan las diversas vulnerabilidades y capacidades de resiliencia.

Además, desde el Estado se han desarrollado actividades clave como sesiones con la Mesa de Género y Cambio Climático, que promueven el diálogo interinstitucional entre ministerios y entidades gubernamentales. Este espacio, en el que ha colaborado la FAO, ha generado recomendaciones y compromisos concretos para incorporar el enfoque de género e interseccional en los planes sectoriales y regionales. Uno de los productos de esta iniciativa fue la lista de chequeo para facilitar incorporación del enfoque de género en los instrumentos de cambio climático, la que quedó consolidada en la Guía para la Construcción de soluciones de adaptación con enfoque de género, que pronto será publicada.

En el caso del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, se logró integrar de manera transversal un enfoque de género interseccional, respaldado por análisis de género, guías técnicas y herramientas específicas para priorizar medidas de adaptación inclusivas. El proceso participativo incluyó a más de 2.000 personas, de las cuales el 57% fueron mujeres, y resultó en la adopción de acciones concretas para reducir las brechas de género y la vulnerabilidad de los grupos más afectados por el cambio climático.

Entre las medidas incorporadas se destacan la identificación de riesgos e impactos diferenciados, el fortalecimiento de capacidades y liderazgo de mujeres y pueblos indígenas en la acción climática, y la promoción de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) con enfoques de género e interculturales y valorizar el conocimiento de mujeres, pueblos indígenas y comunidades locales sobre biodiversidad y medio ambiente. Estas acciones cuentan con metas, indicadores y recursos destinados a garantizar un avance progresivo hacia la justicia climática.

Con estos avances, Chile se posiciona como líder global en la integración del enfoque de género en la acción climática, adoptando compromisos concretos para reducir desigualdades estructurales y mejorar la resiliencia de los grupos más vulnerables. Esto demuestra que el multilateralismo y la cooperación siguen siendo herramientas esenciales para enfrentar los desafíos globales. De cara a 2025, en la llamada COP del Cambio, será crucial que los acuerdos reflejen la justicia climática como un imperativo ineludible.