Colau reclama al Govern que cobre un impuesto a los grandes barcos

Los concejales y empleados del Ayuntamiento no cogerán vuelos de menos de mil kilómetros si se pueden hacer en menos de siete horas en tren

Barcelona -
Un crucero en el puerto de Barcelona, en una foto de archivo.JUAN BARBOSA

El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asegura que el puerto y el aeropuerto emiten cuatro veces más gases de efecto invernadero que el conjunto de movilidad de la ciudad. Y aunque reconoce que el Ayuntamiento no tiene competencias sobre su actividad, asegura que “no pueden no hacer nada” ante la emergencia climática. Por ello este martes lanzó propuestas concretas: como que la Generalitat cobre el impuesto a lo...

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El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asegura que el puerto y el aeropuerto emiten cuatro veces más gases de efecto invernadero que el conjunto de movilidad de la ciudad. Y aunque reconoce que el Ayuntamiento no tiene competencias sobre su actividad, asegura que “no pueden no hacer nada” ante la emergencia climática. Por ello este martes lanzó propuestas concretas: como que la Generalitat cobre el impuesto a los grandes barcos que está previsto en la Ley del Cambio Climático, y que el aeropuerto revise su proyecto de ampliación.

En vísperas a la declaración, este miércoles, de la emergencia climática, la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, y el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, presentaron un estudio de Barcelona Regional sobre el puerto y el aeropuerto y, a continuación, su batería de reclamaciones para que actúen. El informe asegura que las emisiones de gases de efecto invernadero del puerto y el aeropuerto multiplican por cuatro las del resto de movilidad de la ciudad: 7,6 millones de toneladas de CO2 el aeropuerto y 5,3 millones el puerto, contra los 3,4 millones de toda la movilidad de la ciudad.

“No son infraestructuras competencia del Ayuntamiento, pero no pueden quedar al margen de la declaración de emergencia climática, no pueden no hacer nada”, defendió la teniente de alcalde. Badia apuntó sobre el impacto de la actividad de estas infraestructuras en la ciudad, que son responsables del 7,5% de las emisiones de dióxido de nitrógeno y de entre el 9% y el 12% de las de partículas en suspensión.

En el apartado de exigencias a estas dos infraestructuras, en algunos casos son cuestiones que llevan meses repitiendo, como eliminar los vuelos de menos de mil kilómetros que tienen alternativa en tren, una cuestión que no depende del aeropuerto sino del reparto de slots entre aerolíneas y de sus políticas comerciales, señalan fuentes de Aena, el gestor público de los aeropuertos. En otros casos, son actuaciones que el puerto y el aeropuerto ya tienen previstas (como la electrificación o la generación de energía solar). Y en otras, las peticiones entraron más al detalle.

En el caso del puerto, reclamaron a la Generalitat que comience a cobrar el impuesto a los grandes barcos previsto en la Ley de Cambio Climático. Un tributo, respondió el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, cuyo reglamento se trabajará durante este año para poderlo cobrar en 2021.

Y sobre el aeropuerto, y en la línea ya expresada de cuestionar su crecimiento previsto, la petición concreta es que se revise el plan de impacto ambiental de su plan director, porque es de 1999. En síntesis, la petición viene a ser que se revisen los planes de crecimiento, un aspecto que la alcaldesa ya manifestó en verano pasado Colau cuando habló de poner “límites” al crecimiento de grandes infraestructuras.

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La alcaldesa y Aena

Fuentes de Aena respondieron que “tal y como se ha anunciado, se trabaja con todas las instituciones para estudiar el futuro del aeropuerto y se analizarán las alternativas más sostenibles para el medioambiente”. Las mismas fuentes aseguran que “el diálogo de Aena con el Ayuntamiento es fluido” y que hace pocas semanas el presidente Maurici Lucena se reunió con la alcaldesa. Además, apuntan que el aeropuerto está dispuesto a participar en la Mesa por la Emergencia Climática.

Mientras, Sanz anunció que la alcaldesa, los concejales y los empleados municipales no utilizarán el avión para trayectos de menos de mil kilómetros si tienen alternativa en tren con una duración inferior a siete horas. “Queremos ser ejemplares y animamos a otras administraciones o empresas a hacer lo mismo”, dijo y aseguró que en la mayoría de casos los concejales y empleados municipales ya emplean el tren en destinos como Madrid, Sevilla, Bilbao o París. “El tren no contamina y no financiaremos vuelos que tienen alternativa ferroviaria ágil y eficaz”, insistió. El concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, afirmó que “el vuelo Barcelona-Madrid es 12 veces más contaminante que el tren”.

El tributo a las emisiones del despegue de los aviones recauda 4,2 millones

La Generalitat comenzó a cobrar en 2016 el impuesto a la aviación, que grava la emisión de óxidos de nitrógeno a la atmósfera producida durante el despegue y aterrizaje de aviones comerciales. En 2017 recaudó 3,1 millones de euros, que en 2018 se elevaron a 4,2 millones. El impuesto a los aviones formó parte de un paquete de fiscalidad ambiental que también contemplaba gravar la producción eléctrica termonuclear y las emisiones industriales.

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