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Las pymes, atrapadas en el laberinto que conduce a la digitalización

El 34% de las pequeñas y medianas empresas no tiene previsto invertir en digitalización, al menos en los próximos tres años. La pregunta es sencilla: ¿Cómo puede prosperar un país en un mundo que se halla en la cuarta revolución industrial (la de la digitalización) si la mayoría de sus empresas ni pueden ni saben cómo salir de ese laberinto?

España ocupa el decimotercer puesto de la Unión Europea en integración de las tecnologías digitales.
España ocupa el decimotercer puesto de la Unión Europea en integración de las tecnologías digitales.Just_Super (Getty Images)

Apenas conocen los mecanismos que les pueden llevar a digitalizar sus negocios, no tienen personal capacitado en las tecnologías que podrían aplicar, encuentran obstáculos para acceder a créditos o préstamos bancarios y muy pocas tienen los recursos necesarios para vender sus productos por Internet. Este es el escenario en el que se encuentran la mayoría de las pequeñas y medianas empresas españolas, las que tienen entre 0 y 249 empleados. Así lo reflejó el último informe que analiza en profundidad esta cuestión, titulado Digitalización de las pymes españolas, y publicado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) el pasado mes de diciembre, con apoyo de COTEC España y Oliver Wyman. Tomemos este punto de partida para analizar la situación.

Para que cambien las cosas, los principales problemas son que “buena parte de las pymes presenta un perfil bajo de procesos y de gestión en digitalización”, explica Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas, think tank dedicado a la investigación económica y social. “Muchas de ellas arrastran una herencia en la que la tecnología no ha sido lo importante, ni siquiera a escala de gestión y en eficiencia operativa”, añade.

Además, tiene que haber un “cambio de enfoque”, añade Patricia Fernández, responsable de Servicios de Asesoría del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para España: “Se requiere un cambio en la forma de pensar de la pyme, en la voluntad y capacidad de dedicar tiempo y recursos al objetivo de la digitalización; un cambio en el acceso a fuentes de financiación así como un impulso a nivel nacional en favor de la digitalización. Porque alternativas hay”, señala.

Es necesario que las pymes reconozcan el valor que les aporta la inversión en digitalización. Este reconocimiento no siempre es el punto de partida; las urgencias del día a día se convierten en un obstáculo para adoptar un enfoque a largo plazo
Patricia Fernández, responsable de Servicios de Asesoría para España del Banco Europeo de Inversiones

España ocupa el puesto número 11 entre los 28 Estados miembros de la UE en la edición 2020 del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) de la Comisión Europea. Está en el decimotercer puesto en la integración de las tecnologías digitales y su puntuación coincide con la media de la UE. Sin embargo, las pymes españolas siguen sin aprovechar todo el potencial del comercio electrónico.

Santiago Carbó apunta la necesidad de que el talento emprendedor se oriente a las áreas con más futuro. “Si miramos las últimas encuestas realizadas por la UE, España está en un nivel por encima de la media en digitalización en áreas como infraestructura, talento o administración electrónica. Sin embargo, la digitalización de las pymes sigue siendo un problema, porque hay cierto retraso”, afirma. “Y el problema tiene que ver más con el cambio de modelo productivo que con tratar de orientar esfuerzos en esa dirección. En este sentido, es importante que las pymes se digitalicen pero, casi más, que el talento emprendedor se oriente hacia áreas más productivas y punteras”, añade Carbó.

Financiación y ayudas

Una de las conclusiones más llamativas del informe del BEI es que sólo el 34% de las pymes españolas tiene previsto invertir en digitalización en los próximos tres años. Esto, a pesar de que el Gobierno español ha lanzado un plan de 4.700 millones de euros con cargo a los fondos NextGeneration.

“Para cambiar, primero es necesario fomentar que las pymes reconozcan el valor que les puede aportar la inversión en digitalización. Este reconocimiento no siempre es el punto de partida de algunas pymes en las que las urgencias del día a día de la operación se convierte en un obstáculo para poder adoptar un enfoque a largo plazo, en el que la inversión en digitalización se pueda considerar clave para la competitividad y hasta para la supervivencia del negocio”, explica Patricia Fernández. “Este proceso deber de ir acompañado también de acceso a financiación adaptada a las necesidades específicas de las pymes. Este acceso tiene dos vertientes; una, la propia financiación en sí misma. Otra, la existencia de servicios de información y asesoría que faciliten el conocimiento de la existencia de esa financiación y que procuren a las pymes el cumplimiento de los necesarios procesos y protocolos para acceder a ella”, concluye.

Gran parte de las pequeñas empresas españolas arrastran una herencia en la que la tecnología no ha sido lo importante, ni siquiera en el plano de la gestión y en la eficiencia operativa
Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas

Para el director de Funcas, aparte de la obvia importancia que tiene la inversión, “es conveniente que las pequeñas empresas conozcan y puedan medir cuánto puede crecer su negocio si apuestan por la digitalización y por sistemas que les permitan competir más allá de nuestras fronteras”.

Respecto a en qué deben invertir las pymes españolas, si deben lanzarse a la inteligencia artificial o deben dar pasos previos, Carbó afirma que “una cosa es invertir en esas tecnologías como principal output en sí –lo cual es posible porque existe el talento, pero aún andamos rezagados– y otra cuestión es invertir en que al menos los procesos y la gestión mejoren con esas tecnologías, lo cual es precisamente posible porque España tiene ese talento y, sin embargo, muchas veces se exporta”.

En conclusión, el primer paso para salir del laberinto sería investigar, dedicar tiempo a lo que se puede y quiere conseguir en cada caso concreto con la digitalización de la empresa. Porque, como enfatiza Patricia Fernández, “tomar decisiones sobre qué tecnología adoptar necesariamente requiere de investigación y comprensión sobre qué apuesta tecnológica contribuye mejor al modelo de negocio y comercial de la pyme o cuál de ellas será la más conveniente, si de lo que se trata es de incrementar la eficiencia para generar más ingresos”.

Pero esta falta de información no quiere decir que las pymes no sean conscientes de que necesitan digitalizarse. De hecho, son conscientes desde hace tiempo, como ya destacaba el estudio Estado de la transformación digital en pymes y autónomos, realizado por la escuela de negocios Esade en 2017. El profesor del Departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade y autor de ese estudio, Josep Lluís Cano, comentaba ya entonces que las pymes y los autónomos “son conscientes del valor que aportan las TIC a su gestión interna, a su relación con clientes y a su integración con sus proveedores. Sin embargo, siguen encontrando dificultades en torno a los recursos, a la formación digital para el personal de plantilla, a la oferta a la que acceden y a la falta de estándares”.

La falta de competencias digitales entre los empleados, otro factor que agrava la situación.
La falta de competencias digitales entre los empleados, otro factor que agrava la situación.Westend61 (Getty Images/Westend61)

Casuística infinita

Además, el concepto “pymes” engloba una variedad enorme de situaciones. Desde una escuela dedicada a la educación infantil de 0 a 3 años, pasando por un taller mecánico o un estudio de arquitectura. Las necesidades de digitalización varían enormemente. Mientras en algunos casos conllevaría una inversión en grandes máquinas muy caras y en formar a los empleados para que aprendan a usarlas, en otros tiene más que ver con la contratación de recursos humanos preparados para usar y promover el negocio desde el mundo digital. El reto individual de cada empresa está en saber pasar de un modelo de negocio antiguo a uno moderno, y también en qué hay que invertir y a qué ritmo para salir del laberinto.

Mayor oferta universitaria

“Hay un salto cualitativo importante entre las pequeñas y las medianas empresas. En todo caso, ambas andan algo por debajo de sus homólogas europeas”, asegura Carbó. “La paradoja está en que muchas startups que nacen del talento (de capacidades universitarias, por ejemplo) son absorbidas o participadas por empresas extranjeras. La inversión en tecnología es una cuestión cultural, no sólo de financiación, concluye este experto.

España necesita desarrollar y atraer más talento digital para satisfacer la demanda futura que el avance en digitalización de las pymes generará. De hecho, llama la atención otro dato del informe del BEI en relación con el talento: “Es necesario integrar mejor la digitalización en los planes de estudios y ampliar la oferta de titulaciones universitarias relacionadas con el ámbito digital para ayudar a reducir la brecha digital en la población”. Y sugiere “aprovechar para ello la financiación pública nacional y europea” con objeto de ampliar los programas de formación pertinentes a corto, medio y largo plazo”.

Un aspecto que inevitablemente está conectado con otra relevante conclusión, dado el nivel de paro en el que está inmerso el país: falta mano de obra cualificada en las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC). “Suele haber una falta de competencias digitales entre los empleados de las pymes, lo que les impide desarrollar o aplicar plenamente nuevas soluciones digitales, además de una escasez más general en el mercado de trabajo de mano de obra con talento en el ramo de las TIC”, afirma el mismo informe.

Y para solucionar otro de los problemas, la falta de información, el Banco Europeo de Inversiones propone en su informe una campaña: “La adopción de la digitalización por parte de las pymes en un país suele estar impulsada por una campaña de concienciación y esfuerzos nacionales para lograr que las pymes reconozcan el valor de la digitalización y por ejemplo utilicen herramientas digitales para el acceso a los diferentes servicios, incluidos los que ofrece la Administración”, explica Patricia Fernández.


Muchas 'startups' nacidas del talento son rápidamente absorbidas por empresas extranjeras.
Muchas 'startups' nacidas del talento son rápidamente absorbidas por empresas extranjeras.Erik Von Weber (Getty Images)

En concreto, en el sector del turismo, el 31,2% de las pymes se encuentran en un nivel básico de madurez digital, según demuestra el Informe de digitalización de las pequeñas empresas y microempresas turísticas españolas, publicado por Segittur en 2022. Aunque alrededor de un 70% de ellas entiende que la captación y gestión de los datos del cliente forman parte esencial de su propuesta de valor del negocio, la mitad de las empresas (50,9%) no incorpora ningún tipo de elemento innovador en sus productos o servicios y el 60% de las empresas encuestadas reconoce que no proporciona ningún tipo de formación en habilidades digitales a sus empleados.

Es interesante que el propio informe, colgado en la página web de Segittur, incluye un apartado de recomendaciones en el que las pymes del sector pueden responder a un cuestionario de autoevaluación para saber en qué nivel están y obtener pistas para mejorar.

Como conclusión positiva, Santiago Carbó señala que algo se está moviendo: “Es cierto que en España el capital semilla y el capital riesgo están menos desarrollados que en otros países. Es cierto también que ha habido menos hubs [espacios en los que colaboran emprendedores] y centros de desarrollo. Sin embargo, esto está también cambiando. Al menos en cuanto a proyectos generados. La dificultad está en que no mueran y alcancen la escala suficiente”.

Recetas personalizadas

En España hay un total de 1.307.860 pymes con algún asalariado, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de enero de 2023, obtenidos de las estadísticas mensuales de las empresas adscritas a la Seguridad Social. Estas pymes con asalariados dieron empleo a 9.143.223 personas. Pero las más numerosas, con diferencia, son las que tienen entre uno y nueve empleados, denominadas microempresas (que representan el 38,4% del total de empresas españolas); seguidas de las que tienen entre 10 y 49 trabajadores, denominadas pequeñas (el 5,51%) y, finalmente, por las que cuentan con entre 50 y 249 asalariados (0,89%). 
En la variación anual de esta misma fuente se ve que las microempresas han disminuido en el último año en un 0,89%, mientras que las pequeñas han aumentado (un 3,05%), así como también las medianas (un 3,72%). 
Capítulo aparte son las llamadas pymes sin asalariados. Es decir, los llamados por el ministerio "autónomos propiamente dichos". De estos hay más que de todo el resto de pymes: 1.606.466 (que representan el 55,02% del total de empresas), según datos también del pasado enero. Sumadas las pymes con y sin asalariados representan más del 99% de las empresas españolas.
Con este panorama tan diverso, los expertos concluyen en la necesidad de poner a disposición de las pymes “recetas personalizadas” para cada caso. Bien mediante un plan de concienciación o bien facilitando apoyos por sectores desde las organizaciones que los representan.

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