Brasil contra Bolsonaro: claves de un juicio histórico por intento de golpe de Estado
El Tribunal Supremo, en un fallo inédito, condena al expresidente a 27 años por organizar una asonada junto a varios militares

El expresidente de Brasil Jair Messias Bolsonaro, de 70 años, ha sido condenado este jueves a 27 años (24 de prisión y tres de detención) por intento de golpe de Estado contra su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva. El Tribunal Supremo ha resuelto este caso de trascendencia histórica con el voto a favor de cuatro jueces —incluido el instructor, Alexandre de Moares— y en contra de uno, que pidió la absolución y lanzó duras críticas al proceso. El veredicto requería una mayoría de tres de los cinco jueces de la sala.
Queda así probado que el líder ultraderechista encabezó una trama golpista para subvertir el resultado electoral y permanecer en el poder tras ser derrotado en los comicios de finales de 2022. Nunca un expresidente brasileño ni unos militares de alto rango habían rendido cuentas ante la justicia por una asonada. Hasta ahora.
Las deliberaciones fueron retransmitidas en directo por televisión, radio y YouTube. Bolsonaro alegó problemas de salud para no acudir al Supremo a escuchar el veredicto. Salvo el militar que confesó la trama, el resto de los juzgados, incluido Bolsonaro, se declaró inocente.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió contra el juicio, tachándolo de “caza de brujas”; y, en un intento explícito de presión sobre los jueces, antes de la vista, castigó a Brasil con aranceles del 50% y a los magistrados, con sanciones.
Estas son las claves del proceso:
Resultado
Bolsonaro ha sido condenado por 4 votos a 1. El tercer y decisivo voto ha sido el de la juez Carmen Lúcia Rocha. El instructor, Moraes, votó en primer lugar a favor de condenar a Bolsonaro y a los otros siete acusados por todos los delitos que se les imputaban. Tres de sus colegas se sumaron al grueso de su tesis. En cambio, el quinto togado, Luiz Fux, votó a favor de la absolución total, en una argumentación que duró 13 horas.
El principal acusado
Jair Bolsonaro, líder de la derecha brasileña, fue presidente (2019-2022), capitán del Ejército y diputado. Ha seguido la recta final del juicio desde su chalé de Brasilia, donde está preso desde el 4 de agosto, cuando el juez decretó su prisión domiciliaria por saltarse medidas cautelares.
Ante el riesgo de fuga, Moraes le retiró el pasaporte en febrero de 2024, y el pasado julio le colocó una tobillera electrónica. Patrullas de policía vigilan su casa después de que los investigadores descubrieran que había redactado una carta para pedir asilo en Argentina. Tiene prohibido el contacto con autoridades extranjeras, acercarse a embajadas, hablar por teléfono y usar redes sociales.
Bolsonaro sufre problemas de salud, crisis gastrointestinales y de hipo. Ha pedido permiso para someterse a una intervención quirúrgica cutánea el próximo domingo, 14 de septiembre.
La acusación
Bolsonaro ha sido juzgado por cinco delitos: intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, pertenencia a organización criminal armada, daño al patrimonio del Gobierno y deterioro de patrimonio protegido. En total sumaban una posible pena máxima de 43 años de cárcel; finalmente ha sido condenado a 27 años.
La denuncia presentada en febrero pasado por la Fiscalía General sostenía que el expresidente dirigió “una organización criminal estructurada para impedir que el resultado de la voluntad popular expresado en las elecciones de 2022 fuese cumplido, implicando su continuidad en el poder sin el aval del sufragio universal”. Aquellos comicios, celebrados en octubre de 2022, los ganó Luiz Inácio Lula da Silva, el actual presidente.
El complot culminó con el asalto de miles de bolsonaristas a las sedes del poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial el 8 de enero de 2023. Ese día Bolsonaro estaba en Estados Unidos.
Los golpistas, según la denuncia, contemplaron envenenar al presidente Lula, y matar a su vicepresidente, Geraldo Alckmin, y al juez Alexandre de Moraes.

Bolsonaro se ha declarado inocente de todos los cargos e insiste en que siempre actuó “dentro de las cuatro líneas de la Constitución”. En su declaración ante el tribunal, el pasado junio, enfatizó que “sin líder, sin Fuerzas Armadas y sin apoyo financiero, no hay golpe”. Sí admitió que mantuvo reuniones para analizar opciones de dar la vuelta al resultado electoral.
Otros imputados
Junto a Bolsonaro han sido juzgados y condenados siete antiguos altos cargos de su Gobierno: el teniente coronel Mauro Cid (el que confesó la trama, y que había sido secretario personal de Bolsonaro cuando este era presidente), el general Walter Braga Netto (ministro de la Casa Civil y candidato a vicepresidente en 2022), el general Gustavo Heleno (ministro de Seguridad Institucional), el general Paulo Sérgio Nogueira (ministro de Defensa), el almirante Almir Garnier (comandante de la Marina), el comisario de policía Anderson Torres (ministro de Justicia) y el comisario Alexandre Ramagem (director del ABIN, la agencia de espionaje interno).
Braga Netto, el primer general de cuatro estrellas encarcelado en Brasil, está en prisión provisional desde hace meses en una cárcel castrense por obstruir las investigaciones.
Las pruebas
El pilar original de la denuncia es el testimonio del ex secretario personal de Bolsonaro, Mauro Cid, que aceptó colaborar a cambio de una pena menor. El teniente coronel intermedió en muchos contactos entre los imputados. Gracias a eso, la policía recopiló cientos de mensajes que detallan los preparativos de la trama. Y, según la Fiscalía, recabó pruebas propias que corroboraron la confesión, que los acusados han intentado anular.
La Fiscalía acusa a Bolsonaro de sembrar dudas, a partir de 2021, sobre la seguridad del sistema de votación para poder cuestionar luego el resultado. Los investigadores hallaron, además, un borrador de decreto con el que los golpistas querían dar un supuesto barniz legal a la anulación de los comicios. El documento con los planes de magnicidio fue impreso en un despacho de la Presidencia.
Y están las reuniones en las que Bolsonaro, según la Fiscalía, presentó a los jefes de las Fuerzas Armadas un borrador de decreto con medidas de excepción y buscó su apoyo para subvertir el resultado electoral. Los comandantes del Ejército y de la Fuerza Aérea se negaron. El primero le advirtió de que aquello era ilegal. Sostiene la Fiscalía que el golpe fracasó porque la cúpula militar no se sumó.
Los jueces
Han dictado sentencia los cinco miembros de la primera sala del Tribunal Supremo. El otro gran protagonista del caso es el instructor, Alexandre de Moraes, que ordenó cerrar temporalmente la red social X en 2024 y encabeza una cruzada contra el populismo digital extremista. Él ha marcado el paso al tribunal durante todo el proceso judicial y, en general, sus colegas han secundado sus decisiones. La denuncia contra los ocho acusados fue aceptada por unanimidad. Y solo uno de los jueces, Luiz Fux, ha expuesto discrepancias con la dureza de las penas.
Moraes, abogado de formación, fue ministro de Justicia entre 2016 y 2017. sus compañeros de tribunal en este juicio han sido: Carmen Lúcia Rocha, la única mujer de la Corte, también abogada; Fux, un veterano jurista; Cristiano Zanin, que fue el abogado personal de Lula (este lo premió con el puesto en el Supremo por sacarlo de prisión) y Flávio Dino, ministro de Justicia de Lula el día que se produjo el asalto a Brasilia. Los dos últimos fueron designados por el presidente Lula. Bolsonaro intentó apartarlos del caso, pero el recurso fue rechazado.
El calendario
El Tribunal Supremo, primera y última instancia en este caso, había ampliado las sesiones de esta semana, previendo que habría al menos cuatro días de debate. Finalmente, las deliberaciones se iniciaron el martes 9 de septiembre y este jueves, día 11, se dio a conocer la condena.
Las deliberaciones
La decisión debía adoptarse por mayoría, esto es, al menos tres votos de cinco. Algún juez habría podido pedir un aplazamiento de hasta 90 días para estudiar el caso más a fondo, pero esto no ha sucedido.

El Tribunal Supremo de Brasil es uno de los más transparentes del mundo. “Las deliberaciones son televisadas en directo. El acceso del público a la sala está garantizado. Y, como los magistrados deliberan en público, los desacuerdos quedan todos expuestos en directo y tienen un altísimo grado de publicidad”, explica Rubens Glezer, profesor de Derecho Constitucional de la Fundación Getúlio Vargas. Las sesiones se retransmiten por el canal de YouTube de la Corte, además de Televisión y Radio Justicia.
Este proceso judicial ha sido mucho más rápido que la mayoría de los casos de la máxima Corte. Los togados tenían claro que querían una sentencia antes de fin de año. En octubre de 2026, los brasileños eligen presidente, gobernadores y el Congreso.
Apelación
La jurisprudencia del Supremo indica que, en caso de que dos de los magistrados discrepen de la mayoría en una sentencia, cabe recurso. Pero esto se da en situaciones muy excepcionales y no suele cambiar el veredicto. En este caso, además, la sentencia ha sido dictada con solo un voto en contra.
La relevancia
Además de la gravedad de los delitos y la importancia de los acusados, hay otros factores que contribuyen a la trascendencia del juicio, explica el profesor Glezer: “Este es un test de fuerza sobre la capacidad de los tribunales para conseguir castigar a esos líderes autoritarios que intentan dar golpes de Estado. En ese sentido, la relevancia trasciende Brasil. Es profundamente importante para América Latina, pero también para el mundo. Por eso, Trump ha intervenido tan explícitamente”.
La presión de Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha impuesto un arancel del 50% a todas las exportaciones de Brasil y sanciones económicas al juez Moraes y a varios de sus colegas de la máxima Corte, en un intento explícito de presionar al tribunal que juzga a su aliado. “Este juicio no debería estar en marcha. ¡Es una caza de brujas que debe terminar INMEDIATAMENTE!”, proclamó en un tuit en julio.
Los efectos
Aunque en 2023 fue inhabilitado en un caso distinto y no puede presentarse a las elecciones hasta 2030, Bolsonaro atesora un gran capital político. Lidera la oposición al presidente Lula. Pero el veredicto ha acelerado la batalla por la sucesión dentro del clan familiar y la derecha. Tres gobernadores que suenan como candidatos para 2026 ya le prometieron durante el juicio que, si era condenado y ellos ganaban las elecciones, le indultarían. Mientras, el bolsonarismo maniobra para intentar que el Congreso apruebe una amnistía a los condenados por el intento de golpe. Más de 1.200 personas —autores materiales del asalto a las instituciones— han sido juzgadas y castigadas a penas hasta de 17 años.

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