Una veintena de exministros latinoamericanos pide a la ONU que suspenda a Rusia “por el ataque sistemático a civiles en Ucrania”
La carta abierta a Guterres, a las puertas de la Asamblea General, también es suscrita por defensores de los derechos humanos de la región y ucranios
Veintidós antiguos ministros latinoamericanos —de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y Uruguay— han difundido una carta abierta en la que instan al secretario general de la ONU, António Guterres, a que analice “si la Federación Rusa no debería ser suspendida de [su pertenencia] a la Asamblea General, como lo fue Sudáfrica en 1974, hasta que se comporte de manera acorde con las responsabilidades de la carta” del organismo multilateral. Los firmantes motivan su solicitud en que “los civiles están siendo objetivo y asesinados de manera sistemática por parte de la Rusia a lo largo de Ucrania” en lo que califican como “una monstruosa violación de la carta de Naciones Unidas por parte de un miembro del Consejo de Seguridad”.
La misiva, fechada el sábado y difundida a las puertas de la reunión anual de la Asamblea General en Nueva York, es suscrita también por diversas personalidades ucranias y latinoamericanas del ámbito de la defensa de los derechos humanos. Entre los excancilleres que apoyan la petición a Guterres de que deje en suspenso la pertenencia de Moscú a la ONU, están la chilena Antonia Urrejola, el peruano Diego García-Sayán, el mexicano Jorge Castañeda y la colombiana Noemí Sanín.
Recalcan los firmantes que julio y agosto han sido los meses más letales de la guerra de Ucrania, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Recuerdan también que el 84% de las 10.582 muertes de civiles registradas hasta el pasado 15 de febrero fueron causadas por ataques con explosivos a zonas pobladas, según la comisión de investigación de la ONU sobre Ucrania. Afirman que esto “no es coincidencia, sino prueba de un patrón de comportamiento criminal”.
Apuntalan sus argumentos con la mención de casos concretos, como el ataque a una cafetería en Hroza o a una pizzería en Kramatorsk. Tras criticar los bombardeos contra hospitales y bibliotecas, enfatizan: “Lo que estamos presenciando en Ucrania va más allá de la comisión de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Es el total desprecio por las Convenciones de Ginebra”.
Sostiene el grupo de exministros y defensores de derechos humanos que Rusia, como uno de los cinco países con poder de veto (privilegio que comparte con EEUU, Francia, Reino Unido y China), “es un caso especial” porque el resto de los miembros confirió al quinteto “la responsabilidad primaria de mantener la paz y la seguridad internacionales”. Tras condenar los dobles raseros, admiten que también “se están cometiendo crímenes de guerra y contra la humanidad en otros lugares”, entre los que mencionan Gaza y Sudán.
En su opinión, más allá de los crímenes de guerra y contra la humanidad que atribuyen al invasor ruso, “la estrategia de la Federación Rusa de atacar deliberadamente y matar a civiles en Ucrania amenaza con convertir todo el edificio del Derecho Internacional Humanitario en un cascarón vacío, con consecuencias mucho más allá de Ucrania”. Y añaden que “la corrosión” del sistema viene de lejos y apuntan como origen, “según académicos, la conducta de Estados Unidos en la llamada guerra contra el terrorismo”.
Recuerdan los excancilleres, exministros y defensores de los derechos humanos que los representantes latinoamericanos que participaron en la fundación de la ONU fueron esenciales para que la prohibición del uso de la fuerza para dirimir contenciosos entre países fuera incluida en la carta fundacional y que Colombia, junto a Cuba, fueron los únicos que se opusieron a conceder derecho de veto a algunos miembros.
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