Maduro nombra a Alex Saab presidente del Centro Internacional de Inversión Productiva de Venezuela
El alto mando chavista formaliza el regreso a casa de uno de sus principales gestores económicos evadiendo los señalamientos por corrupción
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha anunciado que el polémico empresario colombiano Alex Saab -preso en Estados Unidos bajo acusaciones de lavado de dinero y liberado hace un mes en el marco de negociaciones entre el chavismo, Washington, y la oposición venezolana- pasará a ser el presidente del Centro Internacional de Inversiones Productivas de Venezuela.
El anuncio de Maduro tuvo como marco el mensaje anual de la Presidencia de la República al Parlamento (la llamada Memoria y Cuenta), en el que hizo un énfasis algo forzado a la hora de destacar los logros económicos del país y muchos esfuerzos en responsabilizar a las sanciones internacionales del derrumbe del salario, la hiperinflación y la destrucción del aparato económico.
“Anuncio el nombramiento de Álex Saab Morán como nuevo presidente del Centro de Inversión Productiva de Venezuela. Que con su experiencia ayude a nuestro país a traer las inversiones y la fuerza económica del mundo”, dijo Maduro en medio de aplausos antes de hablarle directamente a Saab, presente en la sesión del Palacio Federal Legislativo: “Alex, confío en ti plenamente”.
Saab, convertido en “diplomático” por el alto gobierno chavista luego de su detención en Cabo Verde, en 2020, había sido hasta ese momento uno de los arietes que tenía Maduro en el tablero internacional en el momento de mayor asedio a la revolución bolivariana. Empresario con inversiones en diversos rubros y negocios millonarios en la Venezuela chavista, Saab fue, también, un activo importador y exportador de productos en tiempos de los draconianos controles cambiarios del Gobierno de Hugo Chávez, que se prestaron a graves hechos de corrupción.
Con investigaciones abiertas por lavado y desvío de recursos en países como Estados Unidos, Ecuador y México, así como en su propio país, a Saab se le ha acusado de colocar comida adulterada y de pésima calidad en sus transacciones comerciales para integrar los productos de las bolsas de comida que daba el Gobierno en sus programas sociales a las personas en pobreza extrema, en el marco de un programa social conocido como Clap (Comités Locales de Autoabastecimiento y Producción).
Miraflores le agradece a Saab las rutas internacionales que, con sus contactos, pudo abrirle a la revolución bolivariana para conseguir bienes y retener el poder, en un momento en el cual la crisis humanitaria del país estaba más que decretada, pero Maduro no la quería reconocer. Entonces ya había quebrado PDVSA y se había agravado dramáticamente la escasez de productos, luego del fracaso del modelo de controles, estatizaciones y gestión comunal.
El Centro Internacionales de Inversiones Productivas, Ciip, que ya tiene su edificio sede en El Rosal, la zona financiera de Caracas, es una de las varias instancias del Gobierno y el mundo privado nacional destinadas teóricamente a tal fin, en un país que tiene los niveles de inversión extranjera más bajos de Sudamérica. Durante años, el chavismo ha empleado mucho tiempo en pelearse con los capitales, expropiar activos y colocar a los empresarios en estado de sospecha.
Con este nuevo cargo, de sesgo “plenipotenciario”, como en el pasado, Maduro está asignando responsabilidades neurálgicas en la gestión de su Gobierno a una de sus personas de mayor confianza. Mientras el delicado equilibrio de los acuerdos de Barbados lo permita, Alex Saab podrá operar de nuevo para el Estado venezolano sin sanciones internacionales. Alex Saab será también, como lo ha anunciado Jorge Rodríguez, uno de los jerarcas del PSUV y miembro de pleno derecho del equipo negociador del chavismo en sus conversaciones con la oposición venezolana en México.
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