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RESULTADOS ELECCIONES EN COLOMBIA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

De dónde salieron los 2,7 millones de nuevos votos a Gustavo Petro

Los municipios en los que disfrutó de un menor margen en la primera vuelta, las regiones Caribe y Pacífico y las grandes ciudades fueron las grandes fuentes de nuevo voto del ganador

Jorge Galindo
Seguidores de Gustavo Petro, presidente electo de Colombia, en Medellín, este domingo 19 de junio.
Seguidores de Gustavo Petro, presidente electo de Colombia, en Medellín, este domingo 19 de junio.JOAQUIN SARMIENTO (AFP)

Durante la última semana antes de la segunda vuelta de las presidenciales colombianas se volvió casi deporte nacional discutir no solo sobre por quién votar, sino sobre quién iba a ganar. Las últimas encuestas habían dejado una foto de empate cerrado, y todo ciudadano, toda voz, tenía una opinión sobre cómo se iba a deshacer. Muchas apostaban por Petro, pero pocas por un crecimiento tan pronunciado. Se había convertido en un lugar común que Petro no podía crecer mucho más. Y, sin embargo, añadió 2,7 millones de votos a los 8,5 que ya había tenido en segunda vuelta. Eso quiere decir que incluso si Rodolfo Hernández hubiera consolidado los 11 millones que se prometía el 29 de mayo con la suma apresurada de sus votos y los de la derrotada derecha tradicional (no quedó tan lejos: 10,5 millones), le habrían faltado 200.000 más para alcanzar a Petro. La participación, que ya había batido récord en la primera vuelta siendo la más alta desde 1974, subió hasta un inusitado 58%. ¿De dónde salieron estos nuevos votos que pusieron a Petro en el camino a la Casa de Nariño? Una primera pista para responder está en el mapa de Colombia municipio a municipio.

El patrón geográfico de voto en el país suele ser uno de centro andino volcado a la derecha y periferias costeras giradas hacia el centro o la izquierda. Pero el de las diferencias entre primera y segunda para Petro introduce en este esquema unos matices clave: los aumentos proporcionales más grandes claramente se concentran en determinados corredores territoriales mucho más concretos. Destaca la costa caribeña de los departamentos de Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena, con una franja marcada por ese tramo de la Ruta del Sol que constituye un semi-continuo territorial articulado en torno a las ciudades de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta junto a sus áreas periurbanas. La participación en esa parte del país estaba en niveles bajos en la primera vuelta, así que el aumento de potencia se daba como uno de los añadidos necesarios que requería la campaña de Petro para crecer. Pero más sorprendentes son las otras manchas de aumento: la del interior de las regiones del Pacífico, desde El Tambo (Cauca) hasta el sur de Caldas hacia el interior y Quibdó (capital del Chocó) hacia el noroccidente. Aquí se incluye el área metropolitana de Cali, y también Suárez, municipio natal de Francia Márquez, quien encabezó una campaña territorial entroncada con su historia de activismo en la zona. Lo sorprendente es que lograra añadir votos en una zona donde ya había maximizado su impacto en primera vuelta.

Después de la mancha blanquecina que le sigue e indica el corazón de la conservadora Antioquia, la región con voto más a la derecha del país en las últimas décadas se vuelve morada en su norte, una parte del departamento con problemas diferenciados (más pobre y golpeada por las violencias) que el petrismo parece haber capitalizado a su favor, como en otros puntos específicos (Tumaco, La Macarena, puntos de la frontera con Venezuela). No así el corredor central de Cundinamarca y Boyacá desde Bogotá hacia el noreste, una zona tranquila, más bien próspera, que mezcla agricultura con crecimiento de ciudades medias y pequeñas. En esos puntos específicos, el apoyo del exgobernador boyacense verde Carlos Amaya a Rodolfo Hernández no impidió las mejoras de la izquierda.

Este mapa punteado indica una combinación de estrategias de campaña diferentes sobre el terreno que convergían en una sola: ser competitivos allá donde la competencia era mayor. Esto lo demuestra la relación en forma de U invertida que existe entre los crecimientos municipio a municipio de Petro entre primera y segunda vuelta reflejados en el mapa, y el margen que disfrutaba el ganador en la primera vuelta frente a la suma de Fico Gutiérrez y Rodolfo Hernández, que se repartieron el voto de derecha. Resulta que Petro subió más donde su margen existía, pero era menor.

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Es decir: la campaña territorial se ancló en la idea nacional de polarización para canalizar voto hacia la victoria. Posiblemente, la sensación de empate durante la campaña, de que cualquier cosa podía pasar, y por tanto, cada voto contaba, ayudó a fomentar esta idea. Especialmente en lugares donde esta imagen general podía contrastarse con lo observable entre amigos y vecinos.

Pero también funcionó en entornos donde ese conocimiento es más difícil de aprehender para el conjunto de la comunidad, es decir: en ciudades grandes. En las diez mayores, Petro sumó uno de los 2,7 millones de votos nuevos. Las cuatro con más añadido fueron suficientes para colocar la ventaja de 700.000 que le terminó separando de Rodolfo.

La versión metropolitana del análisis coincide con el mapa en su conjunto, y también con el gráfico de Correlación: Barranquilla fue la gran ciudad con más crecimiento relativo, también la que se encuentra justo en el cenit de la U invertida en la relación entre tensión competitiva y aumentos, y, por supuesto, es el núcleo de referencia en el corredor Caribe (junto a su vecina Soledad, que se integra con ella en un solo continuo urbano y también crece considerablemente).

Aumentando el foco y reduciendo el detalle, los crecimientos absolutos por departamento excluyendo a la capital (que por sí sola aportó casi medio millón de sufragios nuevos) complementa la óptica. A este nivel de análisis, fue el Caribe el contribuyente más importante al crecimiento, seguido muy de cerca del Pacífico. Las sumas en Antioquia/Eje Cafetero y el resto del territorio central del país son, de hecho, parejas entre sí.

Uno no suma 2,7 millones de sufragios sobre 8,5 que ya se consideraban una suerte de máximo momentáneo sin combinar diversas vías, y los datos aquí vertidos demuestran que hay más de una manera de explicar los aumentos que llevaron a Petro a la presidencia. Pero parece difícil que lo hubiera logrado sin al menos varios de ellos: la fuerza urbana renovada, el aterrizaje en una serie de enclaves territoriales determinados que combinan zonas históricamente propias con otras ajenas, y la capacidad de transformar un resultado reñido en nuevos votos.

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Sobre la firma

Jorge Galindo
Es analista colaborador en EL PAÍS, doctor en sociología por la Universidad de Ginebra con un doble master en Políticas Públicas por la Central European University y la Erasmus University de Rotterdam. Es coautor de los libros ‘El muro invisible’ (2017) y ‘La urna rota’ (2014), y forma parte de EsadeEcPol (Esade Center for Economic Policy).

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