Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, a la búsqueda de apoyos. ¿Quién se va con quién?

Tan cerca, y tan lejos. Aunque Gustavo Petro, el incombustible líder de izquierda a la cabeza del Pacto Histórico, fue el nítido ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo con el 40 % de los votos, su camino para llegar a la Casa de Nariño no está despejado. Su rival por sorpresa en la instancia definitiva, el independiente Rodolfo Hernández, un empresario de la construcción populista e inclasificable que se llevó el 28% de los votos, marca el comienzo de una nueva campaña en los 20 días que faltan para la segunda vuelta. Las últimas encuestas que se conocieron antes del desenlace de este domingo apuntaban a unos escenarios de segunda vuelta entre Petro y Hernández tremendamente reñidos, de empate técnico. Las próximas semanas habrá una reconfiguración del escenario político, en el que las potenciales adhesiones y apoyos definirán el camino.

El resultado de la primera vuelta es un durísimo golpe para los partidos tradicionales, que ahora deben decidir de qué manera respaldarán a uno de los dos finalistas, que han sido férreos críticos de las élites políticas en el pasado. Tanto Petro como Hernández representan visiones radicales de cambio, señala un análisis electoral de la consultora de riesgo político Colombia Risk Analysis. El exalcalde de Bogotá encarna un cambio para el orden social y económico, mientras el de Bucaramanga un desafío contra la clase política. Ambos tendrán que explicar las razones por las que su versión del cambio es mejor para el país si quieren recabar apoyos que les permitan inclinar la balanza.

Las dos opciones han estado alejadas de las grandes estructuras políticas con las que contaba Federico Gutiérrez, el aspirante de la coalición de derecha que quedó tercero con el 24% de los votos. Fico, como todos lo conocen, había sumado al Partido Conservador, al de La U e incluso al oficialismo del Partido Liberal, también las ‘maquinarías’ de la familia Char en el Caribe, y contaba con el respaldo de los expresidentes César Gaviria, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, entre otros. Después de haber atacado con insistencia a Petro como un peligro para la democracia, a Gutiérrez no le tomó más que unas horas volcar su apoyo claro a Rodolfo Hernández en el mismo discurso en que reconocía su derrota, aunque no está claro que lo sigan todos los partidos que lo respaldaban.

En plena resaca electoral, algunas reacciones han dejado en evidencia las resistencias que Petro todavía despierta en diversos sectores. Uno de los primeros artífices de la coalición que respaldaba a Gutiérrez, el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, una figura moderada de centro-derecha, la emprendió contra el exalcalde de Bogotá. “Ingeniero mejor que guerrillero”, escribió en sus redes sociales para atacar el pasado de Petro en el M-19, un movimiento que dejó las armas hace más de 30 años y tuvo protagonismo en la Asamblea Constituyente que redactó la carta política de 1991. Ante la controversia que despertó su mensaje, Echeverry volvió al ataque: “No quise herir susceptibilidades. No hay duda: ingeniero sobrio mejor que senador borracho”, escribió entonces, en una indisimulada alusión a un episodio en el que Petro se subió a una tarima con señales de haberse tomado unos tragos.

En números gruesos, Petro obtuvo 8,5 millones de votos mientras que Hernández se acercó a los seis millones. Si el ingeniero, como le gusta que lo llamen, lograse sumar a los de Gutiérrez, escalaría hasta los 11 millones, un cálculo impreciso que repiten muchos observadores. Un estudio del Centro Nacional de Consultoría del pasado 21 de abril, que intentaba medir esos escenarios de migración de votos, apuntaba que en una segunda vuelta entre Petro y Hernández el 60% de los votos de Gutiérrez se irían con ‘el ingeniero’ y únicamente el 8% con Petro, mientras que el 53% de los del candidato de centro Sergio Fajardo se irían con Hernández y el 18% con Petro. Esas cuentas dejarían al exalcalde de Bucaramanga con algo menos de 9,5 millones de votos y a Petro con más de nueve. En cualquier caso, ese estudio contemplaba casi un tercio de indecisos que serán definitivos.

“Petro obtiene una victoria importante, pero ahora está en una gran desventaja”, valora Sergio Guzmán, de Colombia Risk Analysis. Había hecho de su campaña un contraste entre cambio y continuidad donde él claramente representaba el cambio. “Ahora tiene tres semanas para darle la vuelta a la narrativa y tratar de presentar a Rodolfo Hernández como un simpatizante nazi de extrema derecha y simpatizante del expresidente Álvaro Uribe. Es poco probable que tenga éxito en este esfuerzo”, señala. En parte, debido a que Petro también ha sido muy crítico con los centristas que se negaron a plegarse a su campaña, por lo que ahora tendrá más dificultades para seducirlos.

Ante distancias tan cortas, el apoyo de Fajardo es apetecido, a pesar de que el domingo obtuvo menos del 5% de las preferencias, sin siquiera alcanzar el millón de votos. El exgobernador de Antioquia ha evitado por ahora cantar su voto, pero en el pasado ha tenido acercamientos con Hernández que no llegaron a buen puerto. Aunque tienen personalidades diametralmente opuestas, Fajardo ha destacado que los une una identidad alrededor de la lucha contra la corrupción.

“No sé que tan valiosa sea mi voz en esta etapa. He hablado con Rodolfo en el pasado, nos conocemos. Anoche me llamó y dijo que quería hablar conmigo. Del lado de Petro, nadie. Pero tenemos que aterrizar con calma y sabiduría. Yo quiero aportar”, ha dicho Fajardo este lunes. La Coalición Centro Esperanza que respaldó su candidatura ha manifestado que “ha cumplido con los fines políticos para los que fue constituida”, por lo que sus miembros quedan en libertad para la segunda vuelta. Otros destacadas figuras de centro, como el exministro de Salud Alejandro Gaviria, ya han lanzado guiños a la candidatura de Petro y es previsible que aterricen en el Pacto Histórico.

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