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José Vélez, el bogotano que creó una fintech para apostarles a las mipymes

En seis años, Bold pasó de ser una empresa de venta de datáfonos de bajo costo a un banco digital que ofrece a sus 600.000 clientes cuentas digitales, pagos a distancia, líneas de créditos, productos de rentabilidad y, próximamente, tarjetas de crédito

José Vélez

Los datos son contundentes: en Colombia, el 99% de las empresas registradas en el Registro Único Empresarial y Social (Rues) son micro, pequeñas y medianas (mipymes). Generan el 79% del empleo del país, el 53% del empleo formal y participan con cerca del 40% del PIB. Aun así, su acceso al crédito formal es insuficiente. Una investigación de BBVA Research señala que “el 78% de las empresas medianas tiene acceso a crédito formal, el 64% de las pequeñas y sólo el 16% de las micro, comparado con el 84% de las grandes”. En la práctica, eso significa que, en el caso de las microempresas, el financiamiento proviene sobre todo de ahorros personales, de créditos informales con tasas de usura o, simplemente, de la imposibilidad de endeudarse, lo que termina frenando sus posibilidades de crecimiento.

En esta abismal brecha de inclusión financiera y de acceso al crédito –similar en el resto de Latinoamérica, pues según la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, una de cada tres pymes reporta restricciones en el acceso a crédito–, José Vélez (Bogotá, 47 años) vio un multimillonario negocio y una oportunidad para que las mipymes y micronegocios tuvieran la posibilidad de crecer a través del acceso a productos financieros.

Así, en 2018 nació Bold, una fintech o plataforma de servicios financieros y tecnológicos cuyo principal cliente es “aquella base empresarial que la banca tiene un poco descuidada”, explica Vélez. El negocio era arriesgado, pero con una clara apuesta de futuro. Hoy, Bold tiene cerca de 600.000 clientes vinculados, el 6% de todo lo que se procesa con tarjetas en Colombia ya pasa por su plataforma, y, para diciembre de 2025, proyecta procesar cerca de 1,7 billones de pesos. Todo ello comenzó facilitando el acceso a datáfonos.

Bold no es la primera gran apuesta de Vélez. De hecho, a lo largo de su vida siempre ha ido un paso más adelante que sus pares. En su adolescencia, cuando aún estaba en el colegio, este bogotano nacido en 1978 ya sabía programar, les daba clases a estudiantes universitarios, vendía computadores y, en una época en la que muy pocas personas sabían del tema, diseñaba páginas web.

En 1997 entró a la universidad a estudiar Economía e Ingeniería de Sistemas en doble programa, pero decidió abandonar la segunda y concentrarse en la primera. Ni siquiera había recibido su diploma cuando, en 2002, junto con un grupo de amigos creó Pagosonline.net, una pasarela de pagos por internet. Para la época, el negocio fue una apuesta arriesgada y profundamente revolucionaria: la penetración de internet era mínima, la gente desconfiaba del comercio en línea, pocas empresas se atrevían a ofrecer este tipo de pago y muy pocos compradores lo usaban por miedo a fraudes. Pagosonline fue un éxito –y lo sigue siendo bajo el nombre de PayU–. Se podría decir que Vélez y sus socios fueron de los precursores de las fintech en Colombia.

A comienzos de la década de 2010, Pagosonline vendió una participación mayoritaria al Grupo Naspers, un gigante sudafricano de los pagos en línea, que en 2012 adquirió la totalidad de la compañía. De esa transacción nació PayU Latam. Vélez trabajó allí durante cinco años más, hasta que en 2018 se retiró. Ahí comienza la historia de Bold. Hacia 2017, él y su esposa, Ana Sandoval, directora de ventas y cofundadora de Bold, viajaron a Brasil para seguir expandiendo PayU; allí observaron de cerca la brecha en el acceso a servicios financieros entre las mipymes y las grandes empresas, y también el rápido crecimiento de las fintech. De ese análisis surgió la idea de crear una plataforma de servicios financieros para micronegocios, pequeñas y medianas empresas: “Nos quedó clarísimo que había una oportunidad similar en Colombia y en 2019 nos devolvimos a Colombia para montar Bold”, cuenta.

Con los ahorros, producto de su trabajo en PayU, y el capital de otros inversionistas, comenzó a hacer realidad su sueño: construir el one-stop shop (plataforma que ofrece una variada gama de servicios reunidos en un solo lugar) para mipymes más importantes del país. A Vélez y Sandoval se les unieron dos emprendedores más, Sergio Vergara y Jorge Ulloa. Con apenas 20 empleados, Bold arrancó ofreciendo servicios de pago, poniendo datáfonos en negocios que antes veían ese dispositivo como algo impensable. Empezar por ahí tenía toda la lógica. Según Vélez, las grandes compañías de pagos con datáfono habían dejado de lado a las mipymes y los micronegocios, además de que obtener uno era una tarea engorrosa: “Cuando arrancamos, hicimos un estudio que mostró que sacar un datáfono les tomaba a las pymes un mes. Con Bold, el cliente puede obtenerlo en una hora”.

Sergio Vergara, José Vélez, Ana Sandoval y Jorge Ulloa

Desde un inicio, Vélez pensó Bold como una fintech que fuera más allá de los pagos. Entraron a ese mercado por la gran necesidad de acceso a datáfonos, “pero desde el inicio siempre nos hemos visto como una compañía financiera para respaldar a ese pequeño emprendedor y a las pymes. Los datáfonos han sido la puerta de entrada para ofrecerles otros servicios, que con el tiempo se han ido consolidando”. Hoy, Bold ofrece cuentas digitales a los comercios, para que administren los recursos que ingresan por la plataforma.

También incursionó ya en el crédito. “A un banco le cuesta mucho trabajo analizar el riesgo de una pequeña empresa porque la gran mayoría es informal y trabaja con la cédula del dueño, no crean una empresa formal. Al banco le resulta muy difícil evaluar a ese cliente: no tiene contador, ni estados financieros formales. Nosotros analizamos las transacciones de los datáfonos, así lo vamos conociendo y podemos ofrecerle crédito”, explica. Ese historial transaccional muestra si la empresa está creciendo o decreciendo, qué tantos clientes recurrentes tiene, qué volúmenes de dinero mueve, cuántas reclamaciones recibe y, en general, ofrece un panorama claro del negocio. Con ese análisis de datos, los créditos se pueden aprobar sin necesidad de papeleo y Bold ya ha otorgado cerca de 20.000 préstamos que suman un valor cercano a los 100.000 millones de pesos. Para fondear parte de esa actividad, la compañía también lanzó una línea de CDT.

Después de seis años de expansión constante en Colombia, de llegar a tener alrededor de 1.300 empleados (700 en el área comercial, 250 ingenieros y el resto en cargos administrativos) y de consolidarse en las principales ciudades del país, Bold comenzó a conquistar el mercado latinoamericano. En septiembre de este año aterrizó en Perú al comprarle a Niubiz —líder del ecosistema de pagos en ese país— su unidad VendeMás, encargada de gestionar pagos para microempresarios.

Para Vélez, más allá del excelente negocio que ha construido en poco más de un lustro, su gran satisfacción es ver crecer a sus clientes: “Lo que hacemos aquí es algo muy bonito, porque esa inclusión financiera y crediticia que estamos impulsando ayuda a los emprendedores a crecer exponencialmente y eso tiene un impacto social muy grande”.

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