Tusi: qué es y cuáles son los efectos de la droga rosada que alerta a Colombia
Aunque a esta mezcla se le conoce como cocaína rosada, sus componentes no tienen ninguna relación con esta droga, un factor que dificulta anticipar los peligros de su consumo


El tusi, también conocido como cocaína rosada o 2C-B (two cee bee en inglés, lo que se pronuncia tusibi) se ha convertido en una de las drogas sintéticas más populares en América Latina en los últimos años. Su atractivo color y su supuesta exclusividad han alimentado una narrativa aspiracional que poco tiene que ver con la realidad de su composición. Detrás de su imagen llamativa, el tusi es una mezcla de sustancias psicoactivas de composición variable, cuyo consumo conlleva graves riesgos para la salud y refleja un vacío persistente en materia de información y control.
El consumo de tusi en Colombia comenzó a documentarse desde 2012, época en la que únicamente se podía conseguir en los clubs nocturnos más exclusivos. La revista Semana relataba que era “la droga de las modelos y reinas” y, más de una década después, este discurso aspiracional continúa teniendo un enorme impacto, puesto que en la actualidad ya es un producto más accesible y está fuertemente asociado a la industria de la música.
Julián Quintero, sociólogo, investigador y cofundador de la organización no gubernamental Corporación Acción Técnica Social, atribuye al Gobierno la responsabilidad por esta confusión. “No es cocaína y yo creo que ahí empieza la desinformación sobre la sustancia. En este afán de la fuerza pública por andarle poniendo alias a los delincuentes, nombres a las bandas y nombres a las drogas, pues terminan popularizando y casi que promocionando un tipo de sustancia que nada tiene que ver con la composición. Es un error de la fuerza pública que esto se terminara llamando cocaína rosada”, explica a este diario.
¿Qué es el tusi?
El tusi no es una molécula específica, sino una mezcla de ketamina, algún estimulante (generalmente cafeína y MDMA) y edulcorantes que le dan su distintiva tonalidad. “Su principal peligro radica en que no es una molécula de la que podamos saber su dosis, calidad, estandarización, sino que es una mezcla de sustancias que se ha popularizado mucho, a tal punto que la base de los ingredientes ya se conoce y cualquiera puede estarla preparando”, detalló Quintero.
Tanto grupos criminales como amateurs tienen la facilidad de manufacturar tusi, lo cual hace que su consumo sea especialmente impredecible, ya que es común que cada quien le ponga un “toque secreto”, que suele incluir opioides, benzodiacepinas y, en algunos casos, fentanilo farmacéutico, que al mezclarse con alcohol puede ser potencialmente mortal.
“El Gobierno nacional ha sido muy lento en poder investigar a fondo esta sustancia, pese a que se tiene conocimiento de ella en Colombia desde el año 2011. No aparece en los estudios epidemiológicos de consumo del 2013, tampoco aparece en el año 2018, ni en 2019. No tenemos conocimiento científico de tipo estadístico de cómo está el comportamiento de esta sustancia en los últimos 10 años, lo que es una falla muy grande”, agregó Quintero.
Efectos del tusi rosado
Los efectos del tusi varían según las sustancias que componen cada mezcla; algunas actúan como estimulantes y otras como depresoras del sistema nervioso, lo que hace que las reacciones sean impredecibles. Es importante recalcar que la administración por vía nasal generalmente produce una subida más rápida y más intensa, tanto a nivel físico como psicológico.
Los efectos indeseados derivan de las propiedades de cada compuesto, de sus interacciones, de la dosis y del ritmo de administración. Entre los efectos más frecuentes se encuentran:
- Dolor de cabeza
- Náuseas
- Disminución de la coordinación motora
- Sangrado nasal
- Estados de ansiedad o pánico
- Signos de intoxicación y sobredosis
En casos de intoxicación grave pueden observarse manifestaciones más severas, como desregulación térmica, dolores de cabeza intensos, alucinaciones o psicosis tóxica, sudoración profusa, pérdida de consciencia y convulsiones.
Ante cualquier sospecha de intoxicación, la recomendación es buscar atención médica inmediata, mantener la calma y, si es posible, colocar a la persona en posición de seguridad mientras llegan los profesionales sanitarios. Estas medidas pueden ser determinantes para reducir el riesgo de daño serio o fatal.
Mientras la respuesta institucional avanza con lentitud, organizaciones como la Corporación Acción Técnica Social y Échele Cabeza siguen trabajando para llenar ese vacío con información, acompañamiento y estrategias de reducción de daños que permitan minimizar los riesgos para la salud de los consumidores.
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