El sector del deporte enciende la alerta roja ante los recortes presupuestales del Gobierno de Petro
El Ejecutivo colombiano disminuye la dotación en un 65% para 2025, cuando federaciones y atletas siguen esperando los giros para saldar las deudas de 2023 y 2024, que se abonarán a partir de marzo
El Gobierno de Gustavo Petro inicia 2025 con la alerta de un gran desajuste en sus arcas públicas. El rechazo del Congreso a la ley de financiamiento, con la que el mandatario buscaba 12 billones de pesos adicionales para el presupuesto de este año, se traduce en recortes en múltiples frentes. Uno de los principales afectados será el del deporte, según denuncian las federaciones y atletas de varias disciplinas, quienes siguen a la espera de la distribución de los recursos para este año y de los prometidos en 2023 y 2024. La situación se encuentra en un punto crítico, agravada con la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos de 2027 en Barranquilla y la cancelación del Tour Colombia.
El Ejecutivo expidió a finales de diciembre el Presupuesto General de la Nación para 2025, avaluado en 511 billones de pesos. El Ministerio del Deporte, liderado por Luz Cristina López, contará con una dotación de 464.000 millones (unos 106.000 dólares), es decir, un 65% menos que el año anterior. El año anterior tuvo 1,3 billones de pesos. Es un enorme revés para los dirigentes deportivos y para los mismos atletas quienes, tras unos Juegos Olímpicos con un balance insatisfactorio, pedían un empuje financiero para revitalizar el sector. Lo más grave, cuentan, es que 2024 cerró con muchas deudas, las cuales ponen en juego los convenios que necesitan con los proveedores.
Uno de los deportistas que más ha alertado de este panorama es el medallista olímpico Ángel Barajas, que consiguió en París una insignia de plata y se convirtió en el colombiano más joven en conseguir tal distinción, a los 17 años. “Hago un llamado para que se tomen medidas urgentes para cumplir con las responsabilidades financieras del año 2024″, reclamó el gimnasta en un video que compartió en diciembre en las redes sociales. “Para nosotros los deportistas es bastante duro este recorte que nos hicieron [para 2025]. Estamos bastante preocupados porque no sabemos si vamos a contar con los recursos para nuestra preparación”, añadió.
La Federación Colombiana de Gimnasia emitió un comunicado en el que respalda las reivindicaciones de Barajas y pide que se tomen medidas urgentes para responder por la ejecución de 2023 y 2024. “La falta de dichos fondos está generando serias dificultades para cumplir con los compromisos y objetivos para el fortalecimiento de nuestra disciplina”.
En un tono similar, la Federación Colombiana de Esquí Náutico y Wakeboard (Fedesquí) se quejó de que el ministerio —que se encarga de distribuir el dinero entre las federaciones— sigue sin pagar el 10% del convenio de 2023 y el 50% del de 2024. “Esta situación nos afecta considerablemente en el cierre de este año, ya que tenemos compromisos con clubes, proveedores y padres de familia a los cuales no les hemos podido cumplir como siempre lo habíamos hecho”, se lee en un comunicado difundido el pasado 23 de diciembre.
Pagos a partir marzo
La situación empeora en algunas disciplinas. John Tejada, presidente de la Federación Colombiana de Baloncesto, afirma que durante 2024 no recibió dinero por parte del ministerio. “El año pasado hicimos solo dos convenios, pero el flujo de caja impidió que se desembolsara un solo peso para pagarlos”, asegura durante una llamada telefónica. La insolvencia ha provocado problemas con los proveedores, como las agencias de viajes, por lo que la institución ha tenido que pedir varios préstamos.
El descalabro financiero impacta directamente en el rendimiento de los deportistas, advierte Tejada. El baloncesto colombiano tendrá un año clave: se disputarán los torneos sub-17 masculino y femenino. Además, la selección masculina de mayores jugará en agosto la Copa América, con sede en Nicaragua, en la que también se definirán las clasificaciones al mundial de 2027 de Qatar. Pero, “sin recursos es imposible hacer una buena representación”, admite. La mirada también está puesta en los Olímpicos de Los Ángeles en 2028, los cuales resultarán “indiscutiblemente afectados” si no se toman medidas con rapidez, lamenta el dirigente.
Las federaciones mantuvieron una reunión con la ministra López el pasado 30 de diciembre, en la que la cabeza de la cartera de Deporte confirmó las malas proyecciones y el bajo flujo de caja que impidió que se cumplieran con los compromisos de 2024. Según Tejada, las asociaciones siguen a la espera de la distribución de los recursos de este año. Tras el encuentro, el ministerio envió una carta a varias federaciones en la que se comprometía a pagar las deudas de los últimos dos periodos a partir de marzo.
“Entendemos plenamente las implicaciones que esta situación pueda generar. Reiteramos nuestro compromiso de continuar realizando las gestiones necesarias para garantizar el desembolso oportuno de los recursos y agradecemos su comprensión y apoyo constante”, señalaba la misiva.
Un ministerio que no despega
Es posible rastrear la crisis del sector desde hace al menos un año. 2024 comenzó con la noticia de que Barranquilla perdía la sede de los Juegos Panamericanos de 2027 por un incumplimiento en los pagos que debía efectuar el Gobierno a través del Ministerio del Deporte. Aunque en un primer momento la cartera alegó que no había recursos (debía abonar ocho millones de dólares), luego se confirmó que el gabinete sí contaba con el dinero, pero nunca realizó la transferencia.
El escándalo provocó la dimisión de la entonces ministra Astrid Rodríguez, quien duró apenas un año en el cargo. Rodríguez reemplazó a la exatleta María Isabel Urrutia, quien también fue criticada por su manejo de las finanzas públicas: el Gobierno la acusó de “actuaciones indelicadas” con el presupuesto del Estado, por haber firmado una última tanda de contratos después de que el presidente le pidiese su renuncia en febrero de 2023.
López, la tercera ministra del Deporte en la era Petro —que cumplirá en marzo un año en el cargo— se enfrenta ahora a la indignación de las federaciones por la falta de recursos. Fedesquí indica en su comunicado que el panorama “no es alentador” y desdeña que todas las asociaciones se encuentran en alerta roja, pues “ninguna se encuentra en los programas priorizados del Gobierno”. El primer golpe ya se sintió en noviembre con la cancelación del Tour Colombia por “dificultades económicas”, según justificó la Federación Colombiana de Ciclismo.
Tejada tampoco es optimista sobre el futuro de su disciplina: sostiene que la falta de subvenciones envía un mal mensaje para los atletas, que son cada vez más conscientes de que sus esfuerzos no están siendo remunerados como corresponde. “El deporte trae alegrías al país y permite a los jóvenes crecer. Debería ser mejor valorado como lo es en el primer mundo. Se viene un año complejo”, augura.
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