Las seis soluciones a la crisis del agua en Bogotá llegan a cuentagotas
Pese a las lluvias, el racionamiento y la reorganización del abastecimiento, la capital no logra la meta de llenado en los embalses del sistema Chingaza para enfrentar la temporada seca de 2025
Bogotá termina su primer año de crisis hídrica con una paradoja. Mientras en las calles llueve a cántaros, en los hogares se mantiene el racionamiento. La explicación es simple: la lluvia en la ciudad no alimenta al Sistema Chingaza –el principal proveedor de agua de la capital– ni significa que este se llene, porque depende de las lluvias más al oriente, en la Orinoquía y la Amazonía. La situación es mejor que en abril, cuando Chingaza estaba al 15% de su capacidad, pues ha llegado al 53%. Pero la meta es alcanzar el 70% necesario para encarar con tranquilidad la primera temporada seca de 2025, que empieza en enero.
La senadora María José Pizarro (Pacto Histórico), critica en una conversación telefónica que, más allá del debate por los cortes, las soluciones estructurales al problema avanzan muy lento. “Vamos en el ciclo 21, y las soluciones de fondo, ¿qué? Es posible conseguirlas, pero necesitamos más sinergia entre el Gobierno Nacional y el alcalde”, agrega la senadora.
Se trata de seis soluciones de largo plazo que dependen de diferentes entidades y de las que, efectivamente, apenas si hay novedades:
Ampliar el caudal de Tibitoc
Una medida que sí ha avanzado es el aumento del agua que aporta el llamado Agregado Norte, que ha pasado de ser la fuente del 25% del consumo al 50%, lo que ha alivianado la carga de Chingaza, que ya no aporta el 70% sino el 45%. El Distrito lo ha conseguido con la ampliación de la capacidad de la planta de Tibitoc, que limpia y canaliza el líquido de varios embalses, y ha pasado de tratar 4,5 metros cúbicos por segundo en enero, a 8,2 en septiembre. Para aumentar aún más, el Distrito requiere una autorización de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR). Ante las dudas que ha manifestado el director de la CAR porque el agua de la región se requiere para otros municipios, el Distrito redujo su meta de llegar a 10,5 de metros cúbicos por segundo y hace un mes solicitó oficialmente 9,5. La CAR asegura que está estudiando la petición.
Explotar el agua subterránea
Una alternativa más de fondo para la ciudad es diversificar sus fuentes, explotando el agua subterránea. Es algo que ya hacen, en pequeñas proporcione, las 64 concesiones oficiales que señala la Secretaría de Ambiente a este diario en respuesta a un derecho de petición. En total, se permite explotar un máximo de 15.721 metros cúbicos de agua al día. Es una proporción mínima en comparación con los 1,6 millones de metros cúbicos que consume Bogotá diariamente de los sistemas de embalses.
Para explotar más pozos se requieren nuevos estudios, que permitan saber cuánta agua tiene Bogotá bajo la tierra, cuál es su calidad y qué capacidad de recarga tiene. Desde hace un par de meses, la Empresa de Acueducto está en diálogos con el Banco Mundial y con el Banco Interamericano de Desarrollo para elaborar los términos de referencia del futuro estudio. Galán no mencionó novedades en el debate de control político de este lunes en el Senado, convocado por la senadora Pizarro.
Restaurar páramos, ríos y humedales
El país, con recursos del Fondo Verde del Clima global, invertirá 92 millones de dólares para restaurar el corredor Sumapaz-Chingaza-Guerrero, según informó el Ministerio de Ambiente hace una semana. El ecosistema es clave para el agua de la ciudad, pero el esfuerzo tomará unos 25 años. “Lo que se aprobó hasta ahora son los recursos para estructurar el proyecto, que esperamos que el año entrante esté aprobado”, advirtió el alcalde en el debate.
Recoger la lluvia
El presidente Gustavo Petro ha insistido en que los hogares deben recoger aguas lluvias para usarlas en limpieza y otras tareas que no requieren agua potable. Para que el Estado pueda financiar la construcción de los sistemas de recolección, propuso declarar la situación de desastre en la capital, pero el comité técnico de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo recomendó no hacerlo. Sobre la propuesta, la Secretaría Distrital de Hábitat lidera un proyecto para “intervenir cerca de 30.000 viviendas” en cinco meses, según confirmó el alcalde a principios de mes.
Desincentivar el consumo con mayores precios
Hace un mes, la Comisión de Regulación de Agua Potable publicó el borrador de resolución para hacer más estrictos los cobros por consumo excesivo de agua. El documento establecía que los hogares entre los estratos 1 y 4 podrán gastar un máximo de 12 metros cúbicos al mes con una tarifa estándar, y que ese tope sería de 10 metros cúbicos en los hogares de estratos 5 y 6. Cada metro cúbico por encima pagaría un sobreprecio pues el actual umbral único de 22 metros cúbicos mensuales no ha reducido el consumo, según la entidad nacional. A la fecha, la plataforma de participación ciudadana Sucop refleja que el proyecto está en “análisis de los comentarios” por la Comisión.
Crear un “ordenamiento alrededor del agua”
El presidente y su ministra de Ambiente, Susana Muhamad, han abogado por repensar el ordenamiento territorial de Bogotá y los municipios vecinos para que gire alrededor del agua. Es una propuesta que Petro lideró como alcalde de la capital, con su Plan Distrital de Desarrollo para 2012 - 2015 y su fallido Plan de Ordenamiento Territorial, y que está contemplada en el actual Plan Nacional de Desarrollo. La meta era tener los lineamientos listos en el primer semestre de 2024, pero, en septiembre seguían las reuniones para construir el proyecto.
Para el alcalde, el Gobierno desconoce que el ordenamiento del territorio es función de los gobiernos locales. “Veo que la ministra de Ambiente habla de unos lineamientos o de unas determinantes ambientales para la sabana de Bogotá, interviniendo indebidamente en el ordenamiento territorial de la ciudad y de la Sabana”, dijo Galán en octubre a EL TIEMPO.
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