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Newsletter de Colombia
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las expectativas de la COP16

A menudo, estas cumbres son vistas como encuentros burocráticos, pero en esta oportunidad dos palabras serán clave: “planes” concretos y “plata” para proteger la biodiversidad

La ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, en la inauguración de la COP16 en Cali, el domingo.
La ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, en la inauguración de la COP16 en Cali, el domingo.Mauricio Dueñas Castañeda (EFE)
Catalina Oquendo

Arrancó la Conferencia sobre Diversidad Biológica de la ONU, COP16, y con ella, las expectativas sobre cómo estas dos semanas en Cali serán cruciales para aletargar, frenar o eventualmente revertir la reducción de la diversidad biológica y la pérdida de hábitats en el planeta. Nada más ni nada menos. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, también presidenta de la COP16, lo dijo de una forma aún más brutal. “Lo que está en juego es en realidad otra ola de extinción”.

A menudo, estas cumbres son vistas como encuentros meramente burocráticos, pero en esta oportunidad, dos palabras serán clave: “planes” concretos y “plata” para proteger la biodiversidad. Ya no será tanto lo que se quiere hacer, sino el cómo. Los 12.000 delegados de 190 países se concentrarán en acordar cómo van a cumplir las metas del Marco de Biodiversidad que firmaron hace dos años en Montreal. Ese acuerdo tiene cuatro objetivos amplios para 2050 y 23 metas más concretas para 2030, que incluyen retos como proteger el 30% de los ecosistemas del planeta y recolectar 200.000 millones de dólares al año para la biodiversidad.

Lamentablemente, ya estamos colgados: el lunes, al instalarse la Cumbre, solo 34 de 196 países habían presentado sus planes a 2030 para frenar la pérdida de especies. Y eso, sin contar con que Estados Unidos no ha ratificado el tratado sobre biodiversidad. La buena noticia es que Colombia, que estaba entre los quedados, entregó su Plan Nacional de Biodiversidad ese mismo lunes, y que lo construyó contó con la participación de 23.000 personas de distintos sectores.

Y como hace falta plata para concretar todas las metas, en la COP16 el hueso duro de roer, la gran discusión, será la creación de un fondo multilateral, el de Uso de Secuencias Genéticas Digitales (DSI). En otras palabras, una bolsa de re cursos conformada con plata de los países, las compañías o las farmacéuticas que recojan alguna especie en una nación biodiversa, exploren su material genético y desarrollen productos con esa información. El objetivo es pues que esas empresas paguen por el acceso y los países menos ricos y con más diversidad ―como los de América Latina― tengan una inyección directa de dinero para seguir protegiendo la biodiversidad.

Desde Cali, un equipo de EL PAÍS América Colombia y América Futura están contando los pormenores de esta conferencia que se considera histórica.

Otras historias

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.
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