Medellín emprende una lucha contra el turismo sexual tras descubrir a un estadounidense con dos niñas en un hotel
El alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, anuncia la suspensión por seis meses de la oferta de prostitución en el barrio El Poblado y limita los horarios de los bares y discotecas en esa zona, en la que, dice, hay una red de trata de personas
El escándalo que ha significado el hallazgo de un ciudadano estadounidense junto a dos niñas de 12 y 13 años en un hotel de lujo en el barrio El Poblado de Medellín ha traído consigo las primeras medidas este lunes. En una rueda de prensa, el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, ha anunciado la firma de dos decretos con los que se prohíbe por seis meses la oferta de turismo sexual en ese sector de Medellín y se limita hasta la una de la mañana el horario de los bares en la zona por un mes. Según ha dicho el mandatario local, el Parque Lleras, lugar en que se concentran discotecas y restaurantes muy visitados por turistas extranjeros, se ha convertido en un sitio en que se cometen delitos ligados a la trata de personas, el narcotráfico y la explotación de menores de edad.
En Colombia la prostitución no es ilegal ni está penalizada, como indica la sentencia T-629 de 2010 de la Corte Constitucional. Sin embargo, Gutiérrez lo hace de una manera extraordinaria y en un sector específico ante la necesidad de combatir a las mafias que, según explica, operan en El Poblado. En la intervención de este lunes, el alcalde dijo: “No podemos prohibir el trabajo sexual, pero sí tenemos que cuidar a quienes también prestan esos servicios al entender que hoy toda esa zona está en control de diferentes estructuras criminales”.
En su alocución, Gutiérrez ha admitido: “Esta es una situación que tocó fondo. Hay una situación grave, difícil”. Anunció, además, que habrá reuniones con los dueños de los bares y hoteles y con representantes de esos negocios para dejar claras las nuevas “reglas de juego”. Aquellos establecimientos que incumplan con las normas, ha añadido el alcalde, no solo se expondrán a un posible sellamiento, sino también a una posible extinción de dominio. Una de las primeras dudas que ha despertado el anuncio de Gutiérrez es si en realidad una prohibición de ese tipo será efectiva para contener la prostitución, al existir la posibilidad de que la actividad se siga fomentando y ofreciendo, con idénticos problemas a los que padece ahora El Poblado, en otras zonas de la ciudad.
El caso del mencionado estadounidense, ocurrido la semana pasada, ha ocasionado una reacción indignada de la ciudadanía y ha vuelto a poner el foco en el problema del turismo sexual y la explotación de niños ligada a esa actividad. El hombre, identificado como Timothy Allan Livingston, fue descubierto gracias a la denuncia de un ciudadano mientras estaba con dos niñas en el hotel Gotham, en los alrededores del Parque Lleras. Aunque fue capturado y permaneció detenido durante 12 horas, las autoridades lo dejaron libre al no haber sido sorprendido en flagrancia. El viernes, una vez liberado, abordó un vuelo con destino a Fort Lauderdale (Estados Unidos). Una imagen de su pasaporte, con sus datos y una foto de su rostro, ha sido difundida en redes sociales después de conocido el hecho.
El hotel en el que Livingston fue capturado es el Gotham, ubicado en el barrio El Poblado, un sector de la ciudad que congrega a miles de turistas cada noche, repleto de bares, restaurantes y hoteles con frecuencia muy costosos para el poder adquisitivo de un ciudadano colombiano promedio y en el que se ejerce la prostitución con control casi nulo. La página del hotel, escrita íntegramente en inglés, ofrece apartamentos de lujo en tres pisos y en un penthouse. En un par de líneas escritas en letra menuda al final del sitio web, el establecimiento anuncia: “Gotham rechaza la explotación, la pornografía y el turismo sexual que involucre a niños y adolescentes”.
Conocido el caso, las autoridades de Medellín ordenaron el sellamiento de Gotham durante 10 días. El alcalde Gutiérrez, sin embargo, consideró que la medida debe ser más severa y cree que el hotel debería pasar por un proceso de extinción de dominio, idea que ha retomado este lunes. “Un solo hecho donde se demuestre que se presenta explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, debería ser causal suficiente para aplicar extinción de dominio a un bien. Un cierre de apenas 10 días es ridículo”, escribió el mandatario. Por otra parte, varios colectivos feministas, como la Red Abolicionista de Medellín han convocado a un plantón para el próximo 9 de abril a las seis de la tarde contra la explotación de menores de edad y mujeres.
La Fiscalía anunció el domingo al final de la tarde que ha destinado a un fiscal del Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) para definir si Livingston incurrió en “conductas delictivas relacionadas con inducción a prácticas sexuales” con las dos niñas en Medellín. Según los hallazgos que arroje la investigación, la entidad contempla la posibilidad de iniciar un proceso de extinción de dominio al hotel en el que presuntamente ocurrieron los hechos.
El turismo lleno de sombras de Medellín
El turismo sexual es tan solo una manifestación de un problema mayor que acarrea otras dificultades muy complejas. En los últimos meses, se han conocido varios casos de ciudadanos estadounidenses que han muerto en situaciones sospechosas en la ciudad. La situación llegó incluso a conocimiento de las autoridades de ese país, que en enero aconsejaron a sus connacionales evitar el uso de aplicaciones de citas como Tinder, Grindr o Bumble en Medellín, después de varios episodios de diversa gravedad originados de encuentros pactados a través de esas vías. “Numerosos ciudadanos estadounidenses han sido drogados, robados e incluso asesinados por sus citas colombianas”, decía un texto de la embajada.
Según explicaba la misión diplomática, a lo largo del último año hubo un incremento en los reportes de incidentes relacionados con el uso de aplicaciones de citas, que con frecuencia son usadas para atraer a las víctimas y robarlas, ya sea por la fuerza o mediante el uso de sedantes. No obstante, la capital de Antioquia también es escenario de problemas derivados de la unión entre el turismo desenfrenado y el tráfico de drogas, o la transformación de ciertas zonas de la ciudad para ponerlas en función de las necesidades y deseos de los visitantes, muchos de los cuales son extranjeros.
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