Los incendios en Santander y Bogotá prenden las alarmas en todo el país

Con una serie de incendios forestales, el fenómeno El Niño ha marcado los últimos días en Colombia. El pasado sábado 20 de enero, a las 11 de la mañana, una cortina de humo envolvió una montaña cerca al Hospital Internacional de Colombia, en el municipio de Piedecuesta (Santander). El incendió tomó fuerza y llegó al sector Ruitoque, hasta que el Instituto de Hidrología Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) decretó la “alerta máxima por incendios forestales” en toda el área metropolitana de Bucaramanga. La alarma aumentó este lunes, con tres conflagraciones en diferentes puntos de los cerros orientales de Bogotá, que no se han podido controlar. Los de Santander sí.

Así lo explicó el gobernador del departamento, Juvenal Díaz, el mismo sábado. Ese día publicó en sus redes sociales un video en el que explica que los incendios “están controlados” y que la situación se veía “mucho mejor”. Sin embargo, otro incendio afectó a Bucaramanga. A las siete de la mañana del domingo seguía activo, como explicó el alcalde, Jaime Andrés Beltrán. “Se presenta a esta hora otra emergencia de incendio en el barrio Manzanares de Bucaramanga”.

Otro incendio afectó la vereda de Santa Bárbara en el municipio de Mogotes, en el sur del departamento. A las ocho de la noche del sábado, Díaz anunció en su cuenta de X que el fuego estaba descontrolado y solicitó ayuda al Gobierno Nacional. “Se está coordinando enviar el helicóptero a apoyar, la aeronave que viene en vuelo permanecerá en alerta en Bucaramanga”, dijo. Pese a que los bomberos evitaron que crecieran los incendios, se multiplicaron en varios puntos, como la vereda Los Pozos, en San Gil. Allí arrasó con 30 hectáreas de cultivos de frijol y tabaco antes de ser controlado.

La Defensa Civil confirmó que más de 90 voluntarios se encuentran trabajando en la zona y calcula que ya se han perdido más de 300 hectáreas de vegetación, unas 600 canchas de fútbol.

De acuerdo con las investigaciones de las autoridades departamentales, el incendio de Ruitoque se causó por una “quema irresponsable”. Reynaldo D’Silva Uribe, secretario de Hacienda de Bucaramanga y quien tiene a su cargo al Cuerpo de Bomberos local, dijo a la emisora Blu Radio: “Como estamos viviendo una época de sequía tan fuerte, una ceniza encendida voló y encendió el resto de la hojarasca”. Señaló que los incendios en San Gil y en Mogotes pudieron ser ocasionadas por el “mal manejo de vidrios, cenizas, colillas, las cuales entraron en contacto con las altas temperaturas registradas en la zona”.

El departamento de Santander no fue el único afectado. En Boyacá, desde el viernes pasado, 38 municipios están en alerta roja por probabilidad de incendios forestales. Y este lunes por la mañana, el gobernador Carlos Amaya decretó la calamidad pública, un mecanismo que permite contratar de emergencia en caso de ser necesario. Reportó que ya eran 101 los municipios en alerta roja y que en las madrugadas la temperatura ha caído a -6º.

Además, este lunes tres incendios han afectado diferentes zonas de los cerros orientales de Bogotá. “El cuerpo de Bomberos de Bogotá y los equipos del sistema distrital de emergencias atienden tres incendios en la ciudad: uno en la localidad de Usme, otro en los Cerros Orientales, a la altura de la calle 66 sobre la avenida circunvalar, y un tercero en Ciudad Bolívar”, explicó el alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán.

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