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Policía
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Construyeron una iglesia con nuestros impuestos

Uno entiende que en la Policía hay muchos hombres y mujeres muy religiosos, mas eso no debe ser excusa para que nuestros impuestos se usen en la construcción de un templo

Vista del edificio nuevo de la comandancia de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Vista del edificio nuevo de la comandancia de la Policía Metropolitana de Bogotá.Secretaría de Seguridad Bogotá

Otra vez se sienten los pasos de una, en apariencia, inevitable reforma tributaria y con ella el dolor de saber que gran parte de los impuestos que recauda la DIAN termina en los bolsillos de esos detestables políticos que no hacen más que enriquecerse a costas nuestras. Es repugnante pensar que tantos y tantos billones de pesos que nos sacan por cada tributo terminan convertidos en la caja para pagar campañas, para darse una vida de lujos, para ayudar al amigo o garantizar la liquidez del padrino político. Es infortunado, pero hay que seguir pagando, pues de los ripios que dejan los corruptos es que sobrevive nuestro lento e ineficaz Estado. Así que a mirar hacia otro lado y pagar.

Pero cosa distinta ocurre cuando no son los corruptos, sino el Estado mismo quien invierte plata en asuntos que no son de su competencia o que no van en beneficio de la sociedad en general. Y eso fue justamente lo que pasó con el edificio nuevo y recién inaugurado de la comandancia de la Policía Metropolitana de Bogotá.

El novísimo inmueble, inaugurado el pasado 13 de noviembre de 2023 por la alcaldesa Claudia López ha sido desde el comienzo una pesadilla para la ciudad. El gran proyecto que se presentó en 2010 terminó convertido en un elefante blanco por deficiencias en sus diseños y tuvieron que pasar casi 12 años para finalmente llegar a buen término. Hay que aplaudir a los arquitectos. AMR Constructores entregó a la ciudad un edificio que es bello y utilitario, pero tiene una gran falla que es la que hoy me hace lamentar el pago oportuno de mis impuestos: construyeron una iglesia.

No es que me parezca mal que se construyan nuevos templos. Cada religión es libre de tener cuantas iglesias o centros de congregación le parezca y pueda sufragar. Pero cosa distinta es que un Estado laico como el colombiano utilice la plata, que podría utilizarse para dotar con más equipos a la Policía o para el pago de más efectivos para la capital, en la construcción de una iglesia católica.

Uno entiende que en la Policía hay muchos hombres y mujeres muy religiosos, más eso no debe ser excusa para que la plata que católicos, protestantes, judíos, musulmanes, ateos y agnósticos aportamos con nuestros impuestos se use en la construcción de un templo para una única religión. Es más, no debería utilizarse para construir ningún templo. El país ya tiene demasiadas afugias económicas como para que ahora seamos patrocinadores de una institución que tiene suficiente plata para hacer sus propias iglesias.

Es importante señalar que no se trata de un oratorio. No son cuatro bancas y una virgen. Se trata de una iglesia con pila bautismal, confesionarios, balcón para el órgano y quince filas de bancas corridas con reclinatorio, como las que hay en las grandes iglesias del país, distribuidas en 4 hileras. Es decir, sesenta bancas grandes. Insisto: no es un oratorio.

¿Cómo terminó la ciudad de Bogotá pagando por una iglesia? Sería bueno que nos contaran esa historia que a todas luces parece una malversación de fondos. En Colombia nadie debe pagar por las creencias de otro y por más que en edificios históricos de la Policía haya iglesias, un nuevo edificio, modelo 2023, no tiene por qué contar con un espacio que rompe con uno de los principios de nuestra Constitución Política.

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