‘Pipe Q-Ida’, activista medioambiental: “Muchos líderes han convertido sus traumas en discursos inspiradores”

Felipe Henao, un hombre de 29 años conocido como Pipe Q-Ida en redes sociales, recuerda que hace ocho años quería ser uno de esos influencers con millones de seguidores. Veía las redes sociales como el camino para tener reconocimiento y repercusión en toda Colombia desde Calamar, un municipio de 9.000 habitantes en el departamento amazónico de Guaviare. Ese éxito no llegó, al menos como él lo imaginaba. El principal impacto fue en su propio pueblo, con seguidores que se entusiasmaron con sus mensajes medioambientales en internet y se sumaron a iniciativas para ayudar a limpiar el río, sembrar árboles y pintar monumentos. Casi una década después, es uno de los participantes que se destaca en el lanzamiento de 75 nuevos líderes de Colombia, una iniciativa de Caracol Radio y El PAÍS América.

“Para poder ser influencer me tocó llevar internet de alta velocidad a mi pueblo”, cuenta Henao en el foro, que se realizó este miércoles en la sede de Chapinero de la Cámara de Comercio de Bogotá. Ya entonces era consciente de que se había convertido en una especie de sucesor de Goyo, un señor que cuando él era niño gritaba los anuncios parroquiales del pueblo a través de un megáfono. Había tenido programas de radio y televisión y se había acostumbrado a viajar a San José del Guaviare para descargar canciones y videos que compartía con la comunidad. Pero las redes sociales y el sueño de emular al youtuber chileno Germán Garmendia eran otra historia. Consiguió ayuda empresarial y aprendió a subirse a postes para llevar la fibra óptica al municipio.

El panel de Henao se titula Líderes que transforman desde los territorios: las raíces como fuente de potencia cultural. Los otros dos participantes son Henry El Jke Arteaga, artista y líder comunitario de Medellín, y Leonel Domicó, activista emberá por los derechos LGBTI. El primero tiene una academia que es una de las canteras de talentos deportivos y musicales más respetadas de Colombia, mientras que el segundo lidera la primera corporación formalmente constituida en el país que lucha para defender los derechos de la población étnica con enfoque de género diverso. Henao resalta, en conversación con este periódico, que su participación en el foro le muestra que en todas partes “hay líderes muy inspiradores” de carne y hueso. “Uno como líder se va con más ganas de hacer más aún”, dice.

El activista señala que Domicó es un ejemplo de que “los líderes no nacen, sino que se hacen”, una idea que el profesor Mauricio Rodríguez explicó unas horas antes en una conferencia magistral. Para Henao, Domicó no eligió ponerse al frente de la causa LGBTI en su territorio. Fueron las experiencias de homofobia, exclusión y discriminación que enfrentó lo que lo llevaron a volverse un referente en el cual otros jóvenes encuentran una red de apoyo. “No es solo discurso, es lo que vivió y lo que logró. Muchos han convertido sus traumas en los discursos inspiradores que traen hoy”, subraya.

Otro de los líderes seleccionados que Henao destaca es el vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, Gerson Chaverra, que relató durante el foro los diversos obstáculos que enfrentó para llegar a la cima judicial siendo un hombre afrocolombiano pobre del Chocó. El activista remarca que le gustó escuchar su historia porque presuponía otra cosa de un magistrado. “Uno imagina que viene de cuna de oro, que nunca le pudo haber faltado nada, que está ahí por tener una familia influyente”, dice Henao. “Pero me hizo irme a mi propia historia, de crecer en medio de la selva, sin oportunidades y brincando sobre cadáveres para ir a la escuela. Es algo que en este momento están viviendo muchos jóvenes y que pueden ver que si él pudo, ellos también”, añade.

Tanto Henao como su pareja, Andrea Rodríguez, hablan tras el lanzamiento de 75 líderes de Colombia sobre Marcela Fernández. Ella es la fundadora de Cumbres Blancas, una oenegé que informa al mundo sobre la magia de las cumbres blancas tropicales e intenta desacelerar su inevitable proceso de deshielo. Rodríguez se identificó con ella por ser una mujer fuerte que se ha empeñado en salir adelante con su proyecto. Henao también se vio reflejado: comenta que Fernández, como él, no terminó la universidad pero eso no fue un impedimento “para lograr cosas grandes”. Además, valora que ella compartió durante el foro su preocupación por los riesgos de seguridad que enfrentan los líderes ambientales, algo que a él lo toca de cerca porque ha sido víctima de varias amenazas.

Pipe Q-Ida señala que “no es la cantidad, sino la calidad” lo que importa en cuanto a los seguidores que tiene un influencer. Se enorgullece de que muchos de los suyos son antropólogos, biólogos y periodistas especializados en medio ambiente. También jóvenes y miembros de la comunidad, con los que ha plantado 50.000 árboles y garantizado la protección de 1.800 hectáreas de bosques. Sin embargo, insiste en combinar el mundo de carne y hueso con el de las redes sociales. A los alumnos de su Escuela de Guardianes de Chiribiquete les muestra videos de otros influencers de medio ambiente como Súper Josué, Francisco Activista y Mariana Terán, y se refiere a su hija Valeria La Guardiana como la nueva generación.

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Durante su intervención, el activista de Calamar enfatizó en que le preocupa “la falta de sentido de pertenencia” que percibe en Colombia. No solo en relación con la Amazonía, sino también respecto al país, el barrio y las calles. Remarca que uno de sus objetivos principales es que los jóvenes de Guaviare sientan orgullo de su origen. “Quiero meter el chip de que las personas de Guaviare no tengan pena de decir que son de Guaviare cuando salen del departamento”.

La jornada termina con varios contactos nuevos para fortalecer los proyectos de Henao. El activista menciona que Gabriel García, uno de los fundadores del festival musical Estéreo Picnic, le ha presentado una propuesta que combina música y medio ambiente. Y otra participante de Casanare le ha hablado sobre la posibilidad de ofrecer cursos de programación en la Escuela de Guardianes. “Somos miles que hacemos cosas buenas, pero no nos conocemos porque cada uno está con su área. Creo que ni siquiera los organizadores saben del impacto tan grande que tienen cuando nos incluyen. Te vas con la misión de ir a compartirle todo lo que aprendimos acá a los jóvenes de Guaviare”, concluye.

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