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Gustavo Petro
Columna
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La diplomacia del presidente Petro

Reacciones apresuradas ante la primera vuelta presidencial argentina, frente a la guerra en Israel y la franja de Gaza o ante la derrota en las urnas de la nueva Constitución en Chile son algunos ejemplos de la falta de tino del presidente

gustavo petro
Gustavo Petro, durante una visita a la Casa Blanca, en Washington, el 20 de abril de 2023.Susan Walsh (AP)

La diplomacia existe para poder convivir entre distintos. El presidente Gustavo Petro parece entenderlo de otra manera porque son tantos y tan frecuentes sus errores en la materia que ideas y propuestas que merecen ser entendidas y discutidas en su real dimensión, quedan sepultadas bajo montañas de palabras destempladas. Ha fallado la diplomacia frente a la guerra en Israel y la franja de Gaza y vuelve a fallar al reaccionar ante el resultado de las elecciones en Argentina. Que un presidente no entienda lo que significan las relaciones internacionales es inaceptable aunque estemos en la era de los liderazgos sin filtros ni formas.

Ante los resultados de la primera vuelta en Argentina el presidente Petro se apresuró a celebrar el triunfo en primera vuelta del peronismo y despreciar, sin mencionarlo, a un candidato controvertido que genera, con razón, gran preocupación en muchos sectores porque refleja posiciones extremas. Apenas conocidos los resultados el presidente envió su mensaje en caliente: “Argentina derrotó la barbarie. Es la hora de la esperanza. Se elije (sic) entre la barbarie y la esperanza. Felicitaciones al pueblo argentino”. Pasaron a segunda vuelta el peronista Sergio Massa y Javier Milei, considerado de derecha radical.

Como la elección sigue abierta, el representante de “la barbarie” (Milei) puede llegar a ser el presidente y con él tendría que tener relaciones el Gobierno de Colombia. A menos, claro, que el presidente Petro decida cometer el mismo error que cometió Iván Duque cuando cortó toda relación con Venezuela y dejó a miles de colombianos en el limbo. Con los vecinos se tiene que convivir en medio de las diferencias buscando lo mejor para el país.

Son muchos los interrogantes que generan en unos sectores o en otros los candidatos que llegaron a segunda vuelta en Argentina y haría bien el presidente en dejar los comentarios a los periodistas, analistas y demás ciudadanos. Se le olvida que la presidencia está para otros asuntos. Lo traicionan tantos años de oposición y no acaba de entender que ahora está en el Gobierno y es jefe de Estado, un cargo que va más allá de sus ideas, sus ambiciones personales y sus prejuicios.

En las reacciones frente a la guerra en Israel y la franja de Gaza, el presidente Petro se equivocó tanto que su mensaje necesario para hacer visible la tragedia humanitaria de los palestinos quedó perdido por el exceso de verborrea y por la falta de empatía para condenar con igual contundencia el asesinato y el secuestro de civiles israelíes en el ataque de Hamás. El presidente, que dice defender la vida por encima de todo, parece no valorar las vidas de los civiles de uno y otro lado de la misma manera. En esta guerra el ataque terrorista de Hamás fue atroz y la respuesta desmedida de Israel también.

El presidente Petro ha recordado una y otra vez en sus redes sociales que en su discurso en Naciones Unidas pidió una conferencia de paz para solucionar la crisis en Palestina, como la pidió para Ucrania. Lo sorprendente es que quiera ser pacificador en el mundo mientras lanza bolas de fuego en sus publicaciones en una red social que se ha convertido en una trampa, así sus seguidores aplaudan cada trino. Alguien con vocación de mediador no agrede, no insulta, no hace comparaciones que ofenden al otro como lo hizo al usar términos del holocausto para criticar la reacción de Israel ante el ataque de Hamás. Se puede, y se debe, sentar posición clara y de principio sin ofender, sin confundir, sin poner en riesgo relaciones importantes para el país.

Colombia tiene relaciones diplomáticas con Palestina y con Israel y en todo sentido es positivo que eso siga así. En buena hora el Gobierno intentó enmendar la plana con las reuniones por separado con los dos embajadores. Y si de verdad el presidente Petro quiere jugar en el plano internacional en la búsqueda de soluciones negociadas haría bien en entender lo que significa la palabra diplomacia. Si se quiere buscar paz hay que encontrar ese pequeño espacio que debe protegerse en todos los conflictos para que el humanismo nos ayude a ver la guerra como la tragedia colectiva que es. La muerte violenta de cualquier persona, más si se trata de un civil, nos debe interpelar a todos. El terror hacia los civiles venga de donde venga es condenable.

No son los únicos episodios internacionales en los cuales ha brillado la falta de tino del presidente. Cuando se pronunció ante la derrota en las urnas de la nueva Constitución en Chile el presidente dijo: “Revivió Pinochet”. Se pronunció primero que el presidente Gabriel Boric, quien luego recibió la derrota con humildad. Petro llevaba pocos días en el cargo y con eso dejó claro cuál sería el tono de una diplomacia que suele girar mucho en torno a él: se ve a sí mismo como un líder internacional a quien el país parece quedarle pequeño. Si bien es cierto que muchas de sus propuestas políticas están conectadas con los grandes debates de hoy en el mundo, la falta de claridad, prudencia y rigor lo ponen del lado de los líderes que no dan certezas a los ciudadanos en tiempos de incertidumbre.

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