Petro, contra los bancos: “El mercado no puede solucionar la crisis climática que produjo”
El presidente colombiano clausura la mayor cumbre global de bancos de cooperación con un discurso a favor del papel del Estado y la sociedad civil en la consecución de los objetivos de desarrollo
Representantes de unos 520 bancos públicos de desarrollo provenientes de 128 países clausuraron en la tarde del miércoles en Cartagena de Indias la cuarta cumbre global del sector. Un cierre marcado por el evidente espíritu de urgencia en la materialización de las metas emanadas de otras citas como los Acuerdos de París (2015). El presidente colombiano, Gustavo Petro, se encargó de poner fin al encuentro con un discurso crítico de buena parte de las tesis que guiaron las discusiones en esta primera edición celebrada en América Latina: “El mercado no puede solucionar la crisis climática que produjo”, sentenció el mandatario de izquierdas ante un auditorio lleno de banqueros y otros asistentes del sector privado.
Sus palabras aludían a la responsabilidad que tienen las empresas, la industrialización y los países desarrollados en el calentamiento climático. Sostuvo que, en el caso colombiano, el mejor remedio contra la crisis sería recuperar los millones de hectáreas de selva amazónica quemadas o arrasadas por la ganadería extensiva: “¿Puede alguien recuperar esa selva sin ninguna rentabilidad?”, preguntó en tono retórico. Desde su punto de vista la iniciativa privada se ha quedado corta porque se limita a actuar sobre la base de proyectos rentables que, en parte, agudizan la deuda de los países emergentes: “Las formas de medir esto son otras. Es otro mundo mental el que nos podría llevar a que la selva amazónica recupere su frontera natural. No en la pequeña esfera de las ganancias”.
Un punto en el que coincidió con la activista botsuana Alice Mogwe, directora de la Federación Internacional de Derechos Humanos, quien, minutos antes de la intervención del presidente colombiano, recordó que es fundamental un cambio conceptual para frenar la agudización de los incendios, huracanes, sequías o inundaciones. La mirada del mundo, enfatizó, se debe centrar en las comunidades, la equidad y los derechos humanos: “Para lograr un desarrollo sostenible necesitamos trabajar sobre el terreno con un sentido comunitario”.
El discurso de Petro comenzó con una hora de retraso, sobre las 3.20 de la tarde (hora colombiana), y generó cierta expectativa entre los asistentes por las demoras crónicas y cancelaciones del presidente. Pero con su llegada corrió un aire de alivio en el auditorio Getsemaní. El primero en intervenir en el cierre fue Rémy Rioux, director de la Agencia Francesa para el Desarrollo, quien expresó su satisfacción con el resultado de este encuentro mundial de la banca de cooperación: “Cartagena confirmó que se trata de un movimiento global. Un sector que ha llegado a mover el 10% del total de los flujos financieros del mundo”.
También expuso la relevancia de los 280 billones de dólares invertidos en proyectos verdes durante 2022 y recalcó que este tipo de encuentros sirven para evitar “duplicar esfuerzos”. Petro, con un lápiz que daba vueltas como una baqueta entre los dedos, tomaba apuntes y alguna foto panorámica del auditorio, que en cuestión de minutos saltó de su celular a la cuenta oficial de X (antes Twitter).
Entre los panelistas también estuvo Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). El experto en finanzas español reforzó la idea de lograr un sistema financiero más inclusivo, que corrija las falencias en la cadena de producción agrícola: “Hay que romper el silencio” en torno al papel de diversos actores y su potencial en la ayuda al desarrollo, afirmó. Y mientras las palabras de todos los panelistas gravitaron en torno a conceptos como “sinergias, colaboración, filantropía o equidad”, las palabras del mandatario anfitrión se mostraron por momentos menos diplomáticas.
Sobre el final de su intervención expuso una vieja idea a la que etiquetó como un “Plan Marshall” contra la crisis climática: “Se puede hacer una inversión mundial mucho más grande”. Y tras evocar la figura de Keynes, explicó que se trata de “una emisión mundial que permita al pagar los acreedores de la deuda los derechos especiales de giro la disminución de los servicios de deuda de todos los países del mundo”. ¿El objetivo? “Liberar el espacio financiero presupuestal de los poderes públicos”. A la espera de que se confirme el país asiático donde se celebrará la próxima cita, el cronómetro parece correr en contra y la banca pública de cooperación tiene una responsabilidad esencial para pasar de la retórica a la acción, concluyó el presidente Petro en Cartagena de Indias.
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