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La reforma pensional de Petro encuentra un primer salvavidas en el Congreso

La Comisión Séptima del Senado aprueba el informe de ponencia con el apoyo de la senadora cristiana Lorena Ríos y la presencia de dos legisladores uribistas que garantizaron el cuórum

Lucas Reynoso
Manifestantes exigen al Congreso que desatasque las reformas propuestas por Petro
Manifestantes exigen al Congreso que desatasque las reformas propuestas por Petro, en Bogotá, el pasado 7 de junio.Carlos Ortega (EFE)

El Gobierno de Gustavo Petro se anotó un importante éxito legislativo en la noche del jueves, en medio del atasco del Congreso y de la crisis política por el escándalo que protagonizan Laura Sarabia y Armando Benedetti. La Comisión Séptima del Senado ha aprobado con siete votos a favor y dos en contra el informe de ponencia de la reforma pensional, una de las prioridades del Ejecutivo —junto a la salud y la laboral—, lo que muestra que el Gobierno tiene los votos para que se apruebe en el primer debate y se evite el inminente hundimiento. Los senadores uribistas Honorio Henríquez y Alirio Barrera, del Centro Democrático, otorgaron un primer salvavidas al proyecto: aunque votaron en contra, se quedaron en un debate que sino se hubiera quedado sin cuórum. Asimismo, fue esencial el voto de Lorena Ríos, del partido cristiano de derecha Colombia Justa Libres.

La sesión casi naufraga. Los senadores aliados del Gobierno esperaron durante horas y aprovecharon a cantarle el feliz cumpleaños a la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez. Hubo quejas porque la citación se había realizado pasadas las once de la noche del miércoles. No obstante, el cuórum finalmente quedó garantizado con Henríquez y Barrera. Hubo una larga lista de ausentes: Miguel Ángel Pinto (Liberal), cuya esposa murió este viernes en la madrugada; Nadia Blel y Alfredo Marín (Conservadores); Ana Paola Agudelo (Movimiento Independiente de Renovación Absoluta, MIRA) e incluso la presidenta de la comisión, Norma Hurtado (Partido de La U). Los debates sobre el articulado comenzarán el próximo martes.

La reforma busca mantener el sistema mixto de pensiones pero fortaleciendo a la estatal Administradora Colombiana de Pensiones (Colpensiones). En caso de aprobarse, los colombianos deberán cotizar sobre sus primeros tres salarios mínimos a Colpensiones (3.480.000 pesos, unos 830 dólares) y el restante de sus ingresos, si existen, a fondos privados. Además, se crea en paralelo una renta mensual de 223.800 pesos (unos 54 dólares) para casi tres millones de adultos mayores que no tienen una pensión. Es una de las prioridades del Ejecutivo, como recordó la vicepresidenta Francia Márquez el pasado miércoles, en un discurso en la Plaza de Bolívar: “¿Dejamos morir a nuestros viejos? ¿O les garantizamos una vejez digna?”.

El senador Henríquez señaló que todavía quedan por delante los debates más arduos: “Consideramos que los 17 artículos en los cuales no logramos un consenso son la columna vertebral de la reforma pensional”. Asimismo, el opositor argumentó que el proyecto atenta contra la libertad de elección respecto a escoger un fondo privado, no garantiza los recursos para que los jóvenes puedan pensionarse en el futuro y no incentiva el ahorro. “Reconocemos que se requiere una reforma pensional, pero hay algunos artículos que nos preocupan respecto a la sostenibilidad financiera”, remarcó.

El debate del jueves por la noche contó con la presencia de la ministra Ramírez; del nuevo presidente del Senado, el oficialista Alexander López Maya; del jefe de la cartera del Interior, Luis Fernando Velasco; y del presidente de Colpensiones, Jaime Dussán. El presidente del Senado agradeció que hubieran asistido Henríquez y Barrera, y criticó a quienes buscan dilatar las discusiones. “El país se está cansando de que las discusiones se den por fuera de donde se tienen que dar (...) No es ético, no es serio, dilatar, dilatar y dilatar para ganar tiempo cuando el país está reclamando reformas”, declaró. “Si esta reforma se hunde, listo, avanzamos. El Gobierno y nuestra bancada mirará qué hacer [en la próxima legislatura], pero queremos debates”.

El Pacto Histórico no logrará aprobar este semestre ninguna de las tres reformas sociales que tenía como prioridades —salud, laboral y pensional— pero puede evitar las derrotas políticas de un hundimiento, si logra que superen el primero de sus cuatro debates. El presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, reconoció esta semana en una entrevista con EL PAÍS que ahora las ambiciones son más limitadas: “Tristemente no seré yo el que firme las leyes cuando sean aprobadas, ya es imposible. Con que podamos aprobar la reforma a la salud en plenaria de Cámara es un gran avance, y ojalá podamos tramitar por lo menos en comisiones séptimas tanto laboral como pensional”.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.

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