Los enemigos de Petro

En la política, como en la vida, no todo es blanco o negro. De hecho, son los grises los que dominan el panorama. Hay momentos en que el optimismo reina y las buenas noticias abundan, así como hay instantes en donde el pesimismo y la preocupación se hacen latentes de la mano de informaciones que no necesariamente son las mejores para un Gobierno.

Volvió la inseguridad a niveles anteriores al proceso de paz con las FARC en el sur del departamento del Meta. ¿Debe o no contarse esa válida preocupación para miles de campesino en ese lugar de Colombia? Miles de militares en retiro salieron a marchar contra el Gobierno del presidente Petro. ¿Debe ignorarse esa manifestación? Los micro y pequeños empresarios están preocupados por el impacto que la reforma laboral puede llegar a tener sobre esas empresas que en muchas ocasiones viven del día a día. Como son voces contrarias al Gobierno, ¿es pertinente acallarlas y convertirlas en un lejano ruido de fondo?

Muchos seguidores del presidente estarán de acuerdo en que esas son noticias que no deben contarse porque hacen daño a Petro, pero ¿qué tan democrático es esto?

Con el paso de los días, el presidente Petro ha graduado a los medios de comunicación como enemigos de su Gobierno solo por mostrar la verdad, por decir lo que está pasando así a él no le guste. Algo similar pasó en el Gobierno de Duque cuando a los medios nos convirtieron en los culpables de las movilizaciones del paro nacional y cuando se hacían denuncias sobre las irregularidades que se presentaron en ese cuatrienio, por ejemplo, el robo de los 70.000 millones del contrato de Centros Poblados.

Sin embargo, hay una larga diferencia entre Duque y Petro. Mientras que durante el Gobierno del primero a los medios se los veía con malos ojos, pero se les dejaba trabajar, en el de Petro hay un constante discurso de ataque a los medios a los que se señala de querer hacerle daño al Gobierno.

Se equivoca nuestro presidente cuando publica esos trinos que terminan lanzando a los leones a los medios de comunicación, criticando su trabajo solo porque a él no le gusta. Se equivoca porque los medios tienen una misión que no es la de pasársela haciendo loas al trabajo de un Gobierno (el que sea), sino que haya una labor de veeduría y un ejercicio de darle voz a todos los espectros del mundo político.

Dicen los seguidores de Petro que no se debería entrevistar más a los integrantes del Centro Democrático porque le han hecho mucho daño al país. ¿Es esa una acción digna de un demócrata, o, al contrario, es el camino de quienes quieren desaparecer a toda una porción de la opinión pública como si esta no hiciera parte de las realidades del país?

Petro se equivoca al lanzar a los leones a los medios de comunicación que hace ya muchos años fueron clave para que sus denuncias como congresista fueran conocidas nacionalmente. En aquel entonces los Gobiernos detestaban esas publicaciones, pero no pedían a los colombianos dejar de confiar en los medios. La misión de los periodistas no es agradar. Ojalá Petro lo entienda.

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