El Rey de España respalda la paz total de Petro: “El silencio de las armas es un anhelo de todos los colombianos”

Difícil encontrar dos personas más distintas en el mundo que hayan mostrado una mejor sintonía: un guerrillero en su juventud frente a alguien criado en un palacio. El Rey de España y Gustavo Petro, presidente de Colombia, dieron sendos discursos este miércoles antes de una cena oficial con políticos y empresarios en el que resaltaron la hermandad y las buenas relaciones existentes entre los dos países. Felipe VI incluso dio su apoyo a la paz total, la idea de Petro de desarmar a la guerrilla y a los carteles de la droga de una vez por todas. “Lo apoyamos. Es un anhelo que comparten todos los colombianos, el silencio de las armas. Es un arduo camino en busca de una paz duradera en su país”, dijo el Rey.

El monarca fue el primero en tomar la palabra y calificó así la relación bilateral en el encuentro que se celebró en el Palacio Real de Madrid: “Es de hermandad, de respeto mutuo y de enorme interés estratégico”. Recordó que estuvo en Cartagena de Indias en el 450 aniversario de la fundación de la ciudad y que desde entonces sus viajes a ese país han sido constantes. También se acordó de que Petro estudió en la Universidad de Salamanca, a donde regresará el viernes a dar una charla. “En España ser colombiano se ha convertido en sinónimo de amistad”, agregó el Rey.

Señaló que la cumbre UE-Celac, bajo la presidencia española del Consejo de la Unión, será una gran oportunidad para profundizar los vínculos entre los dos países. “Solo a través de la acción concertada entre nosotros podremos lograr afianzar los valores que compartimos y en los que creemos, avanzar con mayor seguridad y confianza tanto en los temas de interés birregional como los que ocupan la agenda global”, continuó.

El Rey recordó que en su discurso en el Congreso de los Diputados de la mañana Petro hizo referencia a la amenaza que supone el cambio climático para la humanidad. “La preeminencia que otorga a la preservación del medio ambiente, desde la condición que tiene Colombia como reserva mundial de la biodiversidad y agua, la está convirtiendo en ejemplo para abordar la transición energética y la lucha contra los efectos del cambio climático. Ha situado el medio ambiente en el centro de su agenda nacional e internacional”, apuntó.

Petro no llevó ningún texto escrito, improvisó. Llevaba puesto el collar de la Orden de Isabel la Católica, que le ha sido otorgado a propuesta del ministro de Exteriores, José Manuel Albares. El presidente de Colombia empezó con fuerza al asegurar que las relaciones entre Europa y América Latina necesitan un cambio de paradigma y no pueden ser las mismas que las de hace cinco siglos. Aprovechó que en el salón había muchos empresarios para recordarles también que el mundo empresarial necesita nuevas ideas, según él. “Se decía que la libertad era comprar lo que se quisiera y producir y vender lo que se quisiera. Quienes no pensábamos así éramos arrinconados, dinosaurios nos decían. Si hiciéramos eso, parecemos, dejamos de existir como especie y como individuos”.

Eso le dio pie a su discurso catastrofista sobre el futuro del mundo. Está convencido de que el planeta y la democracia están en serio peligro. “A veces pienso que podría traernos un nuevo 1933 europeo, alemán. A veces pienso que los días de la democracia quizá estén contados”, explicó. Su discurso se alargó el doble que el del Rey. “América Latina no se ha industrializado en décadas. Tendríamos que hacer una nueva sociedad, dado tanta presencia de empresarios aquí. No se puede establecer una economía donde uno gana y otro pierde. Ese mundo se acabó”, insistió ante los CEO de las empresas más importantes de ambos países.

Gustavo Petro realiza estos días una visita de Estado a España, la de más calibre desde que en 2021 viniera aquí el presidente italiano, Sergio Mattarella. Petro dio un discurso en el Congreso de los diputados en el que alertó de la resistencia que existe en su país a los cambios que promueve. En esa misma idea redundó en una entrevista en exclusiva con EL PAÍS. Los diputados de Vox, de extrema derecha, se marcharon antes de que empezase hablar, entre los aplausos del resto de la cámara, que celebraba su ausencia. La bancada del PP, la derecha moderada, no aplaudió al presidente colombiano hasta que vio hacerlo a su líder, Alberto Núñez Feijoo. Antes estuvo con los Reyes, que le ofrecieron un almuerzo oficial.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha dicho ante Petro que desea que “alcanzar la paz total sea un beneficio de todos los colombianos” y que sus desafíos reformistas van encaminados “a robustecer la democracia”. En su intervención, el presidente colombiano dijo conocer España incluso antes de haber venido a través de la lectura del Quijote, “que me acompañó de niño”, escribió después en libro de visitas del Congreso. “Soñaba con un ejército de Quijotes buscando la justicia del mundo (…). De alguna manera me convertí en un Quijote”, dijo. Petro fue muy aplaudido por la cámara, hasta el punto de que aseguró que nunca había recibido una ovación semejante durante sus 20 años como parlamentario en su país.

Petro ha aterrizado en España en un momento clave de su mandato, que tiene apenas nueve meses. Su primer gabinete pretendió ser de concentración, dándole varios ministros clave a sectores centristas y conservadores. La semana pasada, sin embargo, cambió el rumbo por completo y se rodeó de su gente de confianza. Petro considera que sus reformas han encontrado resistencia en el Congreso colombiano y que su administración no ha sabido adaptarse a este escenario a la contra. Ahora invoca a la gente a salir a la calle para defender sus propuestas, que habían quedado muy rebajadas en los proyectos de ley. Un Petro más escorado a la izquierda ha sido el que le ha estrechado la mano al Rey y se ha colgado un collar en homenaje a una reina.

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