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Germán Bahamón: “Lo que debe hacer la Federación es crear consumo de café, no producir y luego ver a quién le vende”

El nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros es un ingeniero agrícola huilense que durante cinco años comandó la operación de Apple en Colombia con buenos resultados

Germán Bahamón posa para un retrato durante entrevista para EL PAÍS, en Bogotá (Colombia), el 24 de abril del 2023.
Germán Bahamón posa para un retrato durante entrevista para EL PAÍS, en Bogotá (Colombia), el 24 de abril del 2023.Diego Cuevas
Camilo Sánchez

Es el nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros. Exdirector de Apple Colombia, Germán Bahamón también trabajó durante 13 años en Sony, una etapa de la que rescata el profundo respeto que la cultura japonesa imprime a los procesos corporativos y la austeridad organizacional. Explica que esos dos rasgos guiarán su mandato, junto a la profundización en el uso de nuevas tecnologías. Con 48 años enfatiza que son herramientas que se deben incorporar cuanto antes a la caficultura colombiana “no solo en las prácticas de comercio, sino también en las tareas agrícolas”.

Natural de Neiva (Huila), la capital del departamento que se ha convertido en el mayor productor de café de Colombia con el 18,5% del total, se muestra algo agitado en principio y confiesa que ha tratado de limitar las declaraciones a la prensa. Cuenta que no forma parte de ninguna dinastía de las que han proliferado en la dirección del gremio privado. Su familia, en cambio, sí ha estado vinculada con el negocio cafetero y él subraya, en un hotel de cadena estadounidense a pocos metros de la sede federativa donde se desarrolla la entrevista, que estudió ingeniería de producción agroindustrial: “Yo quiero traer mi experiencia corporativa en empresas multinacionales y mi formación en actividades agropecuarias a un gremio que necesita una persona sin ataduras y que garantice la representación de los 15 comités departamentales en igualdad de condiciones”.

Pregunta. ¿No le da algo de vértigo pasar de Apple a la Federación Nacional de Cafeteros?

Respuesta. El equipo que lideré en Apple tuvo éxito. Recibí una compañía con ventas de 860 mil millones de pesos y a 31 de diciembre del año pasado llegamos a 2,1 billones. Tuvimos la mejor participación de mercado, el mejor desarrollo de la marca en el país. Pero nunca he estado lejos de la actividad agropecuaria. Soy un provinciano que ha trabajado en Sony, La Alquería y Kimberly Clark. Si a eso le añadimos el ADN agrícola, porque soy caficultor de tercera generación, y mi conocimiento de los mercados internacionales, creo que todos los sectores de la agremiación pueden estar tranquilos de que vendrá una persona con capacidad de traer unidad al gremio, con un buen gobierno corporativo y capacidad de innovación tecnológica.

P. Una red de veedurías ciudadanas ha interpuesto este lunes una denuncia penal en su contra por presunto falso testimonio, al no haber declarado ante la Federación que es representante legal de una compañía de café, un hecho que lo inhabilitaría para asumir la gerencia.

R. Es una denuncia temeraria e infundada. Nada que pueda generar algo más que ruido mediático. Es definitivamente malintencionado.

P. La producción anual de café de 2022 fue un 12% menor que el año anterior, ¿cómo va a afrontar la situación?

R. No me inquieta que haya decrecido porque tenemos una razón de peso y científica, que fue la falta de luminosidad. Cuando usted cultiva una planta ésta enfrenta un régimen de lluvias muy alto y falta de luz, se expresa menos en términos de producción. Lo que debemos hacer es propender por mejorar la productividad de los cultivos a través de la renovación y de la ampliación del parque cafetero en Colombia. Si eso ocurre, y nos acompañan los pronósticos de que este año habrá menos lluvias y un poco más de luminosidad, es muy probable que haya una mayor producción.

P. ¿Cómo manejará los altibajos en la cotización del cambio del dólar?

R. Colombia llegó a una cifra récord en el valor de la cosecha: 14.5 billones de pesos. Los precios han mejorado y estamos esperando que los insumos empiecen a caer para que la rentabilidad del negocio sea mejor para las familias cafeteras.

P. Del factor cambiario depende, en buena medida, la solución a las millonarias deudas que tiene la Federación por el incumplimiento en las ventas de café a futuro del año pasado ¿De cuánta plata estamos hablando?

R. Nadie puede decir una cifra exacta en este momento, pero se ha calculado que son unos 700.000 millones de pesos comprometidos en el sistema de futuros. Creo que no se puede satanizar la herramienta que, si bien tiene unos riesgos inherentes, en este caso se dio en una coyuntura demasiado especial como lo es una pandemia. Los commodities en el mundo crecieron de una manera desbordada e impredecible, y eso generó un desbalance en la garantía de compra. De todas formas, no descarto que haya habido falta de algunos controles en los contratos. Como nuevo gerente debo entrar rápidamente a buscar una solución, empezando por robustecer el sistema de cooperativas que hoy es el único eslabón capaz de asegurar la garantía de compra.

P. El lío a raíz del arriendo de una sede de la Federación en Nueva York cuyos gastos no se habrían girado al Fondo Nacional, suma otras dudas sobre la trasparencia del gremio.

R. No tengo tanta información sobre ese caso, pero podría decir dos cosas de manera general. La Federación es un holding de empresas. Hay que ver qué servicio le está prestando la oficina central no solo a los cafeteros, sino a esas empresas. También creo hay que buscar más austeridad desde el centro; empoderar a las regiones y potencializar las oficinas de comercio exterior. Tenemos un mar de oportunidades en países como China, que está incipiente en el consumo, o India, que también es un gigante y está incipiente. Lo que debe hacer la Federación, que es lo que hacen todas las compañías, es crear consumo. No se trata de producir para ver a quién le vendo, sino crear consumo para saber con más certeza cuánto tengo que producir.

P. ¿Por qué ha resultado tan ajetreado el proceso, a veces con serias fricciones con el Gobierno, para encontrar el reemplazo de Roberto Vélez?

R. Yo creo que hoy hay una relación armónica con el Gobierno. Lo que es importante resaltar es que la Federación debe seguir trabajando en hacer sostenible su parte privada a través de la potencialización de sus negocios. Llámese Buen Café, llámese Procafecol, llámese Fundación Manuel Mejía. Estos negocios son la única garantía de autonomía y sostenibilidad para el gremio. Las relaciones con el Estado deben ser a su vez fluidas para velar por la prosperidad de las 540.000 familias cafeteras. El contrato de administración del Fondo Nacional del Café, que es un fondo parafiscal, debe ser una garantía de buen entendimiento entre la empresa privada y el Gobierno.

P. ¿Cómo amortiguar el despoblamiento del campo?

R. El cafetero hoy tiene una edad promedio de 58 años. Ya hay una hoja de ruta que se llama el Plan 100/100, falta un gerente que lo ejecute. Tenemos un instrumento fundamental, el Incentivo de Capitalización Rural, un crédito creado en 1993 por el entonces ministro de Agricultura, hoy de Hacienda, José Antonio Ocampo. Hay que activar ese instrumento. El tercer tema es infraestructura. Sabemos perfectamente que el reto para que seamos competitivos desde el punto de vista agrícola se centra en el mejoramiento de las vías terciarias, en la vivienda cafetera, o la titulación de predios para que los jóvenes vuelvan a ver que es un camino de progreso profesional.

P. Pero no es rentable.

R. Muchas veces los mismos papás les dicen, ‘mijo, váyase a la ciudad para que no haga lo que yo he hecho toda la vida’. Pero si somos capaces de devolverles el orgullo y el arraigo por el cafetal, y que entiendan que hay más negocios alrededor del café, podríamos capacitarlos en otras actividades como la catación, la tostión, o el barismo. Y una cosa muy importante: hay que desarrollar instrumentos para la protección social. El agricultor en Colombia no tiene derecho a pensión, los jóvenes saben que la vejez en el campo es muy dura y también por eso se van. Esperamos que el Gobierno nos ayude, dentro de su reforma, a darle finalmente una pensión a los agricultores.

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Sobre la firma

Camilo Sánchez
Es periodista especializado en economía en la oficina de EL PAÍS en Bogotá.

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