La fractura entre regiones agudiza la batalla por la Federación de Cafeteros
El indeciso apoyo del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha despertado todo tipo de incertidumbres en la antesala de la elección del próximo gerente del gremio
La reacción suscitada en buena parte del mundo cafetero tras el anuncio del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, fue de sorpresa y aprensión a partes iguales. El jefe de la cartera expuso la semana pasada su descontento con la lista final de siete aspirantes a la gerencia de la Federación Nacional de Cafeteros, previamente escogidos en votación por el comité directivo. El eje de su argumento giraba en torno a la reducida cuota femenina, representada en solitario por la excontralora Sandra Morelli, que tendría un puesto asegurado en la terna final, ya que debe incluirse a por lo menos una mujer.
El proceso para encontrar el remplazo de Roberto Vélez, pereirano de 62 años que estuvo al frente de la gerencia hasta finales de diciembre, suma ya 90 desgastantes días. No resulta difícil suponer que este jueves el ambiente será agitado en la reunión del Comité Nacional, integrado por miembros del Gobierno y los 15 representantes de las regiones cafeteras, para acotar la lista a una terna final.
El experimentado dirigente y columnista del diario La República Guillermo Trujillo recuerda que, si bien la Federación administra un fondo público, el Fondo Nacional del Café es un gremio privado: “El señor ministro de Hacienda tiene facultad de voto en el Comité Nacional. Por eso la instancia legal que le corresponde es en el momento en que se haya elegido la terna, no antes. Queda claro que en este proceso él se ha extralimitado en sus atribuciones”.
Recuerda que el ministro Ocampo radicó un escrito ante la Federación, en la que delineaba los requisitos del perfil para escoger al nuevo director. “Ese documento”, apunta Trujillo, “generó una resolución que establecía unas exigencias llenas de subjetividad, como por ejemplo que el candidato ‘debe tener capacidad de unir al gremio’. Es una cosa absurda, que nunca había sucedido”. Ocampo ha manifestado su malestar en privado. Las razones están ligadas a la ausencia en la lista de María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana. De acuerdo con fuentes del sector y medios como Diario Criterio y La Silla Vacía, la exministra de Comercio del Gobierno de Santos era la candidata por la cual se habría inclinado el ministro, pero fue descartada por unanimidad en la primera criba del proceso, al que se presentaron 45 hojas de vida.
Hoy la incógnita que ronda en la asociación, que cuenta con unos 350.000 afiliados, es cómo jugará sus fichas José Antonio Ocampo. El economista y profesor de la Universidad de Columbia explicó a EL PAÍS que su propuesta es “complementar la lista” de siete con tres nombres más donde figure al menos otra mujer más, pues en principio la selección era de 10 perfiles. Esa decisión que desvirtúa la posibilidad de quienes pensaban que el Gobierno podría objetar la primera lista, en contra del reglamento, e instar al gremio a repetir la confección de una nueva batería de aspirantes.
El abogado Diego Márquez señala para el portal especializado Agro Negocios que el ministerio “técnicamente no puede incidir de forma directa, y por eso en su comunicado dice que le pedirá al Comité Directivo que revalúe la cantidad de mujeres”. La decisión queda en manos de ese cuerpo colegiado, el segundo en importancia en el gobierno federativo, superado solamente por el Congreso Cafetero que debe definir quién tendrá la dirección de un gigante que acapara casi todos los rincones de la caficultura en Colombia, cuya producción ha caído en el último año un 8%, según cifras del gremio.
De no dar marcha atrás, según Guillermo Trujillo, habría lesionado la credibilidad del encargado de Hacienda en el sector. Especialmente frente a un bloque importante de 10 regiones productoras, todas de la periferia del mundo cafetero, que se han apelotonado para contrarrestar el poder tradicional del bloque de los cinco comités históricos que han moldeado la historia de la Federación: Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Risaralda y Norte de Santander. Se trata, en últimas, de un pulso entre el centro, donde tienen peso familias como los Cárdenas y el expresidente Juan Manuel Santos, y la periferia, que hoy tiene mejor rendimiento en términos de producción, especialmente con departamentos como Huila, Cauca o Tolima, que con los otros siete ya suman entre el 60 y el 70% de la producción total.
No es poco, si se tiene en cuenta que siete de los 11 exgerentes provienen del Eje Cafetero y Medellín, una región encajonada entre montañas del centro del país. No sobra anotar que los estatutos establecen un sistema de voto similar al modelo electoral estadounidense, donde el porcentaje de producción de cada departamento define el número de papeletas. Las regiones con más del 9% de la producción, por ejemplo, tienen seis votos, y los que tienen entre el 3% y el 9% suman cuatro votos.
De la misma forma, los nombres que siguen en carrera, además de la ya mencionada Morelli, son: el exgerente comercial de la Federación, Felipe Robayo; César Augusto Echeverry, caficultor y experto en sostenibilidad y cambo climático; Germán Bahamón, huilense y actual gerente de Apple en Colombia; Luis Fernando Mejía, economista y director de Fedesarrollo; el empresario risaraldense Mauricio Velásquez García y Santiago Pardo Salguero, exvicepresidente de Analdex y exrepresentante de la Federación en Asia.
“Todo ha estado históricamente centralizado”, se queja Armando Benavides, representante del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, en el comité cafetero. “Caldas, por citar un ejemplo, tiene la fábrica de café liofilizado Buencafé, tiene el centro de investigaciones Cenicafé, la Fundación Manuel Mejía. Una concentración total, igual que Risaralda y Antioquia”. No obstante, asegura que el apetito de poder de los cinco grandes no pierde impulso: “Nosotros, los más alejados, los que estamos más distantes del centro y somos más pequeños y con más problemas, nos agrupamos para aprovechar el momento político y buscar el cambio”.
Trujillo hila más fino, y califica el manejo político del Gobierno como deficiente. El presidente Gustavo Petro, opina, ha sido cauto en los últimos meses. Recuerda que, tras destituir a principios de diciembre al entonces gerente Vélez a través de una inusual llamada telefónica hecha por su secretaria privada, apenas se ha inmiscuido. Desde entonces, prosigue Trujillo, la postura oficial del Gobierno ha sido una incógnita, un factor que a su juicio ha dejado algunas fisuras en el proceso: “Tradicionalmente, el ministro de Hacienda manifiesta abiertamente su candidato, y en torno a esa decisión los integrantes de la Federación movían sus fichas”.
La única mujer en carrera, la excontralora Sandra Morelli, explica que ella también habría preferido que participaran más mujeres en la recta final y elude lanzar vaticinios sobre lo que sucederá el jueves. “Estamos en ascuas. No sabemos qué va a pasar. Si se sigue el reglamento, se conformará la terna; si deciden replantearla, pues tenemos que ver cuál es la decisión”. ¿El Gobierno tiene margen para anular la lista de siete candidatos? “No, el reglamento no lo contempla”, afirma la abogada, cuya postulación ha sido cuestionada debido a un proceso abierto en su contra ante la Corte Suprema de Justicia por los presuntos delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación en favor de terceros.
Danilo Vivas, representante del sureño departamento del Cauca, se muestra reacio a dar declaraciones a este diario. Tras dar algunos rodeos, opta por conceder que la situación ha amenazado con “resquebrajar” la institucionalidad federativa. Y apostilla que en cualquier cosa la atmósfera de crisis institucional no se compadece con un sector que aporta “el 13% del PIB agropecuario”.
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