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Petro suspende el alto al fuego con el Clan del Golfo

El presidente asegura que la organización atacó a la policía con un fusil y que a partir de ahora la fuerza pública debe actuar de inmediato contra ella

Juan Diego Quesada
ELN ataques explosivos catacumbo
Fotografía cedida por las fuerzas militares de Colombia de soldados custodiando las vías en el Bajo Cauca antioqueño (Colombia), donde ha habido un paro minero infiltrado por el Clan del Golfo.Fuerzas Militares (EFE)

Gustavo Petro ha ordenado la suspensión inmediata del alto el fuego con el Clan del Golfo después de que se haya registrado un ataque contra la policía. “No permitiremos que sigan sembrando zozobra y terror en las comunidades”, escribió el presidente de Colombia en su cuenta de Twitter. El Gobierno cree que este grupo armado ha continuado dedicándose al negocio ilegal del oro y al tráfico de cocaína, y que está detrás de un violento paro minero en el Bajo Cauca antioqueño, una región en el noreste de Colombia.

El anuncio del presidente supone la primera ruptura con una de las organizaciones criminales que se había acogido a la paz total, el empeño de Petro de negociar o someter de forma simultánea a todos los grupos armados del país. Vislumbraba una nación en paz después de décadas de violencia. El mandatario ha sido tajante: “A partir de ahora no hay cese al fuego con el Clan del Golfo. La fuerza pública debe actuar de inmediato contra las estructuras de esta organización mafiosa”.

La ruptura venía fraguándose en los últimos días. Petro ya había reconocido que la organización no respetaba el armisticio y que se había infiltrado en la protesta minera para sembrar el caos —el Clan del Golfo lo negó en un comunicado—. El ministro del Interior, Alfonso Prada, dijo que la ruptura del cese no estaba sobre la mesa, pero que cualquier cosa podría pasar, como finalmente ha ocurrido. El presidente se ha hartado de esta organización heredera del paramilitarismo, enfrentada también con la guerrilla del ELN y las disidencias de las FARC.

El historial del Clan del Golfo no era muy alentador. En la zona del Meta ha aplicado de forma violenta lo que ellos llaman una limpieza social, que supone en la práctica atacar a ladrones, drogadictos, mujeres que ejercen la prostitución. Instalan en sus territorios un régimen de terror. La Defensoría del Pueblo ha documentado que ha asesinado a personas acusadas de ser informantes del Gobierno.

Hace unas semanas designó a unos abogados para entablar contactos con el Gobierno. Quería una negociación como la del ELN, con una mesa, unos acuerdos, un diálogo. Eso era otorgarle un carácter político que en realidad no tiene. Los socios de Gobierno de Petro le pedían que no negociara con narcotraficantes, sino que los sometiera a la ley. El fiscal general de la nación se negó a levantar las órdenes de captura contra los representantes del clan que iban a conversar con las autoridades. Ya no hará falta.

El debate ha quedado zanjado de un plumazo: no más concesiones para el Clan del Golfo. Un ataque con fusil a la policía ha sido el detonante. Además, los disturbios en el lugar del paro minero han continuado. El gobernador de Antioquia subió a su cuenta de Twitter vídeos de camiones y autobuses en llamas. “Hace pocos minutos se presentó la quema de por lo menos 4 vehículos de carga y 2 buses de transporte público en carreteras del Bajo Cauca. REPUDIO TOTAL a quienes insisten en sembrar zozobra y terror ante ofensiva de la fuerza pública contra los ILEGALES”, escribió.

Después de los tuits de Petro, comparecieron el ministro del Interior, Alfonso Prada, y el ministro de Defensa, Iván Velásquez. “Rechazamos con toda contundencia los actos de violencia que se han venido presentando en el Bajo Cauca antioqueño, fundamentalmente. Los realizados en el día de hoy, de los que no tenemos duda que fueron cometidos por el Clan del Golfo”, dijo Velásquez. “Se mantienen en la zona más de 10.000 efectivos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional y toda necesidad de incrementar ese apoyo se hará”, agregó.

La paz total de Petro no acaba de arrancar. De los cuatro diálogos abiertos, uno se ha cerrado de golpe. La advertencia del presidente es clara: “He ordenado a la Fuerza Pública reactivar todas las operaciones militares contra el Clan del Golfo”. Petro quiere la paz, pero no a cualquier precio.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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