Nicolás Petro: “Los dineros no tienen procedencia ni de la mafia ni de la corrupción”

Nicolás Petro vive horas de incertidumbre. El mayor de los seis hijos de Gustavo Petro puede pasar a la historia como otros hijos de presidentes que aprovecharon el cargo de sus padres para enriquecerse. Nicolás ha sido acusado por su expareja de cobrar a empresarios grandes sumas de dinero para la campaña en nombre del movimiento político de Petro, que en verdad supuestamente se quedaba para sí mismo. En ese tiempo electoral se compró una casa de lujo. Él ha salido este domingo a defenderse y a mostrarse cooperador con la justicia. En realidad no le queda otra opción, la Fiscalía General del Estado le investiga desde el viernes a petición de su padre, que ha dejado claro en público que nadie utilizará el nombre de la presidencia de Colombia para hacer negocios.

“Aclaro a la opinión pública y medios de comunicación que los dineros en cuestión no tienen procedencia ni de la mafia, ni de la corrupción, ni de ninguna actividad ilícita, es lo que corroboraré ante la justicia, como corresponde”, ha escrito en un comunicado que ha difundido a través de sus redes sociales. En el texto asegura que no participará en la próxima campaña por las elecciones regionales que se celebrarán en octubre, en la que serán elegidos alcaldes y gobernadores. Nicolás es senador por el Atlántico, una Cámara regional.

El tren de vida de Nicolás no se corresponde con sus ingresos, según ha publicado este domingo la revista Cambio. Recibe un sueldo como senador de 3.300 dólares, pero sus movimientos bancarios reflejan gastos por casi 8.000. Destina el dinero a joyas, hoteles de lujo o ropa de diseño. La revista Semana ha publicado los chats de WhatsApp que intercambiaba con su pareja hasta hace poco, Day Vásquez, y ahí queda claro que recibía mucho dinero en efectivo que destinó a una vivienda y que trataba de esconder moviéndolo entre amigos y familiares. En los chats se descubre que Nicolás ocultó su compra a su madre, que fue la primera pareja de Petro. La relación data del tiempo en que el ahora presidente era guerrillero del M-19, y de hecho estaba preso cuando nació Nicolás.

El hombre, de 34 años, se siente víctima de un linchamiento social y mediático “sin precedentes”. “Se me ha juzgado y condenado, vulnerado mis derechos fundamentales como la presunción de inocencia y el debido proceso, donde personas que consideré amigos y amigas a quienes tendí la mano me han dado la espalda”, lamenta. En ese extracto hace clara referencia a Vásquez, que ha divulgado que Nicolás supuestamente recibió dinero de gente próxima al narcotráfico y el contrabando que creía que recibirían favores presidenciales en el futuro.

Este escándalo familiar ha culminado una semana horrible para el presidente. El lunes destituyó a tres ministros, entre ellos a Alejandro Gaviria, un político muy popular que daba a su Gobierno una imagen de moderación. En los días siguientes vio cómo caía su popularidad y sufría varios reveses judiciales. Además, el país vivió angustiado la retención de decenas de policías en la región del Caquetá, en un suceso confuso en el que murieron un agente y un campesino. Petro ha vivido sus siete días más tormentosos desde que tomó las riendas de la nación.

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