Boric y Petro condenan el intento de “golpe de extrema derecha” en Brasil
Los mandatarios presionan en Santiago la convocatoria de una reunión extraordinaria de la OEA para que toda la región se pronuncie sobre el ataque
El presidente chileno, Gabriel Boric, y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, han condenado categóricamente este lunes el asalto perpetrado por bolsonaristas a las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Supremo, exigiendo una intervención militar para echar a Luiz Inácio Lula da Silva. “Es un golpe de la extrema derecha contra algo que no quieren que es la democracia”, sostuvo Petro en el palacio de Gobierno de Chile, en el marco de su visita como jefe de Estado en Santiago. Los mandatarios han presionado para convocar con urgencia una reunión de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que todos se pronuncien sobre “los graves hechos” ocurridos el domingo en Brasilia.
“No puede haber matices, estas acciones son inaceptables y los silencios cómplices también. No pueden ser relativizadas, ni obviadas, es preocupante para nuestros países, nuestra región debe tener una clara posición al respecto”, aseguró Boric en el arranque de la comparecencia de ambos presidentes de izquierdas, quienes no aceptaron preguntas de la prensa tras la firma de una suscripción de acuerdos entre Chile y Colombia en La Moneda. Los dos calificaron el ataque de la turba de los seguidores de Jair Bolsonaro como un claro intento por promover la ejecución de un golpe de Estado. “Está en peligro el pacto democrático de las Américas, porque no es un problema exclusivamente de Suramérica. Lo mismo que pasó en Brasilia pasó en Washington”, señaló Petro.
El presidente colombiano también obtuvo un nuevo y bienvenido respaldo, otro más, a la búsqueda de la paz total, su política bandera, en un momento delicado. “Hemos acordado continuar con nuestro apoyo a los procesos de paz en Colombia”, destacó Boric en sus declaraciones sobre el “renovado papel de Chile” como uno de los países garantes de la negociación con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Desde su primer día en el poder, Petro ha puesto la diplomacia colombiana al servicio de la paz total, con la que se propone implementar con mayor decisión el acuerdo con las extintas FARC, dialogar con el ELN y someter a la justicia a otros grupos criminales. El mandatario viene de una salida en falso, cuando anunció al filo del Año Nuevo un cese al fuego bilateral con el ELN que los rebeldes pronto desmintieron. La eventual tregua con la última guerrilla activa en Colombia será abordada en el próximo ciclo de diálogos, que se retoman este mes.
Petro, un convencido de la integración latinoamericana, avanza en una intensa agenda de visitas de Estado y encuentros presidenciales con varios líderes de la región, y aterrizó en Chile tras una inesperada “reunión bilateral extraordinaria” el sábado en Caracas con Nicolás Maduro, quien también apoyo la tregua con el ELN. A finales de noviembre, el primer presidente de izquierdas en la historia reciente de Colombia había visitado en México a Andrés Manuel López Obrador. Con Boric, quien asistió a su toma de posesión, ya habían coincidido el 1 de enero en la posesión de Lula da Silva en Brasil, con quien han enfatizado la construcción de un nuevo eje progresista. Y ambos también planean asistir a finales de este mes a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Buenos Aires.
En medio de los abundantes matices en las izquierdas latinoamericanas, el progresismo que despunta con Petro y Boric ha llegado con una marcada agenda ambiental y un énfasis en la transición energética para enfrentar el cambio climático, como recordaron los mandatarios en sus declaraciones. “Nos hemos comprometido a trabajar en la integración energética”, afirmó Boric, mientras que Petro subrayó que “América del sur es la región del mundo con el mayor potencial de generación de energías limpias”. También conversaron sobre la “necesidad y urgencia” de llegar con una posición conjunta de la región a la próxima cumbre climática, conocidas como COP. “O nos salvamos juntos o nos hundimos por separado”, afirmó Boric.
El mandatario chileno también anunció como parte del paquete de compromisos con su par colombiano un trabajo conjunto para abordar la migración regular e irregular, “especialmente en órganos regionales”. Antes de acabar la comparecencia, Petro, con la voz quebrada, dijo sentir la “fuerza energética” del Palacio de La Moneda, que fue bombardeada el 11 de septiembre de 1973 en el golpe de Estado de Augusto Pinochet. El mandatario propuso para la conmemoración de los 50 años un juramento “de un gran pacto democrático para toda América Latina que se perpetúe en las generaciones”.
Petro planea reunirse en Chile con las cabezas de todas las ramas del Estado. Además de Boric, sostendrá audiencias este lunes con los presidentes del Senado, Álvaro Elizalde, y de la Cámara de diputados, Vlado Mirosevic, además de la alcaldesa de la comuna de Santiago, Irací Hassler, quien esta tarde tiene previsto entregarle las llaves de la ciudad y declararlo húesped ilustre. Y el martes, antes de regresar a Bogotá, visitará el Palacio de los Tribunales de Justicia, donde se encontrará con el presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz.
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