Las mil vidas de la cantante Marbelle: de influencer de la derecha a jurado de la música colombiana
La reina de la tecnocarrilera, que fue señalada por su racismo y sus defensa visceral de la derecha durante las elecciones, será jurado en un nuevo reality de Caracol Televisión
Marbelle no se va del país. La famosa cantante de tecnocarrilera, que prometía abandonar Colombia si ganaba las elecciones Gustavo Petro, sí se muda, pero a Caracol Televisión. Será jurado en un nuevo reality y concurso de talentos musicales llamado La Descarga que arranca esta noche. En un video promocional, Marbelle aparece próxima a subirse a un avión hasta que una azafata le pregunta si se va del país e irónicamente le dice: “La vamos a extrañar tanto”. Marbelle, que en los últimos meses fue influencer de la derecha política y fue denunciada por la vicepresidenta por racismo, respira profundo. No se sube al avión. Caracol Televisión la lanzó a un nuevo capítulo de su carrera.
“La Descarga me llevó a reversar decisiones que por cosas de la vida había tomado en vida”, dijo ella en una corta entrevista al diario El Colombiano. Juan Esteban Sampedro, gerente de entretenimiento en Caracol Televisión, dice a EL PAÍS que el nuevo programa venía en proceso de producción desde hace dos años, y que escogieron a Marbelle —una de cuatro jurados en el reality— por su talento musical y no por su reciente rol político en redes sociales. “No nos interesa el tema político. Lo de ella irse del país levantó una polvareda grande, así que retomamos su frase de irse, pero creo que le interrumpimos el viajecito”, dice Sampedro. “Ella, vocalmente, es una mujer fuera de serie, encanta con su voz, y queríamos tener a una artista de género popular”. Además de elegir, con los otros jurados, a los 44 cantantes que harán parte del concurso, Marbelle cantará con algunos de estos.
Marbelle, cuyo nombre real es Maureen Belky Ramírez (Buenaventura, 42 años), es una leyenda de la música colombiana desde los años noventa con éxitos desde Collar de Perlas Finas hasta Adicta al Dolor, pero hace poco también se convirtió en influencer de la derecha en redes sociales, más por sus comentarios virulentos que por sus argumentos. Durante la campaña tildó al hoy presidente Gustavo Petro de mitómano y ladrón, lo acusó de ser un reflejo de Nicolás Maduro, y lo apodó “el cacas”. Apeló a la viralidad desde lo políticamente incorrecto, la fórmula infalible para generar seguidores. Una revisión de sus redes sociales muestra que su cuenta de Twitter ganó, en marzo, unos 12 mil seguidores después de que insultó a la ahora vicepresidenta Francia Márquez con un trino racista. En otra ocasión Marbelle dijo falsamente que Márquez estaba ligada a un grupo guerrillero. Márquez la denunció y Marbelle tuvo que pedir disculpas públicas. Los seguidores siguen ahí.
A pesar de su racismo, Marbelle no quedó cancelada, o al menos no para un sector de la política. En julio fue a cantar boleros en el cumpleaños del expresidente Álvaro Uribe. “Estoy aquí, señor, porque no voy a renunciar”, le dijo al público esa tarde, en su mayoría miembros del partido de derecha Centro Democrático. En un abrazo a la senadora María Fernanda Cabal, la cantante promete luchará los próximos años “siempre por la derechita”.
La senadora Cabal cuenta a El PAÍS que Marbelle representa para el país “una persona que comparte las ideas de la libertad, lo que es la tradición judeocristiana, y abiertamente anti-izquierda”. Cabal considera que, durante la campaña y entre los cantantes, la de Marbelle fue “la voz más visible, sin duda”, a favor de la derecha. Dice que la admira porque “tuvo el coraje y el valor civil de manifestar sus posturas, y a veces cae mal, a veces es políticamente incorrecta, sí, ¿pero y? ¿Y? Aquí es peor que uno diga las cosas como son, a indultar terroristas”.
Aunque otros vocalistas han apoyado a Uribe en los tres últimos años, lo han hecho de forma muy tímida y poco consistente (Sebastián Yatra en 2019; Jessi Uribe en 2020, aunque en 2021 se arrepintió). Maluma y J Balvin, los dos reguetoneros de Medellín, dijeron hace unos años admirar a Uribe pero ahora están lejos de hacerle campaña a él o al anti-petrismo. “Muchos artistas sienten que tienen que compaginar con las ideas progresistas”, opina la senadora Cabal. “Porque no quieren generar controversia, no quieren ser crucificados por la presión mediática de la izquierda que termina bloqueando cuentas de la derecha. Bendito Dios, ya Elon Musk llega a cambiar ese fascismo disfrazado de progresismo”.
Marbelle, en cambio, defendió a Uribe sin tapujos y lo sorprendente es que, para una mujer que lleva más de tres décadas bajo la luz pública y en contacto con políticos, nunca antes le había interesado el mundo político. “Yo con la política nada que ver”, le dijo al diario caleño El País en 2004, justo después de que la cantante se separó de quien había sido jefe de seguridad del expresidente Andrés Pastana, Royne Chávez. Aunque el mandatario conservador —que gobernó de 1998 a 2002—fue su padrino de bodas, y a su matrimonio llegaron altos funcionarios, Marbelle nunca dejó ver interés alguno en los debates políticos. Incluso en 1999, cuando fue invitada a dar un concierto en la sede de los diálogos de paz en el Caguán, se abstuvo de criticar a los guerrilleros de las FARC.
“Lo que uno menos se imagina es que los guerrilleros lo escuchen a uno”, dijo Marbelle. “Al terminar el concierto Romaña me esperó en la casa cural, que era el camerino, se tomó la foto conmigo, salió publicada por todo lado. Me dijo: “eres una berraca, me gusta tu música” y yo le respondí: ¡gracias! pero yo no le podía decir: “yo también te admiro” "
Marbelle nunca necesitó de la política para ser viral. Sus discos Collar de Perlas (1996), Amor Sincero (1997), Marbelle (1998) y Hasta que te conocí (2000), le dieron discos de oro y platino. Se convirtió en defensora de lo popular cuando las clases altas de Bogotá miraban (como aún miran) las rancheras y la tecno-carrilera con asco. “El fenómeno Marbelle le subió estatus a la carrilera que antes la escuchaban en la tienda de barrio y empezó a sonar en las discotecas”, dijo ella en 2004. “Antes, a las señoras de estrato diez que iban a las discotiendas para comprar mi disco les daba pena decir que era para ellas o para sus hijos y lo pedían para sus empleadas. Hoy, no es tan anormal ver al gomelo escuchar a Marbelle en un radio”.
Marbelle empezó su carrera de niña con el nombre artístico Estrellita Romántica cantando con un grupo de mariachis, pasó por el popular programa de televisión Sábados Felices, y defendió su trabajo con manifiestos en revistas bogotanas como SoHo. “Cantar carrilera me ha convertido en el símbolo de todo lo que tiene que ver con el mal gusto y lo popular”, escribió en uno titulado Todos somos populares. “No hagan mala cara cuando escuchen una ranchera: después de tres guaros en la cabeza nos la sabemos y la cantamos de arriba abajo, así sea una boleta”.
La cantante que denunció en Estoy en la Olleta que la liberación femenina “es solo para ricas”, dejó su carrera musical tras casarse y la retomó al divorciarse y denunciar la violencia doméstica de su expareja. En ese entonces mencionaba un tatuaje con un ave fénix “que tiene que ver con mi con mi reaparición, con volver a nacer”. Renació en televisión con el programa de música Factor X, de cocina Master Chef y de chismes Lo Sé Todo. El título de una telenovela biográfica sobre ella del Canal RCN, de 2010, es Amor Sincero, como uno de sus discos.
Camila Brugés fue guionista de esa telenovela. Pasó horas con la cantante para escribir sobre su infancia, su carrera como líder de la música popular y su resurrección tras una relación abusiva. “Su historia hablaba bien de qué es ser colombiano de extracto popular, ella decía ‘soy una guisa y qué, los colombianos son unos guisos’, pero amaba que ella fuera así. Sí, es grosera, ingobernable, y a nivel personal estoy en desacuerdo con respecto a su política, pero me parece que hay algo de valor en esos seres humanos que son ingobernables diciendo: no me importa lo que usted piense, yo soy así. Eso más en un país como Colombia, que es tan status quo, tan arribista”, dice.
Brugés reafirma que el interés de Marbelle no era hablar de política aunque podía hablar sin tapujos de todo lo demás: de su madre sobreprotectora, de una sociedad machista, de su exmarido violento. “Recuerdo mucho escucharla hablar con él, por teléfono, y le preguntaba ‘¿Qué prefieres Roy? ¿Que diga que me pegaste 15 y no 25 veces?”, dice Brugés. Marbelle siempre fue contestataria, conocida por sus amigos por tener un temperamento impaciente que le ha generado problemas —en 2009 se conoció que golpeó a una vecina—pero su interés por el debate político empezó hace tres años.
Un periodista cultural que ha seguido la carrera de Marbelle y que prefiere no ser citado para evitar confrontaciones, dice que el cambio se dio con las protestas de 2019. “Los artistas eran muy negados a hablar de ese tema político, pero el estallido social sacó un montón de ellos a apoyar a los manifestantes”, dice. “Y cuando ellos empiezan a criticar a los que no están en el movimiento —como Marbelle—ella les empieza a responder”.
Fueron decenas de artistas los que apoyaron las protestas, como Aterciopelados, Edson Velandia, Adriana Lizcano, La Muchacha o muchos más. Cuando la cantautora Adriana Lucía salió en una foto con los manifestantes de la Primera Línea, en 2019, diciendo que el arte es una forma de resistencia, Marbelle respondió. “¡El arte no es resistencia”, trinó, y fue tendencia. “No metan a los verdaderos artistas en esa mierda que pretenden llamar arte con gente encapuchada!”. También usó más de una vez una famosa frase de la senadora Cabal (“¡trabajen vagos!”), y ha tildado a otros artistas de ‘mamertos’. En las protestas del 2021, cuando los manifestantes denunciaban la brutalidad policial, Marbelle le cantó una serenata de apoyo a la fuerza pública.
La paradoja de Marbelle es que la cantante de lo popular, la que se reinventó más de una vez a pesar del machismo y el clasismo de la sociedad colombiana, no se alineó con el Gobierno que dice representar lo popular. Marbelle apoya al partido más prohibicionista en el tema de drogas a pesar de que ella ha declarado públicamente consumir marihuana. Terminó en un lío jurídico por discriminación frente a otra mujer que ha sido símbolo de la lucha contra el machismo, el racismo y el clasismo, la vicepresidenta Francia Márquez. “Deberías entender que eres también una nadie como nosotros”, le escribió a Marbelle un asesor cercano a la vicepresidenta.
Márquez contó en sus redes sociales durante la campaña electoral que, cuando era joven y quería ser cantante, fue concursante en Factor X cuando Marbelle era jurado. “Desde adolescente he sido tu admiradora”, le dijo la vicepresidente, que no quedó seleccionada esa vez, se mudó al mundo del activismo, pero conoció a la reina colombiana de la tecnocarrilera. “Regresé a mi casa con mucho orgullo y alegría de haberte podido saludar”, Márquez. Con La Descarga Marbelle volverá a la televisión, volverá a ser jurado, y allí quizás volverá a ser viral más por su voz que por sus trinos. Marbelle, para pesar de los que la odian y alegría de los que la aman, por ahora, no se va del país.
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