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Video | Escasea el tratamiento de hormonas para personas trans

El desabastecimiento en el último año ha llevado a que muchos se arriesguen con automedicación

Citrina, una mujer trans colombiana, en su departamento en Bogotá.Vídeo: CHELO CAMACHO / GLADYS SERRANO

Cuando el psicólogo Nicolás Arrovaye acudió al sistema de salud pública para recibir tratamiento hormonal como parte de su transición, el médico que lo atendió lo cuestionó: “¿Tú crees que dios estaría contento con esta decisión?”. El joven respondió: “Está tan contento que me permite enfrentarme a este sistema de salud con mi decisión ya tomada”. Él, igual que muchas personas trans, se ha enfrentado a la indiferencia y discriminación de instituciones que aunque brindan medicamentos, no cuentan con la perspectiva de género para tratar a sus pacientes.

De acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el promedio de vida para las personas trans en América Latina es de 35 años. Sus vidas están en riesgo por las nulas oportunidades laborales y la discriminación social e institucional a la que se enfrentan cada día. Solamente en Colombia, la Defensoría del Pueblo estima que entre 2021 y lo que va de 2022 han muerto 45 personas trans, la mayoría asesinadas.

La desatención de las instituciones que deberían proteger a esta comunidad son preocupantes en Colombia. Solamente las personas afiliadas a Empresas Prestadoras de Salud (EPS) pueden tener acceso a un tratamiento hormonal recetado por un endocrinólogo de manera accesible. Quienes no están en el sistema recurren a la automedicación sin supervisión médica, lo que puede ocasionar daños en algunos órganos. Pero el desabasto de hormonas en las EPS, que ha sido denunciado por activistas y fuentes consultadas por EL PAÍS, ha dejado en desamparo a quienes ya habían iniciado un tratamiento.

Citrina, una mujer con experiencia de vida transfemenina, inició su transición hace un año utilizando hormonas recomendadas por sus amigas, sin acudir a un doctor pues no puede costear un endocrinólogo. Ella afirma que gracias a los medicamentos ha logrado una apariencia física con la que cada día se siente más cómoda, pero se ha enfrentado a efectos secundarios como dolores en el hígado. Cree que, sin el tratamiento adecuado, su calidad de vida dentro de unos años será muy baja.

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