Nancy González, de reina del diseño en Nueva York a presa en Bogotá
La colombiana está acusada de cargos de conspiración y contrabando por introducir ilegalmente en EE UU sus carteras hechas con piel de especies en vías de extinción
La babilla, la serpiente pitón, el lagarto varanus y el venado, que se reproduce solo una vez al año, eran algunos de los animales en vía de extinción que utilizaba la caleña Nancy González, de 52 años, para fabricar los más de 40.000 bolsos que vendía en sus boutiques exclusivas de Nueva York, Moscú, Milán y Taiwán, entre otros destinos solo aptos para bolsillos holgados. Un bolso de la diseñadora colombiana puede llegar a costar entre ocho y 18 millones de pesos (2.000 y 4.250 dólares).
En decenas de entrevistas, González ha explicado que sus bolsos están hechos de pieles exóticas. Sus originales diseños, explicó en 2015 en la revista Exclama, marcan la diferencia gracias a las texturas de su principal materia prima, la piel de cocodrilo. ‘Ningún patrón de las pieles usadas es igual al otro”, dijo González.
Lo que famosas como Kris Jenner, Britney Spears o Oprah Winfrey, que desfilaban orgullosas por las calles de Nueva York y Los Ángeles con unos diseños que llegaron incluso a aparecer en producciones como la afamada serie Sexo en Nueva York, nunca se imaginaron es que sus exclusivas prendas de lujo fueron hechas a partir animales en vías de extinción que la caleña introducía de contrabando en Estados Unidos.
La semana pasada, La Fiscalía General de la Nación capturó a tres personas pedidas en extradición por enviar de manera ilegal a dicho país artículos de marroquinería elaborados con pieles de animales exóticos y en peligro de extinción.
En ese momento, la Policía desmanteló un negocio que González llevaba años perfeccionando. La diseñadora fue capturada en su casa en el Valle del Cauca.
Según la Fiscalía, la empresa de González contrataba mulas o correos humanos en el Valle del Cauca y los convencían para viajar a Estados Unidos con el único objetivo de que llevaran los artículos. “Ante cualquier pregunta de las autoridades debían señalar que se trataban de obsequios para familiares o amigos. En realidad, el destino final de los productos eran tiendas lujosas y exposiciones reconocidas internacionalmente en eventos como la Semana de la Moda de Nueva York”.
Cada viajero recibía tiquetes aéreos y 600 dólares para su manutención en Estados Unidos, según las investigaciones de la Policía. Este negocio operaba así desde hace más de seis años.
Según el director de la Policía de Carabineros, el general Alejandro Barrera, esta empresa durante los años de 2013 y 2019 movió más de 40 millones de dólares en tráfico y comercialización de especies silvestres.
González y las otras dos personas están solicitadas en extradición por EEUU porque los bolsos no tenían los permisos de las autoridades ambientales y evadían la reglamentación dispuesta por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Por estos hechos, una Corte para el Distrito Sur de La Florida los requiere para que respondan por cargos que incluyen concierto para importar y llevar vida silvestre a Estados Unidos en contra de la ley, fraude y contrabando de mercancía.
Según las autoridades, estas capturas son el primer resultado contra esta modalidad ilegal de comercio que se logra en Latinoamérica. Los extraditables fueron trasladados a Bogotá y quedarán a disposición de la Fiscalía General de la Nación mientras se llevan a cabo los trámites para que respondan ante la justicia de Estados Unidos. La diseñadora deberá permanecer recluida en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá, hasta que la Corte Suprema de Justicia revise el pedido de extradición.
Los bolsos de González son tan famosos a nivel internacional que en el año 2008 el Museo Metropolitano de Nueva York incluyó uno de ellos entre los 65 artículos más sobresalientes de la moda desde el siglo XVIII. En una de las entrevistas que hizo para la revista Elle, González aseguró que su cómplice en su labor creativa es la naturaleza: “Siempre trato de empujar los límites de lo que se puede hacer con pieles preciosas”.
González empezó con su negocio en Cali en 1989 después de divorciarse. Ella misma se describe en su página web como una mujer pequeña y de voz suave pero dueña de una inmensa determinación para alcanzar el éxito. La diseñadora asegura que su inspiración viene de Colombia y que sus bolsos buscan celebrar la belleza natural y la rica cultura del país. Con los años, se terminó instalando en Nueva York tras situar sus bolsos al lado de marcas tan reconocidas como Chanel o Louis Vuitton. Ahora, González se enfrenta a la justicia por haber ido mucho más allá de lo que permite la ley en su anhelo de traspasar límites.
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