Pablo Crespo: “Yo repartí sobresueldos en b y tengo todos los nombres”
El exsecretario de Organización del PP gallego explica que todo el PP se financiaba irregularmente con donativos sin declarar
"Yo repartí sobresueldos no declarados en el PP de Galicia. Lo hacía yo, claro. Yo sé los nombre de esas personas [que cobraron sobresueldos]. Eran dirigentes del PP en ese momento". Pablo Crepo, exdirigente del PP de Galicia y número dos de la trama Gürtel, compareció anoche ante Jordi Évole, cerebro del programa Salvados, para presentarse como una víctima de un montaje político [la investigación de los casos Gürtel y Bárcenas] y para lanzar lo que parecía un aviso a algunos cargos del PP: "Algunos deberían estar callados. Me gustaría encontrármelos y enseñarle algún papel para ver de qué color se les pone la cara". Crespo subrayó que el partido se ha financiado (e incluso sugirió que aún se financia) de manera irregular. Ni un remordimiento y, en apariencia, ningún escrúpulo por la tarea que realizó en el PP o en las firmas Gürtel. Todo normal, según dejó claro: "Todo el mundo tenía asumido que esa era la fórmula de funcionamiento, una cosa normalizada desde los años 80". Cosas de empresas.
La entrevista cara a cara de Crespo con Évole constituyó el grueso del programa de Salvados titulado Camino de Corrupción. El exsecretario de Organización del PP gallego hizo una defensa cerrada del proceder de la trama Gürtel ("ellos lo llaman trama yo lo llamo grupo de empresas", dijo), pero se lanzó sin reparos contra el PP, del que dijo que financia iregularmente, que recibía dinero negro de empresarios que contrataban con administraciones, que se pagaban sobresueldos en b, que todo el mundo lo sabía en el partido, que cobraban todos, que más valía que se callaran...
Crespo explicó que anualmente recogía en donativos de empresas, en negro, solo en Galicia unos 300.000 euros, una cantidad que se disparaba en épocas electorales. "Por ejemplo: una campaña se declaraba que costaba entre 1,2 millones y en realidad costaba entre tres o cuatro millones de euros. La diferencia..." llegaba de manera irregular, explica con gestos de cabeza mientras el final de la frase lo pronuncia Évole. El exresponsable de Organización asegura que solo el 35% del dinero que recibía la formación era regular. "El otro 65% era dinero en efectivo, no declarado", afirma. Le cuesta decir "negro" o en b.
Parte de su trabajo, según Crespo, era "impedir que el dinero que los empresarios daban en donativos se perdiera por el camino". El dinero se entregaba en despachos. Todo muy a lo hidalgo viejo español: el dinero ni se mienta ni se cuenta; no es delicado. "El dinero se metía en una carpeta azul, de esas de goma. Ni se abría la carpeta ni se contaba el dinero. Los donativos que yo recibía eran de los grandes empresarios de obra pública y casi todos estaban metidos en el ajo. Yo no indagaba más".
¿Qué se hacía con ese dinero? "En Galicia había sobresueldos no declarados; yo los repartí, lo hacía yo, sí claro. Yo sé los nombres de esas personas y eran dirigentes del PP en ese momento". Évole muestra su asombro y le pregunta por qué no lo ha denunciado nunca o por qué no mostró ni siquiera un reproche moral: "Mire, yo desempeñé una tarea de la que juré guardar confidencialidad y así lo he hecho hasta ahora. Además, son cuestiones que por la época en la que estamos hablando están prescritas. Yo he declarado que hay gente que se rasga las vestidura cuando se habla de nuestra causa [los casos Gürtel y Bárcenas] y tiene mucho que callar, o que hablan de Bárcenas como si fuera la peste bubónica y cobraban dinero en b".
Évole le muestra entonces un vídeo en el que hablan Vicente Martínez-Pujalte, Dolores de Cospedal, Cristina Cifuentes, Esteban González Pons, Rafael Hernando y Carlos Fabra. Crespo, con la medio sonrisa fría, afirma: "Alguno debería callarse. Yo tengo documentos. Siempre hay papeles. La gente no tiene ni idea de lo que firma a lo largo de su vida. Me gustaría encontrármelos y enseñarles algún papel para ver el color del que se les pone la cara".
¿Y Gürtel? "Un montaje". Es más: "Esto está urdido por el Gobierno socialista otra cosa es que lo pueda demostrar". Lo único que admitió fue que su red de empresas fue "laxa en materia tributaria" y que no pagaron "cosas que deberíamos haber pagado". Dijo más: "Para nuestra detención dedicaron más agentes que para el comando Madrid de ETA; había un interés político y esto nació en un despacho, en el de Antonio Camacho, secretario de Estado de Seguridad porque creian que nuestro grupo de empresas tenía una relación con los Aznar, que es ninguna, mayor del que era". ¿Y ahora? "Al PP le interesa ahora darnos duro, presentarnos como los corruptos".
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