Trama de espías con un pederasta
Medios y fuentes marroquíes denuncian que el CNI instó el indulto del rey de Marruecos para un pederasta español condenado a 30 años por abusos a 11 niños
El rey de Marruecos, Mohamed VI, indultó el martes a un pederasta español condenado a 30 años porque su nombre fue incluido en la lista de los presos españoles a excarcelar a petición del servicio secreto español, según afirman medios de comunicación marroquíes. El CNI desmintió ayer a EL PAÍS cualquier relación con este recluso, que el jueves entró en España a través de Ceuta.
La puesta en libertad, el mismo martes, de Daniel Galván Viña, de 64 años, ha provocado un enorme escándalo en Marruecos, donde varias ONG y partidos políticos de oposición convocaron ayer una manifestación nocturna ante el Parlamento de Rabat. En otras ciudades, como Tetuán, hubo por la tarde saltos de protesta, que fueron reprimidos por los antidisturbios.
“El pedófilo ha sido indultado a petición del servicio secreto español”, tituló ayer el diario digital marroquí Lakome, que, el miércoles, fue el primer medio marroquí en revelar que entre los excarcelados figuraba este reo, condenado por abusos sexuales a 11 niños de entre 3 y 15 años.
La gracia real provoca un gran escándalo en el país magrebí
“Se trató de un acuerdo entre la DGED [servicio secreto marroquí] y su equivalente español”, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), señaló a este periódico una fuente marroquí conocedora del indulto. “Los españoles insistieron en que se le metiera en la lista y lo consiguieron”, añadió.
Es probable que Galván Viña haya sido un espía. A su abogado marroquí, Mohamed Benjedou, le dijo que en su vida anterior había sido un “oficial del Ejército iraquí que colaboró” con servicios extranjeros para derrocar al dictador Sadam Husein, recuerda el letrado al teléfono.
“Pero también me contaba que era un profesor jubilado de la Universidad de Murcia, que enseñaba Ciencias Oceánicas”, añade Benjedou perplejo. “No le creí porque es imposible que hiciera las dos cosas al mismo tiempo y en lugares tan alejados”, concluye. Su cliente español habla árabe, incluido la dariya, el dialecto marroquí de ese idioma.
Galván Viña no es, probablemente, el verdadero nombre del pederasta, que nació en Basora en 1950 de padre y madre iraquíes. En la documentación remitida por la Administración penitenciaria marroquí figura como “español de origen iraquí”.
Esos apellidos españoles pueden ser la identidad falsa que le fabricaron los servicios secretos cuando accedieron a sacarle de Irak, le proporcionaron documentación española y le convirtieron en catedrático murciano jubilado que no aparece, sin embargo, en ninguna web educativa española.
Galván Viña ha tenido que prestar, hace más de una década, grandes servicios al CNI o a otras agencias de espionaje en Irak para que se empeñen en forzar ahora su liberación, a menos que teman que revele algún secreto.
El ministro de Justicia marroquí, el islamista Mustafa Ramid, emitió ayer un comunicado recalcando que Mohamed VI concede los indultos de presos extranjeros “en función de los intereses el Estado” de Marruecos. Se trata de “una práctica corriente en el marco de las relaciones diplomáticas amistosas entre países”.
Galván Viña fue oficial del Ejército de Irak y se le dio nueva identidad
La lista de reos que el monarca indulta con motivo de la Fiesta del Trono, la mayor festividad civil marroquí, es elaborada por el ministerio de Justicia en colaboración con la Administración penitenciaria, que depende del primer ministro.
Sin embargo, ese ministerio “no ha tenido en este caso relación alguna con la preparación de la lista de los ciudadanos españoles indultados”, señala el comunicado, haciendo así recaer toda la responsabilidad del indulto sobre el palacio real.
“Si una persona implicada en crímenes innobles se ha aprovechado” del indulto, “hay, sin embargo, que resaltar que esta ha sido expulsada y tiene prohibido volver a pisar el territorio marroquí”, concluye el ministerio de Justicia.
La Casa Real marroquí guardaba ayer silencio sobre lo que la prensa de Casablanca describe como un “escándalo mayúsculo”.
Durante su entrevista, a mediados de julio en Rabat, el Rey de España solicitó a Mohamed VI que un preso español enfermo, Antonio García Vidriel, encarcelado en Tánger, fuese transferido a España para acabar de purgar su condena, a lo que el monarca alauí accedió.
También le pidió, según fuentes diplomáticas españolas, que, como suele ser su costumbre, se mostrase generoso con los presos españoles en cárceles marroquíes cuando conceda su indulto, el 30 de julio, con motivo de la Fiesta del Trono, que conmemora su entronización en 1999. No le dio ningún nombre. Mohamed VI le contestó que podía contar con él.
El palacio real marroquí publicó, el 30 de julio, un comunicado para dejar claro que el soberano alauí había accedido a la petición de don Juan Carlos y concedido su gracia a 48 reos españoles, casi todos condenados por tráfico de drogas. El último de la lista, el número 48, era Galván Viña. Su puesto daba la impresión de que había sido añadido en el último momento.
El Rey de España llamó entonces a Mohamed VI para agradecerle “profundamente” su gesto, según indicó la Casa del Rey.
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