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La Barceloneta estalla contra el ‘turismo de borrachera’ en el barrio

Un centenar de vecinos corta el tráfico y hace escraches a las inmobiliarias de pisos turísticos Solo 72 apartamentos tienen licencia, según el Consistorio

Camilo S. Baquero

Las fotos que muestran a un grupo de turistas italianos corriendo desnudos por pleno paseo Joan de Borbó, en la Barceloneta, fueron tomadas hace pocos días, a las nueve de la mañana. Su autor es Vicenç Forner, un vecino del barrio, que las sacó con su móvil. “No es una anécdota. Aquí los turistas hacen lo que les da la gana”, aclara el fotógrafo. Durante tres horas, los visitantes hicieron su particular paseo por el barrio marinero, y hasta entraron a una tienda cercana a la plaza del Mar sin que nadie les dijera nada. La Guardia Urbana tampoco apareció. “La policía ya no sabe qué hacer con estas cosas”, se queja Forner. Un hecho más que se suma a las constantes e históricas denuncias de los vecinos de la Barceloneta sobre la presión turística a la que se ven sometidos.

El hastío y la impotencia han llegado a tal punto que el domingo y anteayer los vecinos se echaron a la calle para pedir la atención municipal sobre un problema que se arrastra desde hace años y que se ha acentuado con la crisis económica. “Imagínese usted estar en un quart de casa, con tres críos, en el paro, sin dinero para las vacaciones y teniendo que soportar los gritos y la fiesta de los turistas en la finca de al lado. Es insoportable”, dice Andrés Antebi, un vecino de la Barceloneta.

La protesta ha sido espontánea y a ella se han unido las asociaciones de vecinos de la Barceloneta. La de L'Ostia, por ejemplo, lideró la oposición a la marina de lujo que se contruye en el Port Vell. Siempre están presentes en las Audiencias Públicas del distrito de Ciutat Vella y en los plenos. Allí repiten cada vez sus quejas sobre los excesos del turismo, los pisos ilegales para turistas, la venta de drogas. Pero no notan una mejoría.

La web Airbnb ofrece 477 pisos turísticos en La Barceloneta

Desde el mandato anterior, los vecinos incluso llevaban un mapa casero de los pisos ilegales que, aseguran, abundan en el barrio marinero. En una gran pancarta, con el mapa de la Barceloneta, llegaron a poner hasta 170 puntos negros, utilizando la información de los vecinos de las escaleras. En los registros del Consistorio figura que solo hay 72 inmuebles con licencia, que se congelaron desde la aprobación del Plan de Usos del último mandato socialista. La reforma realizada por CiU y PP mantuvo la prohibición. La cifra hace reír a los vecinos. “Estamos cansados del turismo low cost y de borrachera”, asegura Oriol Casavella. “Esto está acabando con los vecinos y con el turismo de toda la vida, que ya no quiere venir. Magaluf también lo tenemos aquí”, agrega Forner.

Durante las protestas, los vecinos se han llegado a enfrentar a los dueños de las inmobiliarias de pisos turísticos, a los que, a modo de escrache, les pidieron cerrar sus negocios por supuestamente trabajar fuera de horario. Los empresarios recuerdan que su labor es legal. Los vecinos creen que faltan inspecciones y que muchos propietarios hacen mobbing a los vecinos de siempre para sacar más dinero de sus pisos.

Según Airbnb, la web de alquiler directo de pisos vacacionales, la oferta en La Barceloneta llega a 477 apartamentos turísticos, siete veces más que los legalizados. Los precios comienzan desde los 45 euros y pueden llegar hasta más de los 100 euros. Desde 2011, en la Barceloneta se han abierto 113 expedientes sobre pisos pirata tras denuncias vecinales.

La cifra multiplica por siete la de los apartamentos legalizados

La oposición en el Ayuntamiento aprovechó ayer para arremeter contra la gestión del distrito de Ciutat Vella, que lidera la regidora Mercè Homs. Desde el PP, el partido con el que CiU pactó la modificación del Plan de Usos que permite más hoteles en Ciutat Vella, Alberto Fernández Díaz criticó la tardanza en el Gobierno municipal para presentar el plan especial para regular las licencias de los pisos turísticos —que debería estar listo hace dos meses— y lanzó una propuesta: que se incrementen las tasas para convertir los pisos en viviendas turísticas.

Por su parte, el candidato socialista al Ayuntamiento Jaume Collboni dijo que “lo que tiene que hacer Xavier Trias es resolver los problemas que tiene Barcelona”, como el “modelo turístico” de la ciudad. El líder del PSC aseguró que “lo que no puede ser es que la respuesta a este problema sea que han de venir más turistas”. “No puede ser decir que hemos de pasar de siete a 10 millones de visitantes”, en referencia a unas declaraciones de Jordi Clos, presidente del Gremio de Hoteleros de la ciudad.

Quim Mestre, portavoz de ICV aseguró que no se unirá a la petición del PSC de pedir la dimisión de Homs si no “hay una propuesta de solución” y achacó el problema de la Barceloneta a “tres años de desregulación y no intervención” en el turismo de la ciudad.

En la mañana de ayer, Maite Fandos , alcaldesa accidental, evitó referirse al tema durante una rueda de prensa. Más tarde, en una nota de prensa, Homs aseguró que “los vecinos no están solos” y que el Consistorio mantiene “la tolerancia cero con el incivismo en cualquier sitio de la ciudad”. El Ayuntamiento anunció que enviará más Guardia Urbana al barrio para mejorar la convivencia. Homs dijo que la reunificación de pisos turísticos en fincas únicas, algo que ya preveía el anterior plan de usos, mejorará la conviviencia.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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