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¿Qué hacen en Italia con las pateras de los inmigrantes? Pozzallo, en Sicilia, se ha convertido en un cementerio de las barcas que llegan con refugiados procedentes de Libia, Túnez o Egipto. Está a punto de desaparecer Todos los barcos estás marcados con un número identificativo, generalmente asignado por orden de llegada, que permite el seguimiento durante el proceso judicial, de forma que puedan ser localizados durante las inspecciones necesarias. En este caso, se añade una referencia a la longitud del barco: 15 metros. Los barcos y todos los objetos que se encuentran en su interior permanecen intactos después de llegar al puerto. En la imagen, chalecos salvavidas en el interior de una barca de goma en la que viajaron migrantes en su camino a Europa. Libia, Túnez y Egipto son los principales países desde donde han salido en los últimos años barcos con migrantes en dirección a Italia, incluso en 2014, según afirman las autoridades portuarias, hubo barcos que llegaron desde Turquía, aunque ya han sido retirados del puerto de Pozzallo. La mayoría de barcos son antiguos pesqueros, comprados por las mafias de tráfico de personas para darles este uso, y que mantienen referencias o decoraciones de sus antiguos propietarios. El tamaño de los barcos oscila entre los 4 metros que miden algunas barcas de fibra de vidrio, hasta los 15 metros que miden algunos barcos pesqueros de madera. También hay barcas de goma e incluso veleros. En la imagen, algunos de los barcos más grandes del cementerio de barcos de Pozzallo, de alrededor de 15 metros de eslora cada uno. Dado que esta área del puerto está destinada a albergar aquellos barcos envueltos en procesos judiciales, los barcos utilizados en la ruta migratoria están mezclados con barcos utilizados para el contrabando de droga, como algunos de los presentes en esta foto, interceptados por la Guardia Costera Italiana. En los últimos años, el uso de barcas de goma en la ruta migratoria del Mediterráneo Central ha aumentado, en detrimento de los barcos de madera. Las barcas de goma, como la presente en la imagen, permiten un ahorro de costes a las mafias de tráfico de personas, que las importan desde China a un bajo coste. Sin embargo son barcas más inestables, lo que aumenta los riesgos para los migrantes, especialmente dado el hecho de que siempre exceden su capacidad. Suelen viajar en ellas entre 100 y 140 personas. Este barco pesquero de madera llegó a Pozzallo en septiembre de 2013, año en que se produce un incremento exponencial en el número de personas que utilizan la vía marítima para llegar a Europa. Coincide con la desestabilización de varios países del Norte de África tras las Primaveras Árabes, habiendo que destacar la guerra de Siria, el golpe de Estado en Egipto y la lucha de poder en Libia tras la caída de Gadafi, que llevarán a miles de personas a buscar vías de escape hacia Europa. Desde entonces, las cifras han ido en aumento y personas procedentes de otras zonas del continente africano han aprovechado la apertura de esta ruta migratoria para huir de sus países. En cifras: 2014: 170.100 personas; 2015: 153.842 personas; 2016: 181.436 personas: 2017: 61.903 personas hasta el 11 de junio.
En la imagen, cubierta y parte superior de un barco pesquero de madera, en el que aún se mantienen los chalecos salvavidas utilizados durante el rescate de los migrantes que transportaba. Los barcos de madera suelen trasladar entre 400 y 800 personas, muy por encima de su capacidad, distribuidas en todos los recovecos del barco. El elevado número de personas vuelve el barco más inestable y maximiza la tragedia en caso de producirse un naufragio. El 18 de abril de 2015, un barco con más de 800 migrantes a bordo naufragó en el Mediterráneo, siendo la tragedia más grave hasta la fecha, aunque no la única de estas magnitudes. Sólo en 2016, año que marcó un récord en víctimas, 4.576 personas murieron en esta ruta.
Muchos de los procesos judiciales, que llegan a durar años, están finalizando y con ello se está dando pie a la destrucción de estos barcos, que se realiza en el mismo puerto de Pozzallo pero cuya documentación gráfica no está permitida. Sin embargo, la mayoría de estos barcos se encuentras ya muy deteriorados antes de su destrucción, tras años a la intemperie, apoyados unos sobre los restos de otros. “Sería bueno conservar alguno de estos barcos, es una lástima que se pierda esta parte de la historia”, señala uno de los guardias costeros durante la visita de la zona. Vista general del cementerio de barco de Pozzallo. Las autoridades portuarias estiman que para final de 2017 todos los barcos aquí presentes habrán sido destruidos o trasladados a otra zona secundaria, a la espera de ser destruidos cuando sea posible a nivel legal, con el fin de devolver a esta área el carácter de puerto comercial al que estaba destinada. La última barca que llegó a puerto fue en julio de 2016, un año atrás, y según la nueva tendencia, con el rescate de las barcas directamente en alta mar, donde son hundidas o quemadas inmediatamente después de los rescates, no se plantea la posibilidad de que nuevas embarcaciones vayan a llegar al puerto de Pozzallo. “Si hubiese nuevas llegadas de barcos al puerto, veremos qué hacemos con ellos. El fenómeno ha cambiado y ya no llegan las barcas a puerto, pero no sabemos cómo va a evolucionar la situación”, afirman las autoridades del puerto.
En la imagen, varios migrantes, rescatados el 2 de agosto de 2016 a 20 millas de las costas de Libia, descansan a bordo del barco de salvamento Iuventa mientras al fondo arde la barca de goma en la que viajaban. Las barcas son quemadas o hundidas después de los rescates para evitar que sean recuperadas por los traficantes y usadas de nuevo.