10 fotosLa fuerza de los migrantes forzadosLos refugiados urbanos sufren peores condiciones laborales, falta de confianza para la financiación y desplazamientos internos en sus asentamientos Kenia - 15 jun 2017 - 08:52CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceGetahun lleva un imponente negocio al por mayor en el campo de refugiados de Kakuma, en el noroeste de Kenia. Emplea a 30 trabajadores, tanto refugiados como kenianos de la tribu local de los turkana. Estos dicen que Mesfin es un buen jefe.Hubert HayaudEl supermercado Sarafina, a cargo de los refugiados de Etiopía, es el más grande de Kakuma, un campo de 192.200 refugiados situado en el noroeste de Kenia. Hay artículos escolares, productos para el hogar, vajilla, ropa, productos para bebés e incluso una bicicleta nueva.hubert hayaudNumerosos autobuses circulan entre Nairobi y los campamentos de Dadaab, en el noreste de Kenia, y de Kakuma, en el noroeste. Estas conexiones permiten abastecer a los campos de todo tipo de mercancías, alimentando una economía paralela que se ha desarrollado durante los últimos 25 años. Los refugiados que han abandonado los campamentos para instalarse en la ciudad también hacen el viaje para visitar a sus familias.hubert hayaudVista aérea del campamento de refugiados de Kakuma, al noroeste de Kenia. Con 192.200 habitantes, Kakuma es el segundo mayor campo de Kenia después del de Dadaab. En esta primera sección, abierta hace 25 años, los barrios se han organizado de forma orgánica con el paso del tiempo, y los signos de la urgencia han ido desapareciendo para dar paso a un ambiente rural. Esta organización contrasta con la de las secciones recientes, más pragmática, donde se encadenan hasta el infinito las filas de alojamientos idénticos. El campamento debería duplicar su tamaño en el futuro debido a la afluencia de refugiados procedentes del sur de Sudán y de la República Democrática del Congo.Hubert hayaudEntrada al campamento de refugiados de Kakuma, al noroeste de Kenia. En los últimos años, el Programa Mundial de Alimentos, responsable de la distribución de alimentos a los refugiados, ha tenido que reducir a la mitad las raciones de comida.Hubert HayaudAlice (nombre ficticio) refugiada congoleña instalada en Kampala, capital de Uganda, dirige un negocio de costura en el que emplea a una veintena de ugandeses y refugiados. A diferencia de otros países de la región, Uganda permite a los refugiados trabajar o crear empresas.FLAVIE HALAISAyesha (nombre ficticio) es una refugiada etíope de 24 años. Ahora trabaja como cocinera en un restaurante del barrio multiétnico de Eastleigh, en Nairobi, y comparte un piso con algunos compañeros y amigos.hubert hayaudVendedores de khat (o miraa en Kenia), una planta con efectos estimulantes especialmente popular en África Oriental y en el Cuerno de África. Kenia exporta cada semana alrededor de 20 toneladas de khat a Somalia, lo que genera 100 millones de dólares en ganancias anuales para los productores y exportadores.Hubert HayaudEn una sección reciente del campo de Kakuma en Kenia, un refugiado de Sudán del Sur ha abierto un negocio de recarga de teléfonos.Hubert HayaudLa actividad económica del barrio de Eastleigh, en Nairobi, ha ido acompañada de un boom inmobiliario estimulado por las inversiones de la diáspora somalí. No paran de surgir hoteles, centros comerciales y edificios residenciales, que empujan a la clase obrera de Kenia a abandonar la zona, cuyos alquileres se han vuelto demasiado caros.hubert hayaud