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Los silbiditos de los chicos de Cospedal

La viñeta que ocupa la última contraportada de la revista 'Militares' cumple con el prejuicio machista que empaña al ejército español

María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa, pasa revista a las tropas formadas en el acto de su toma de posesión del cargo, en Madrid, en noviembre de 2016.
María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa, pasa revista a las tropas formadas en el acto de su toma de posesión del cargo, en Madrid, en noviembre de 2016.Uly Martín
Isabel Valdés

En la imagen de este artículo, María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa desde el pasado noviembre, pasa revista a las tropas. Entre las casi 40 cabezas que se pueden contar, dos únicos rostros femeninos: el perfil de una guardia civil que se adivina y la ministra. Tal vez la desigualdad numérica sea una de las razones por las que todavía se siguen haciendo inocentes (y sexistas) bromas a costa de las mujeres dentro de ese mundo del orden. La última avistada, la contraportada del número de marzo de la revista Militares, de la Asociación de Militares de España (AME).

En la viñeta, Cospedal también pasa revista a las tropas mientras cinco soldados con cara de bobalicones la miran. En las solapas de sus uniformes, corazones rosas con un pequeño halo alrededor, uno, con la espada desenfundada, le silba, para rematar el cuadro. Ella mira de reojo, con una sonrisa. Y, curiosamente, el militar con más rango que la acompaña parece tener una expresión entre la pena y la vergüenza ajena.

Vergüenza ajena es un sentimiento común ante esta imagen. Lo que a algunos les parece una ilustración inocente y de un humor obvio y papanatas, es el reflejo de una parte de la sociedad en la que la mujer sigue siendo una minoría, a veces poco respetada, poco valorada y ocasionalmente, ofendida —a pesar de que, desde 2011, el código militar castiga los insultos machistas—. En las Fuerzas Armadas españolas el 16,6% son mujeres soldado o marineras, representan el 7,3% de los oficiales y el 4,3% de los suboficiales; en total, 14.981 mujeres (12,5%). Una cifra con la que es difícil expandir la idea de igualdad.

La portada y la contraportada de la revista de AME.
La portada y la contraportada de la revista de AME.

No debería sorprender que la situación femenina ahí no sea diferente de la de otros sectores, pero es una institución pública, con todo lo que eso conlleva, (o debería). El pasado 22 de marzo se cumplieron 10 años de la Ley para la Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres, que en su prólogo recoge parte de un párrafo de John Stuart Mill:

"El principio regulador de las actuales relaciones entre los dos sexos —la subordinación legal del uno al otro— es intrínsecamente erróneo y ahora constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso humano; y debiera ser sustituido por un principio de perfecta igualdad que no admitiera poder ni privilegio para unos ni incapacidad para otros".

Ese párrafo fue escrito entre 1860 y 1861 en El sometimiento de la mujer, 128 años más tarde, el Real Decreto Ley 1/1988 reguló la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas. Y casi 30 años después, la revista de una asociación de militares españoles sigue reflejando una idea que revolotea en algunos rincones oscuros, esa de que la mujer es objeto al que enamorar y que enamora, que es carne y pelo, ojos y boca, piernas y cintura. Piel. Fuente y diana del deseo (sexual, por supuesto).

Que María Dolores de Cospedal (Madrid, 1965) sea abogada del Estado, secretaria general del Partido Popular, presidenta del PP de Castilla-La Mancha y ministra de Defensa, es secundario. Al menos parece serlo para esta asociación, en su mayoría formada por militares retirados, que ya con el nombramiento de Carme Chacón como primera ministra de Defensa de la historia de España salió a la palestra para decir que era "un desprecio y una provocación" al Ejército. Lejos del "acierto" con el que lo calificó la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) —que no todo son lentejas negras en el saco—.

Las ocupaciones militares son una de las actividades con menos mujeres en España.

En AME atienden con mucha enjundia pero sin decir nada: "Señorita, aquí no hay nadie para responder a sus preguntas, y no va a haberlo a lo largo del día de hoy. Y tampoco creo que sea yo quien deba decirle el nombre del autor de la ilustración". Ni él, ni la propia revista, en la que no aparece por ningún sitio la firma de tan acertada viñeta.

Los hay que dirán que esto es una exageración, que no es el Caso Zaida (la militar acosada sexualmente en el Ejército que ganó recursos contra sus superiores mientras estos la castigaban disciplinariamente), ni el revuelo que se levantó en 2011 respecto a las conclusiones de la investigación del Pentágono en sus Academias Militares (entre 2008 y 2011 las demandas por abuso sexual aumentaron en un 260%, situándose en las 65 demandas), ni el escándalo de las fotos de soldados desnudas, que afecta ya a todo el Ejército de Estados Unidos.

No, no lo es. Pero salvando todas las distancias, con el contexto y la gravedad de cada uno, este entra dentro del saco del machismo. ¿O alguien se imagina a Bono, a Trillo o a Rubalcaba paseando con una media sonrisa frente a una fila de mujeres uniformadas y corazones de cartulina prendidos en sus solapas? Tal vez sí, pero en ese caso la viñeta serviría para crear una imagen de virilidad, lejos de la cosificación y la falta de respeto que supone esta.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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