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Entre la energía y la cosmovisión Los habitantes del istmo de Tehuantepec, donde pretende instalarse una empresa eólica, saben que esta energía puede ser el camino de su desarrollo, pero reclaman que sea implementada con políticas que consideren sus derechos, su cosmovisión y sus necesidades Un grupo de pescadores comunitarios de Álvaro Obregón prepara sus aparejos para una jornada de pesca en la Laguna Superior. Parte del grupo se aleja algunos metros de la orilla y empieza lentamente e extender el chichorro. Al fondo alcanzan a verse los aerogeneradores de la Venta. En Álvaro Obregón la presión de las multinacionales por entrar con un megaproyecto sin la consulta requerida propició que la comunidad se organizara para administrarse según sus usos y costumbres para defender “su mar”, como llaman al sistema lagunar. Los pescadores desde la orilla sostienen el chinchorro y ayudan a extenderlo primero hacia el interior de la laguna, y luego paralelo a la orilla. Los zapotecas de Álvaro Obregón, como los demás pueblos indígenas de la región, sostienen una relación ancestral con el sistema lagunar, además de ser base de su economía, hace parte de su arraigo e identidad. Los hombres de Álvaro Obregón pescan de manera comunitaria, lo que implica que sin importar quién es el propietario del cayuco y el chichorro, todos aportan la misma fuerza de trabajo y repartirán los beneficios en partes iguales. –Nosotros no solo queremos que no entre la eólica, lo que queremos es vivir comunitariamente, sin esclavizarnos unos a otros, que haya para todos, –dice un policía comunitario mientras pesca con sus compañeros. El cayuco se aleja y el chichorro queda extendido sobre el suelo de la laguna. Después de que el chichorro ha sido extendido, todos desde la orilla halan con fuerza arrastrando el botín hacia ellos. Aunque la agricultura es también parte fundamental de la economía zapoteca, en Álvaro Obregón la pesca tradicional, lagunar o ribereña, constituye la base de la subsistencia y el bastión de la organización social. Los pescadores en la orilla sostienen la red para mantener en su interior los peces. "Aquí hay chingo de peces: robalo, roncador, lisas, jaibas camarón; pero si ponen los ventiladores no va a quedar nada", dice un pescador mientras hala la red. Lisa, yolo, roma, pargos, robalos, bagres, mojarras, sabalote, berrugata, corvina, baqueta, ojotón, cocinero y sardinitas consiguen capturarse en la laguna.
También crustáceos son pescadas por el zapotecas en la laguna: camarón blanco y café, jaiba verde, langostino y jaiba. Los pescadores de Álvaro Obregón, después del levantamiento para impedir la instalación de los aerogeneradores en la Barra Santa Teresa, decidieron pescar comunitariamente, como antaño, ahora los aparejos son de todos y benefician a todos. El pescado que los comunitarios han conseguido alimentará a sus familias, y lo restante será vendido por las mujeres en el mercado junto a los vegetales y las aguas frescas. Los comunitarios reparten uno a uno todo el botín de pesca en partes iguales. Aun cuando les llamaron un grupo de pescadores borrachos, la asamblea comunitaria y el consejo de ancianos, dicen ellos, fueron creados para cuidar su mar y para proteger sus costumbres. 'Nnaarune gusse, rina ace vendda nece venddabua'. "Soy pescador, agarramos pescado y también camarón", dice con orgullo en zapoteco uno de los Comunitarios.