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en primera persona
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Yo también estoy confusa con las pruebas de 3º y 6º de Primaria’

Este martes se da el pistoletazo de salida a las pruebas de evaluación en Madrid. ¿Habéis visto alguna de las preguntas? Creo que muchos fallaríamos

Un grupo de familias se concentra para protestar por la celebración de las pruebas de competencias basicas de la LOMCE
Un grupo de familias se concentra para protestar por la celebración de las pruebas de competencias basicas de la LOMCECarles Ribas

Este martes comienzan las pruebas de evaluación de 3º y 6º de Primaria en la Comunidad de Madrid. Si no tienes hijos en esta edad, seguramente no sepas de lo que estoy hablando. Y si los tienes, y aún así no sabes de lo que va la cosa, siéntete afortunado. También puede ser que vivas en una de esas comunidades autónomas en las que la Administración ha decidido no implantarlas, o llevarlas a cabo a su manera. Porque aunque la LOMCE sea una ley Orgánica, no todas las comunidades se han doblegado a ella, y muchas actúan según su propio criterio, principalmente aquellas no gobernadas por el PP. Eso así, a pesar de no ponernos de acuerdo ni siquiera en esto, todavía soñamos con alcanzar un pacto educativo.

Yo también estoy confusa con las pruebas de 3º y 6º de Primaria. Sinceramente, preferiría no saber qué día se van a hacer las pruebas, preferiría que estas pruebas se hicieran de una manera silenciosa, rutinaria y sin agobios. Pero en muchos casos no es así, en torno a estas pruebas hay una presión que no llego a comprender. Si tal y como asegura el ministerio, se trata de unas pruebas diagnósticas, no entiendo la necesidad de correr para acabar el temario del curso a mitad de mayo, la necesidad de machacar a los niños practicando en casa para ese examen, como si de test de autoescuela se tratara, como si no hacer bien ese examen fuera a llevar a los niños directos a la cola del paro. ¿Habéis visto alguna de las preguntas que les hacen? Creo que muchos adultos fallaríamos preguntas de cultura general como ¿qué es la UNESCO y dónde tiene su sede?, o ¿qué otro nombre recibe la rosa de Alejandría? Perpleja me quedé al ver semejantes preguntas, por no decir cuando leí otras preguntas cómo ¿cuáles son los miembros de la Sagrada Familia?, cuyas respuestas solo sabrán los que reciban una educación religiosa concreta.

Creo que en general tenemos una manera bastante sufridora de afrontar este tipo de cosas. Si nos imponen unos exámenes, parece que inevitablemente les buscamos el lado oscuro, y nos ponemos a la defensiva, tememos que se hagan ránkings de colegios (aunque ya se ha desmentido que se vaya a hacer tal cosa), pero claro, vete tú a saber, así que por si acaso, nos matamos a practicar para salir bien en la foto, y si los niños se quedan sin vacaciones de Semana Santa, o sin puente de mayo, no pasa nada, es un pequeño esfuerzo que se pide a las criaturas para que las pruebas salgan bien. Total, si apenas se esfuerzan el resto del curso. A ver señores, las competencias que el niño no haya adquirido en todo el curso, o en toda la Primaria, nos la va a alcanzar en tres meses.

Tengo la sensación de que cada cambio en el sistema educativo desencadena en algunos ambientes, los más competitivos, una nueva horda de deberes y obligaciones para los niños, una nueva fuente de estrés

Cuando se pone tanta presión en hacer bien estos exámenes, se pierde el norte. Tengo la sensación de que cada cambio en el sistema educativo desencadena en algunos ambientes, los más competitivos, una nueva horda de deberes y obligaciones para los niños, una nueva fuente de estrés. Puede que tu hijo esté hasta arriba de tareas para preparar el examen, mientras que los hijos de tu vecino en el colegio de al lado no, o tus sobrinos en otra comunidad autónoma no tengan ni la más remota idea de para qué está estudiando tanto su primo. Igual hasta piensan que está preparando oposiciones para notario.

¿No se da cuenta nadie de las desigualdades que se generan?

Puedo llegar a entender que se hagan estas pruebas, puedo aceptar que no tengan ninguna mala intención, más que la de medir la calidad del sistema educativo, o hacer un análisis del nivel competencial de los chicos y chicas españoles, pero no comparto algunas cuestiones. Una de ellas es que se evalúen competencias, como la competencia en tecnología y ciencias, en idioma castellano, aún en colegios bilingües. ¿No saben los que diseñan las pruebas que en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, muchos centros llevan como poco 10 años impartiendo estas asignaturas en inglés? ¿O es tal vez una manera de comprobar si con el bilingüismo los niños son menos competentes en ciertas áreas en su lengua nativa?

Otra cuestión que no entiendo es la necesidad de hacer la prueba antes del final del curso. Es de prever que esto va a implicar una serie de consecuencias, como la que mencionaba antes de hacernos sentir que hay que acabar el temario para entonces. ¿No sería mucho mejor dejar la prueba para septiembre? Ah, ya, es que en septiembre ya no se acuerdan de nada. Y bueno, a lo mejor también sería un poco tarde para realizar un diagnóstico. Si se dejara la prueba para el comienzo del siguiente curso, espero que nadie pidiera a los niños pasarse el verano estudiando, aunque desde luego, existe ese riesgo.

¿Por qué no evitan los que plantean las pruebas todo esto? ¿Piensa alguien en las consecuencias que en ciertas ocasiones toda esta evaluación tiene para los niños, para su aprendizaje? Engullir contenidos por un embudo hasta el día del examen no es adquirir competencia alguna, más que la bulímica. Si queremos que sean competentes, que se les enseñe para ello, que se usen metodologías activas, que se trabaje por proyectos y se dejen de lado los libros de texto. Y por si fuera poco, en sexto también, los niños, al menos los de centros bilingües de Madrid, además tienen que probar su nivel de inglés en las pruebas de Cambridge, también en el mes de mayo.

Todo lo que sé acerca de las pruebas de Primaria es confuso. Hay quienes las llaman "reválidas", una terminología que no escuché en mi generación, sino en la precedente a la mía. Hay quienes dicen que cuentan en el expediente, ¿pero no es una prueba diagnóstica? Se supone que es para identificar problemas de aprendizaje a tiempo, ¿cómo puede eso impactar en la promoción del alumno al curso siguiente? ¿No habrían detectado ya los profesores los problemas de aprendizaje? También hay voces que se alzan por la insumisión, y piden que no llevemos a nuestros hijos al colegio, y hay otras que te avisan de que es obligatorio llevarlos y que hagan los exámenes. Incluso en alguna comunidad autónoma se han aventurado a decir que si el niño no hace las pruebas el día indicado, las hará el siguiente día lectivo que acuda al colegio.

Si las pruebas ya eran polémicas de por sí, ahora además se han incluido unos cuestionarios para las familias. Inocente de mí, pensé que era una buena idea. Pero ya me están confundiendo una vez más, porque que me pregunten, por fin, cuántas horas de deberes y estudio tiene mi hijo cada día, cuántos libros o dispositivos conectados a Internet hay en mi casa o si recomendaría el colegio debe entrañar un riesgo que no he sabido ver. Siempre pensé que los resultados de las pruebas, en algunos casos, podrían ser un indicativo sobre todo del nivel sociocultural de la zona, que podrían reflejar si las familias ayudan a sus hijos con los deberes y con los estudios. Por eso creí que era una buena idea que el cuestionario tratara de contextualizar las pruebas, pero por lo visto no todo el mundo lo ve así, para mi desconcierto.

Así que no sé ya qué pensar. Ya no sé si decir cuántas tabletas, de las de Apple, no de las de chocolate, tenemos en casa. No sé si recomendar o no el colegio, aunque sienta que solo podría recomendar un centro que use metodologías activas, no mande a sus alumnos tareas para casa, trabaje realmente las competencias, y puestos a pedir, se olvide del bilingüismo que tanto nos está defraudando a los que al principio lo defendíamos a capa y espada. No sé si quiero que mi hijo se ponga malo esos dos días para tener la excusa perfecta y que no vaya a hacerlos, o si quiero que los haga como un campeón, no vaya a ser que después de estar escolarizado 9 años tenga un problema de aprendizaje que no hayamos detectado aún. En fin, solo espero que para todos los niños que se enfrenten a ella, sea una horita corta. Ánimo, chicos.

Eva Bailén es ingeniera en Telecomunicaciones y autora del blog todoeldiaconectados.com sobre nuevas tecnologías para niños. Inició la campaña de Change.org "por unos deberes escolares justos".

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