12 fotosLa cara y la cruz de un vertederoLa vida de quienes trabajan en montañas de basura no es muy halagüeña. Pero hay maneras de sacar partido a esa situación Dacca - 13 may 2016 - 09:38CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceTres niñas menores de edad recogen plásticos u ortos objetos de 'valor' en un vertedero de Dacca.zigor aldamaLa llegada de un camión de la basura es bienvenida con expectación entre quienes se avalanzan sobre los desechos para ser los primeros en encontrar algo de valor.Zigor AldamaTodo tipo de materiales son reciclados de forma informal, e ilegal, ante la pasividad y la complicidad de las Autoridades.Zigor AldamaInnumerables niños de apenas seis años de edad trabajan en el vertedero de Dacca recogiendo basura.Zigor AldamaMuchos de los trabajadores del vertedero de Dacca van descalzos o en chancletas, algo que hace que la mayoría tenga úlceras en los pies.Zigor AldamaMuchos de los trabajadores del vertedero en Dacca son niños o ancianos, los segmentos más vulnerables de la población.Zigor AldamaLa alegría se contagia rápido entre los más pequeños en cuanto aparece algún juguete en la basura. En este caso, una cometa de Spiderman sirve para romper horas de monótono rebuscar.Zigor AldamaAl atardecer, cuando los compradores se retiran, los más pequeños disfrutan de las máquinas paradas que trabajan en el vertedero. Es uno de los pocos momentos en los que pueden disfrutar de ser niños.Zigor AldamaDanilo Fabiano muestra el carné que lo acredita como presidente de una de las asociaciones que ha conseguido regular el trabajo en el vertedero de Manila.Zigor AldamaRodolfo Tellantos (izda.) posa con un compañero en el lugar en el que procesan metal y vidrio recuperado del vertedero de Rodríguez Rizal.Zigor AldamaGigi Ramos es una de las recicladoras que ha escapado de las mafias filipinas que campaban a sus anchas por los vertederos de la capital. Trabaja duro para mantener a su hija.Zigor AldamaLos niños ya no pueden acceder al vertedero de Rodríguez Rizal. Los trabajadores se turnan para cuidar de los hijos que juegan a las puertas del basurero, adónde llegan camiones con toneladas de basura cada pocos minutos.Zigor Aldama