¿Por qué vuelan los aviones?
La pregunta tiene más gracia si se formula a 30.000 pies de altura, pero aun así tiene su miga. Marca la respuesta que creas correcta:
a.- Porque Dios es misericordioso.
b.- Porque Campanilla echó unos polvos (de hada) en el avión.
c.- El piloto tiene la pluma mágica de Dumbo.
d.- No vuelan. Es imposible. Son más pesados que el aire.
Hay otras teorías, como la que apuntan estos dos expertos:
Te tiemblan las carnes. ¿Eres un miedica?
Si te sudan las manos antes de embarcar o le pides un gin-tonic a la azafata a las nueve de la mañana, tienes aerofobia, un término que no se refiere al miedo a los efectos de la fabada, sino al temor compulsivo a montar en avión. Según Iberia, uno de cada cuatro españoles (un 13 %, según otros estudios) tiene pánico a volar, y alrededor del 80 % siente una moderada ansiedad antes o durante el viaje. ¿Es tu caso?
Con un par de huevos, como Dumbo
"Hoy es más seguro que nunca volar", afirma Javier del Campo, comandante de Iberia e instructor de los seminarios que Iberia organiza desde hace dos décadas. La aerofobia no siempre se manifiesta en aquellos viajeros que tienen predisposición a padecerla. Del Campo describe así su perfil: "personas muy imaginativas y con tendencia a controlarlo todo, tanto en el ámbito personal como profesional". El catalizador que provoca la crisis puede ser un acontecimiento extraordinario, como el nacimiento de un hijo, una enfermedad o el ascenso a un puesto laboral de gran responsabilidad. Entre las causas de la aerofobia, del Campo también apunta "el desconocimiento de los aspectos técnicos del vuelo y los sistemas de seguridad", e insiste en explicar que "las pruebas y comprobaciones a las que se somete a los aviones -la fuerza del viento, por ejemplo- superan en más del 50% las condiciones que se dan en un vuelo real.
¿Qué se puede hacer para vencer el miedo?
Expertos en aerofobia como el psicólogo Miquel Tortella, de la UIB (Universidad de las islas Baleares), afirman que la estrategia contra ésta y otras fobias pasa por no eludir la situación que las provoca. También recomienda mantener los hábitos normales (leer el periódico, por ejemplo) y no beber alcohol ni tomar tranquilizantes. Respirar profundamente, relajar los brazos y concentrarse en imágenes agradables también ayuda a dominar la ansiedad.
Si todo falla,siempre nos quedarán los comandantes Faemino y Cansado. No tranquilizan, pero hacen reír, que también es importante.
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