José Andrés, al lado de los hispanos
El cocinero asturiano ha plantado al magnate Donald Trump por sus comentarios ofensivos hacia los mexicanos
En 2012 la revista Time le incluyó entre las 100 personas más influyentes del mundo y el año pasado fue premiado por el presidente Barack Obama como ejemplo de emigrante de éxito. Con esta tarjeta de presentación era difícil que José Andrés, uno de los reyes de la gastronomía mundial, siguiera manteniendo vínculos comerciales con el multimillonario precandidato republicano a ocupar la Casa Blanca Donald Trump, boicoteado por poderosas empresas —desde Univisión a Televisa— a raíz de sus comentarios sobre los inmigrantes mexicanos, a los que tildó de “narcotraficantes y violadores”.
El chef asturiano es una celebridad al otro lado del Atlántico, donde posee una triunfante cadena de restaurantes cuyo embrión fue Jaleo, un local desde el que lanzó su particular revolución de la tapa. Su próximo gran proyecto pasaba por instalar un restaurante en el hotel de lujo creado por Trump en un antiguo edificio de Correos en Washington. Un suculento contrato de 10 años roto en pedazos por José Andrés como protesta por las ofensivas declaraciones del magnate. Trump no parece, sin embargo, dispuesto a quedarse sin los apetitosos menús y se ha querellado contra el cocinero español, al que reclama nueve millones de euros por daños y perjuicios. Entre un jugoso negocio y la dignidad, José Andrés no ha tenido dudas a la hora de elegir. Ya explicó en su día que los comentarios despectivos de Trump le impedían seguir adelante con la apertura de un restaurante español en el imponente hotel del empresario xenófobo. Sobre todo si se tiene en cuenta que más de la mitad de su equipo es hispano y que muchos de los comensales que acuden a sus locales también lo son.
En EE UU, José Andrés es más que un prestigioso cocinero. Es un modelo de empresario, artista y filántropo. Asesora a Michelle Obama en cuestiones nutricionales, Hillary Clinton le fichó para la alianza global que promueve cocinas limpias en países azotados por crisis humanitarias y ha creado una asociación para luchar contra el hambre en los países en vías de desarrollo de las Américas y África. Tras el terremoto de Haití de 2010 se ató el delantal y viajó a la isla caribeña para dar de comer a los afectados por la catástrofe. En 2011 fue galardonado por la Fundación James Beard —la más grande autoridad culinaria de EE UU— como el mejor chef.
José Andrés se plantó en Estados Unidos con 21 años y 40 dólares en el bolsillo. Con tenacidad y trabajo ha hecho realidad el sueño americano. Gestiona restaurantes de 300 o 400 euros el cubierto y otros en los que se puede comer por 40. En estas dos décadas se ha convertido en un mago de la cocina y es una estrella en la televisión, donde además de ser asiduo del desaparecido programa de David Letterman produjo la serie gastronómica para el canal público PBS Made in Spain, un escaparate de España a través de sus fogones. Ha conseguido la nacionalidad estadounidense pero no renuncia a sus raíces: “Me siento español, pero también lloro al ver la bandera de Estados Unidos”, ha dicho.
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