El ‘Titanic’ resucita en China

El Titanic resucitará dentro de dos años. Pero esta vez no será fabricado en Belfast ni cruzará el Océano Atlántico, como intentó hace 103 años en su fatídico viaje inaugural. En la popa lucirá las cinco estrellas amarillas sobre fondo rojo de China y estará permanentemente amarrado a un muelle del río Qijiang, en la provincia interior de Sichuan, a más de mil kilómetros del mar. En la mejor tradición empresarial del gigante asiático, la tragedia que se cobró la vida de más de 2.000 personas dará pie a un parque temático en el que la réplica exacta del buque se convertirá en un hotel de lujo que promete emociones fuertes. Como confirman fuentes de Qixing Energy Investment Group, el principal inversor del proyecto, un complejo sistema que combina mecanismos hidráulicos y efectos de luz y de sonido recreará el momento en el que el Titanic chocó contra un iceberg, y los pasajeros tendrán incluso asignada la interpretación de un papel en lo que se antoja como una teatralización de la película que en 1997 dirigió James Cameron.

“El Titanic fue un gran buque y queremos devolverlo a la vida. Servirá no solo para conmemorar lo sucedido, sino también para dar a conocer otros aspectos relacionados con su hundimiento”, explicó el presidente de la empresa, Su Shaojun, durante la presentación del proyecto en Hong Kong. “Será un viaje que nadie olvidará”, añadió el consejero delegado, Huang Li. Sin duda, de ello depende en gran medida la viabilidad de la empresa, porque el presupuesto se ha disparado hasta 149 millones de euros. Esa cifra supera ampliamente lo que costó construir el transatlántico original, incluso si se tiene en cuenta la inflación acumulada durante el último siglo -ahora serían 110 millones-.

“Tenemos que copiar fielmente hasta el último detalle del barco original, y ese es un proceso largo y caro”, explica Wang, una de las representantes de la empresa. No en vano, los 700 trabajadores que ha asignado al proyecto el astillero Wuchang Shipbuilding Industry Group, una compañía estatal china, tienen en sus manos 20.000 dibujos que muestran con exactitud todos los detalles del Olympic, el buque gemelo del Titanic. Las medidas serán las mismas: 269,09 metros de eslora, 28,19 metros de manga, y 31,7 metros de puntal, equivalente a un edificio de 11 pisos. Además se respetará “en la medida de lo posible” la ubicación de cada estancia, incluidas la piscina, la pista de baile e incluso la extemporánea habitación del telégrafo.

“Reproduciremos también el atuendo de quienes viajaban a bordo, el menú que se les sirvió, y la música que escuchaban. Incluso habrá una ceremonia típicamente británica para dar la bienvenida”, añade Wang. Así, el Titanic chino solo se diferenciará del original en los materiales de la estructura principal, en la que se utilizarán hasta 50.000 toneladas de un acero más resistente; en las medidas de seguridad, adaptadas a las exigencias actuales, y en el hecho de que ninguno de los 1.500 clientes que puede acoger cada día tendrá que sufrir las espartanas condiciones de la tercera clase. Es un viaje de lujo al pasado.

Y el precio de los billetes va en consonancia. Los primeros 50.000 se pusieron a la venta en mayo en la página web de la empresa, aunque los huéspedes no podrán estrenar el buque hasta el 1 de octubre de 2017, coincidiendo con la fiesta nacional de China. El más barato cuesta 2.888 yuanes (430 euros), y luego las diferentes opciones van aumentando la factura hasta los casi 43.000 euros, un importe que incluye una medalla conmemorativa de oro puro, guardaespaldas, y la posibilidad de interpretar en privado escenas como la del retrato semidesnudo de Rose, a quien Kate Winslet dio vida en la gran pantalla.

Sin duda, parece un programa diseñado para estimular la extravagancia del millón de millonarios -en euros- chinos, y, aunque desde Qixing Energy aseguran que su intención es llegar a un público global, el hecho de que la web esté solo en chino es reveladora de su verdadero interés. Eso sí, consciente de las ampollas sociales que levantan proyectos opulentos como el suyo y de la lucha contra la corrupción que ha lanzado el presidente Xi Jinping, la empresa ha anunciado que donará parte de sus beneficios a un fondo destinado a las víctimas de naufragios como el que hace unas semanas dejó más de 440 muertos en las aguas del río Yangtsé. A bordo de su Titanic los clientes se irán a pique todos los días, pero afortunadamente como parte del espectáculo