15 fotosEl último de la listaSobre cómo Níger lucha por mejorar los indicadores de pobreza y educación que todavía le dejan como el peor país en cuanto a desarrollo humano Niamey - 29 jun 2015 - 10:45CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUna niña con malnutrición severa acaba de llegar al centro de rehabilitación de malnutrición severa (CRENI) del Hospital Regional Poudrière de Niamey. La doctora encargada le practica un análisis de sangre para comprobar su estado de salud.O.P.La doctora pasa visita a uno de los niños malnutridos que se recupera tras más de una semana hospitalizado en el CRENI Poudrière de Niamey, financiado por UNICEF. El pequeño Abdelwaheb, además de malnutrición, sufre de alteraciones cardíacas moderadas.O.P.El CRENI del Hospital Poudrière de Niamey asiste a pacientes malnutridos que sufren complicaciones, ya sea malaria, neumonía u otro tipo de afecciones. En los centros de malnutrición severa todos los pequeños son pesados, medidos y analizado su perímetro braquial para observar los niveles de afectación de la malnutrición.O.P.Las escuelas cuentan con planes de sensibilización para los más pequeños sobre la importancia de la higiene y el saneamiento para impedir el contagio de enfermedades. Los alumnos de la guardería Deyzebon de Niamey, como el niño de la imagen, se lavan varias veces las manos al día, sobretodo, antes y después de ir al baño. La consciencia de los más pequeños, que a su vez sensibilizan a sus padres, debe servir para erradicar enfermedades en el futuro.O.P.UNICEF apoya los planes de higiene en escuelas con la distribución de material didáctico, fuentes de agua yjabón. Uno de los centros beneficiados es el jardín de infancia de Deyzebon, en Niamey, donde se ha tomado esta imagen.O.P.La educación infantil empieza a los cuatro años en Níger. Hasta hace poco, también podían ir los niños a partir de los tres años de edad, pero el Gobierno decidió suprimirla de la escolarización pública. El centro Deyzebon de Niamey cuenta con 94 niñas y 90 niños, algunos de los cuales salen en esta fotografía. La ratio de escolarización de niñas en la educación infantil desciende a medida que se hacen mayores, con lo cual en la educación secundaria la tasa de estas en las escuelas es inferior respecto a la de ellos.O.P.Además de jugar y divertirse, los niños y niñas aprenden números y letras durante su etapa en la guardería. La guardería Deyzebon, situada cerca del Petit Marché, en pleno centro de Niamey, cuenta con unas instalaciones cuidadas y la atención de seis educadores, que tienen una media de 37-38 alumnos por aula.O.P.Una vez en la escuela primaria, como en esta de Banifandou III, en Niamey, los jóvenes muestran su voluntad de aprender. Cada vez hay más niñas escolarizadas, pero el desfase con los chicos sigue presente en todas las franjas de escolarización, aunque en secundaria la diferencia aumenta.O.P.Estudiantes de distintas edades pueden coincidir en una misma aula y curso. Dependerá de cuándo hayan iniciado su escolarización y del seguimiento de las clases. La escuela Banifandou III, en la imagen, ha doblado su capacidad desde su creación en 2005, de seis aulas y seis profesores, a 13 aulas y 12 educadores. La directora lamenta no contar con una oficina propia, puesto que su despacho es la misma clase. En la fotografía, los alumnos atienden en clase.O.P.Una profesora imparte la lección en una de las aulas de la escuela Banifandou III. La responsable del centro agradece la implicación de la asociación de padres y madres para conseguir traer la electricidad al centro de titularidad pública que, a pesar de encontrarse en la capital, Niamey, ha estado durante 10 años sin corriente eléctrica.O.P.El proyecto de seguridad alimentaria en los barrios de Goudel-Gorou y Siminti, en la comuna I de Niamey, financiado por la Cooperación española y ejecutado por la ONG española Conemund y la nigerina RESEDA, empodera a distintos grupos de mujeres a partir de iniciativas de irrigación de tierras y actividades generadoras de ingresos. En la imagen, uno de los puntos de agua en Goudel-Gorou.O.P.La mayoría de las mujeres dedican una parte de su jornada a trabajar en el huerto y a cultivar distintos tipo de productos según la estación del año. Su venta les proporcionan ingresos para sustentar a la familia y ser autónomas de los maridos. En la imagen, una mujer trabaja en el campo en Goudel-Gorou, Niamey.O.P.Las mujeres se dedican al campo sin olvidar sus labores de madre. Con los hijos a la espalda desarrollan su trabajo teniendo que sobrellevar uno de los climas más calurosos de la Tierra, con temperaturas medianas de 35 grados de medias y que pueden alcanzar hasta 45 grados entre los meses de marzo y mayo, justo antes de las lluvias. Níger es el país con la tasa de fecundación más alta del mundo, con una media de 7,6 hijos por mujer. En la imagen, una mujer carga dos regaderas en Goudel-Gorou, Niamey.O.P.El proyecto de CONEMUND y RESEDA apoya también la alfabetización de las mujeres en los distintos barrios donde se desarrolla. La primera fase de la iniciativa se materializó en los barrios de Lossou Goungou, Goudel y Kossey, mientras la segunda, se desarrolla en Goudel-Gourou y Siminti de Niamey, donde las beneficiarias atienden al profesor con sus hijos en brazos, como en esta fotografía.O.P.Las mujeres aprenden a escribir y a leer en sus lenguas locales, en este caso, el zarma, la lengua más hablada en la capital y en la zona suroeste de Níger. E nla imagen, una mujer escribe en la pizarra en su escuela de Goudel-Gorou, Niamey.O.P.