13 fotosSin hambre se aprende mejorEl trabajador del PMA, dedica a la educación su selección de imágenes de entre las que comparte a diario en su cuenta de TwitterDiego Fernández Gabaldón29 abr 2015 - 11:11CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceHoy en día, aproximadamente 300 millones de niños pobres en todo el mundo no van a la escuela o no reciben una comida durante el día en el colegio. En la mayor parte de los casos, se trata de niñas. De entre las imágenes que comparto a diario en mi cuenta de Twitter @diegofgphoto, este mes he querido mostrar aquellas que reflejan las actividades de alimentación escolar desarrolladas por el Programa Mundial de Alimentos. Estas fotografías fueron tomadas durante 10 años de trabajo en Darfur (Sudán), Timor Occidental (Indonesia), Afganistán y Kenia y se las dedico a mi padre, profesor de matemáticas, que nos dejó el 19 de marzo. Esta imagen de 2010, corresponde a una jornada de distribución de galletas energéticas en el norte de Afganistán. En situaciones de emergencia, la alimentación escolar es una fuente de nutrición fundamental y permite que no se interrumpa el proceso educativo.2005, Darfur, Sudán. Programa de alimentación escolar para niños desplazados por la guerra. El conflicto en Darfur, que dura ya una década, se ha intensificado recientemente debido a conflictos intertribales por tierras cultivables y recursos, provocando la mayor oleada de desplazamientos de población que la región haya experimentado en los últimos años. Nuestras visitas a los lugares donde se desarrollan las actividades del PMA suelen generar cierto revuelo, sobre todo entre los niños. No fue fácil convencer a estas pequeñas de que dejaran de mirar a la cámara y se concentraran en su profesora…2011, meriendas escolares en las tierras altas de Kenia. El programa de alimentación escolar del país está diseñado para fomentar también el desarrollo agrícola local. Como parte de esta estrategia, el PMA apoya al Gobierno en las transferencias de dinero a las escuelas, las cuales emprenden entonces procesos competitivos de compras con los agricultores y proveedores locales.2010, alimentación escolar en el norte de Afganistán. Vamos a la mesa… A pesar de estar elaborados con ingredientes sencillos, las personas encargadas de preparar las comidas para los niños cocinan platos no solo nutritivos, también apetitosos. Esta comida olía realmente bien y, calentita, ayudaba a los niños a combatir los rigores del invierno en Afganistán.2008, alumnos de los colegios apoyados por el PMA en Kupang, Timor Occidental, Indonesia. Las comidas nutritivas en la escuela son un método sencillo y efectivo que pretende lograr mejoras en las tasas de alfabetización y contribuir a que los niños pobres rompan el ciclo de pobreza, lo que se traduciría en resultados tangibles para toda la sociedad. Al disminuir el hambre de los niños y mejorar sus posibilidades de educación, la alimentación escolar puede ayudar a crear la infraestructura humana necesaria para que las naciones prosperen.2010, alimentación escolar en el norte de Afganistán. Esta imagen se tomó durante una visita a un pueblo cercano a la frontera con Uzbekistán. Afganistán es un país de gran riqueza en recursos naturales, historia, paisajes y también etnias. Mientras que en algunas partes del país me confundían con un afgano y se dirigían a mí en dari por la calle, me llamó la atención que eso no sucedía en el norte y noreste, donde abundan los rasgos marcadamente asiáticos de muchos de sus habitantes.2005, Darfur, Sudán. Los proyectos del PMA casi siempre se desarrollan conjuntamente con ONG locales o internacionales, diversas dependencias gubernamentales, u otras agencias de Naciones Unidas. Como se aprecia la imagen, la bonita sonrisa de esta niña desplazada por el conflicto en Darfur está enmarcada por el emblema de Unicef, nuestro compañero de trabajo en proyectos de alimentación escolar.2008, Timor Occidental, Indonesia. Programa de distribución de galletas enriquecidas con vitaminas y minerales en colegios. No hay diferencia entre las miradas de los niños cuando reciben una chuchería, algo que he apreciado en muchas ocasiones viajando al terreno. Uno ejemplo más de las similitudes que tiendo a encontrar (o quiero hacerlo) entre los pueblos, más que diferencias.2006, Nyala, Darfur, Sudán. Programa de atención a niños de la calle. Como en todas las guerras, el conflicto en Darfur dejó y sigue dejando tras de sí un buen número de huérfanos. Muchos de ellos son atendidos por familiares, pero algunos acaban en la calle. Estas actividades dirigidas a ellos no solo suponen que se les acoge y se les da alimentación y educación, sino también, como en la imagen, las actividades recreativas ayudan a devolverles la sonrisa.2014, Isiolo, Kenia. En ciertas culturas tradicionales, donde se espera que las niñas se queden en el hogar o vayan a trabajar, a menudo la alimentación escolar y las raciones para llevar a la casa funcionan como un incentivo para que sus padres las envíen a la escuela.2006, programa de alimentación escolar en Darfur, Sudán. Si no recuerdo mal, en nuestra añorada EGB también era común que nos mandaran a limpiar la pizarra… Las infraestructuras de muchos colegios rurales en los países en desarrollo son generalmente pobres; en algunos sitios se dan clases incluso debajo de los árboles. Sin embargo, tan importante como la educación que reciben o las infraestructuras, lo es el facilitar un entorno donde los niños puedan relacionarse, jugar, y aislarse, por un rato al menos, de las crudas realidades que les rodean.2006, Darfur, Sudán. Niñas desplazadas por la guerra en Darfur reciben clases en instalaciones provisionales gestionadas por agencias de cooperación internacional.2010 Mazar e Sharif, Afganistán. La taza roja del Programa Mundial de Alimentos se ha utilizado en campañas de sensibilización y, con el tiempo, se ha convertido para nosotros en una especie de icono del trabajo que realizamos. Estas de la imagen se utilizan en los colegios de Afganistán para servir agua.