Para que las condiciones higiénicas sean completamente óptimas, es necesario lavarse las manos correctamente con agua y jabón después de usar el servicio. Este simple gesto ayuda a reducir en más del 40% los casos de enfermedades diarreicas y casi en un 25% los casos de infecciones respiratorias, según Unicef, que calcula que estas enfermedades ocasionan la muerte a más de 3,5 millones de niños menores de cinco años al año.En el estudio inicial hecho en el programa UMATA en el que ONGAWA está trabajando se concluyó que solo el 4% de los adultos se lavaba correctamente las manos después de ir al baño.
Se ofrecen diversas opciones. La más económica y simple es la llamada Tip-Tap, y se construye con unas ramas, una cuerda y una botella. Su funcionamiento es muy sencillo: solo hay que pisar un palo amarrado a una cuerda, la cual a su vez está atada a una botella llena de agua. La botella se mueve y el agua cae. De esta manera se evita tocar la botella y el agua con las manos sucias.
La siguiente opción, más cara pero más cómoda, es un cubo con un grifo. La más moderna de todas es un recipiente de cemento y arcilla, más robusto y que ayuda a mantener el agua fresca.