10 fotosLa multirresistente CamboyaEl país asiático lleva 20 años luchando contra la tuberculosis y en la última década la tasa de prevalencia se ha reducido a la mitad. Por MANU MART Camboya - 24 mar 2015 - 11:40CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceRadiografía de los pulmones de un paciente sano (derecha) frente a los pulmones de un paciente infectado de tuberculosis (izquierda). Camboya ocupa el segundo lugar del mundo en lo que se refiere a la prevalencia de esta enfermedad, con 800 personas de cada 100.000 infectadas con TB activa. Cada año se infectarán 60.000 personas aproximadamente. El problema es que el sistema de salud existente sólo identificará a entre 25.000 y 30.000 personas, lo que provoca un gran vacío en la detección de la enfermedad.La tuberculosis es una enfermedad que se transmite de persona a persona a través del aire y está causada por una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos para quedar infectada. Cuando la forma activa de la enfermedad se presenta, los síntomas (tos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso…) pueden ser leves durante muchos meses. Como resultado de ello, los pacientes tardan en buscar atención médica y, mientras, transmiten la bacteria a otras personas. A lo largo de un año, un enfermo puede infectar a unas 10 o 15 personas con las que mantenga un contacto estrecho.Algunos pacientes esperan su turno para ser atendidos en el hospital de Kampong Cham, una población que se encuentra a 130 kilómetros de la capital de Camboya, Phnom Penh, y donde la organización Médicos Sin Fronteras dispone de una unidad de diagnóstico y tratamiento en la que trabaja desde hace 20 años. Antes de que los enfermos reciban un reconocimiento más exhaustivo, los doctores toman la presión arterial y controlan su fiebre. De esta manera, pueden tener una primera idea de si el paciente puede estar o no contagiado. La mascarilla debe ser usada tanto por el personal sanitario como por los pacientes debido al elevado riesgo de contagio de esta enfermedad.Unas pocas décimas de fiebre pueden ser claves para identificar la presencia del bacilo en el paciente, en este caso una niña. Muchos de los casos se producen en áreas rurales, y los enfermos no acuden al hospital hasta que la tuberculosis está muy avanzada. El año pasado, MSF puso en marcha su programa de Unidad de Detección Activa de casos, una pequeña ambulancia móvil con la que se puede acceder a áreas rurales, donde vive en torno al 80% de la población de Camboya, e identificar a personas contagiadas para derivarlas al hospital.Chan Lammaq, de 30 años, está infectada de tuberculosis multirresistente, una variante de la enfermedad que provoca que el tratamiento a seguir sea más largo, costoso y con mayores efectos secundarios. Desde el 22 de diciembre de 2014 está ingresada. Lammaq es madre de tres hijos, pero dos de ellos viven ahora con sus abuelos, que no la visitan ya que piensan que está infectada de VIH. Esto le ha provocado una depresión que agrava su situación. El estigma social que provoca tener la enfermedad es uno de los problemas a los que se enfrentan los pacientes, y la causa del diagnóstico tardío en muchos casos, ya que estos prefieren ocultar su enfermedad por miedo a ser rechazados por su comunidad.Say Seang Mey, de 20 años, acudió al hospital porque durante el último año tenía dos de los síntomas más claros de la tuberculosis: fiebre alta y tos. Las radiografías mostraban una gran cantidad de líquido en sus pulmones. En la imagen, un equipo médico se dispone a realizar una punción y extraer todo ese fluido para que Mey pueda respirar normalmente. Una muestra se enviará al laboratorio para ser examinada y confirmar si la mujer está o no infectada.En la imagen, Ngin Yim se somete a un análisis de sangre. Entre las personas de edad avanzada de Camboya, como ella, la prevalencia de la tuberculosis es tres veces mayor que entre la población en general, por lo que MSF desarrolla una detección sistemática entre todos los mayores de 55 años para poder identificar a tiempo a las personas infectadas e impedir así el contagioKeo Phalli, de 25 años, también está enferma de TB multirresistente, por lo que debe combinar hasta cuatro diferentes tipos de medicamentos. En el caso de Phalli, la enfermedad es especialmente grave puesto que dos operaciones realizadas en su intestino la tienen desde hace cuatro años postrada en una cama sin poder moverse. Llegó a pesar 22 kilos y se temió por su vida, pero ha ganado algo de peso y su mejoría es evidente.Hoon Honc Sring, de 45 años, estuvo enferma de TB multirresistente hasta 2014, cuando terminó de curarse completamente tras 20 meses de tratamiento. En su caso, tuvo el apoyo de su familia y pudo recuperarse en su casa, lo que la animó a continuar con el tratamiento. Aún se encuentra débil, pero poco a poco está comenzando a realizar su vida normal, y ha vuelto a hacer pequeños trabajos en la escuela donde era profesora antes de contraer la enfermedad.Camboya todavía no ha alcanzado las metas de los Objetivos del Milenio de la ONU pero las tasas de prevalencia, incidencia y mortalidad han mejorado en los últimos 10 años. MSF abandonará a finales de este año su programa en el país, pues esperan que el Gobierno invierta mayores recursos contra esta enfermedad ya que en 2014, tan sólo destinó el 4% del presupuesto del programa nacional (unos 30 millones de euros). El sistema sanitario del país ha mejorado tras la devastadora guerra civil que sufrió el país hasta finales de los años noventa, pero el doctor San no es demasiado optimista: “La calidad de cuidado que hemos tenido será difícil de igualar con nuestro aún débil sistema sanitario. No existe en el país una conciencia sólida sobre la gravedad de la tuberculosis en Camboya".