12 fotosLas fases de la ayudaEsta es la selección de imágenes de @diegofgphoto de febrero, en las que recoge 10 años de lucha contra el hambre con el PMADiego Fernández Gabaldón26 feb 2015 - 12:05CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace2012, refugiada somalí con tarjetas identificativas para la distribución de alimentos del PMA en el campo de refugiados de Dadaab, norte de Kenia. Supongo que muchos fotógrafos viajan a Afganistán con la ilusión de replicar la foto de la niña afgana de Steve McCurry. Bueno, creo que en Afganistán no lo conseguí… Pero lo seguí intentando en Dadaab y esta es mi modesta aproximación. A ciertas comunidades no les gusta que las fotografíen; para hacer esta serie de fotos pasé un tiempo paseando por las instalaciones y conversando con la gente para que se sintieran cómodos delante de la cámara. Me fascinó la intensidad y la fuerza de la mirada de esta niña somalí.2010, estudio preparatorio para el diseño de un proyecto de alimentos por trabajo en el norte de Afganistán. Es frecuente en los viajes al terreno en Afganistán encontrarse con restos de las sucesivas guerras que ha sufrido el país. En esta ocasión, vimos un tanque abandonado desde la guerra afgano-soviética que durante la década de los ochenta del siglo pasado asoló Afganistán. Un poco más adelante, nos encontramos con unos pequeños túneles excavados en la montaña donde los muyahidines se escondían para atacar por sorpresa a los aviones soviéticos. Toda una lección de historia en directo que pude documentar a través de instantáneas como esta.2005, distribución de alimentos en Kabkabiya, Darfur norte, Sudán. Pasar un año y medio viviendo en Kabkabiya fue una experiencia enriquecedora en muchos aspectos. Para llegar a esta aldea de Darfur, los trabajadores humanitarios solíamos tener que viajar en helicóptero, las casas no tenían agua corriente ni electricidad y, por supuesto, no había calles asfaltadas, cobertura de móvil u otros lujos del mundo desarrollado. A pesar de todo eso, tengo muy buenos recuerdos de la amabilidad de sus gentes. Uno de mis pasatiempos era pasear con mi cámara a la caída del atardecer lo que, con el tiempo, me hizo ganar la confianza de la gente, como atestiguan estas sonrisas.2005, Darfur, Sudán, la maquinaria logística en acción. A pesar de lo que puede parecer, esta foto está tomada en una pequeña población del norte de Darfur. Durante el tiempo que viví y trabajé allí, había unos dos millones de desplazados por el conflicto, aproximadamente un tercio de la población, lo cual implicaba la distribución de miles de toneladas de alimentos cada mes. El trasiego de camiones, tanto del PMA (como los de la imagen) como comerciales, era constante. Para conseguir esta perspectiva cuasi-aérea tuve que escalar la torre de comunicaciones del almacén, lo que provocó algunos comentarios entre los transeúntes...2005, Saraf Omra, Darfur norte, Sudán. Hacen falta muchas manos para facilitar el acceso a alimentos nutritivos. El proceso que lleva los alimentos hasta las poblaciones necesitadas es largo y complejo. La entrega final la suelen hacer las ONG, muchas de ellas locales y siempre con la ayuda de personal contratado en los lugares donde se realizan las distribuciones. La cesta de alimentos que distribuye el PMA se suele componer de cereales, legumbres, aceite, CSB y sal. En la imagen, distribución de harina enriquecida de maíz y soja, CSB en la jerga humanitaria. La luz que se colaba por los agujeros del techo de la carpa parecía jugar con las ocupadas manos.2005, Darfur, Sudán. La organización de cientos de personas para las distribuciones de alimentos es una tarea laboriosa. En esta ocasión, nos habíamos olvidado el megáfono en la oficina, lo que hizo que uno de mis compañeros de fatigas en Kabkabiya tuviera que emplearse a fondo. Yo me ausenté durante un rato para visitar otra distribución y cuando regresé mi compañero, empapado en sudor, había logrado que la gente formara filas ordenadas; eso sí, a costa de perder la voz durante un par de días. Hasta la gente a la que estaba intentando organizar sonreía al verlo desgañitarse.2010, programa de distribución de alimentos para incentivar la alfabetización en Afganistán. El objetivo de este proyecto era impulsar la participación de las mujeres en estos programas a cambio de alimentos. No fue fácil convencer a los encargados de que me dejaran hablar con las mujeres y, cuando finalmente accedieron, he de confesar que me resultó extraño conversar con alguien sin poder ver las expresiones de su rostro. Para mi sorpresa, al cabo de poco tiempo, algunas de ellas parecieron acostumbrarse a mi presencia en el centro y comenzaron a compartir sin aparente preocupación sus impresiones acerca del programa, e incluso lo que opinaban sus familias sobre su participación.2011, Machakos, Kenia. Una ventaja de trabajar en Kenia fue que con frecuencia me podía comunicar con la población sin necesidad de intérpretes. Aunque no siempre era el caso… Con 42 tribus, el mismo número de lenguas más algunas variantes, en ocasiones, las barreras lingüísticas suponían un problema hasta para los compañeros kenianos. En la imagen, la señora sentada en el banco estaba traduciendo a la lengua local lo que yo había preguntado en inglés a mi compañero y él había traducido al swahili. Como en la escena de la mecanógrafa en la película de Chaplin, 'El Gran Dictador', es curioso cómo un mismo mensaje parece requerir distinto número de palabras y aclaraciones según el idioma. Esto me proporcionaba tiempo para fotografiar al grupo antes de reincorporarme a la conversación.2010, Afganistán es un país de una belleza deslumbrante y paisajes muy variados. El objetivo del viaje al terreno de esta imagen era valorar la posibilidad de realizar proyectos de alimentos por trabajo para la mejora de la gestión de las aguas pluviales. Esto requería llegar a las fuentes donde se originaban las corrientes. Para ello, teníamos que viajar por zonas montañosas escarpadas como las de la imagen, y a veces incluso hacer algo de senderismo. Una de las muchas recompensas que ofrece el trabajo humanitario. En la foto, nuestros vehículos y los burros que la población local utiliza para transportar todo tipo de mercancías, ambos medios de transporte muy eficientes en estos terrenos.2005, Kabkabiya, Darfur norte, Sudán. En ocasiones me preguntan cómo es la vida en una aldea remota como en las que con frecuencia trabajo. Claro que a veces se echa de menos a la familia, los amigos o poder pasear por la calle, pero son experiencias enriquecedoras. Creo que lo importante es tener hábitos, incluso en el tiempo de ocio: este tiempo para hacer deporte, este tiempo para leer, este tiempo para hacer fotos… Además de eso, incluso en los lugares más remotos siempre hay otras organizaciones trabajando y puedes relacionarte. En la foto, un viernes con unos amigos del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja Sudanesa; mis respetos al CICR y a las Cruces y Medias Lunas Rojas nacionales por la gran labor que realizan, y que pasa inadvertida en los medios occidentales. Hace sólo unos días, tres trabajadores de la Media Luna Roja sudanesa murieron en un ataque armado al sur del país.2012, transportistas en el campo de refugiados de Dadaab, Kenia. Muchos de estos camiones serían piezas de museo o coleccionismo en occidente, por eso me gusta fotografiarlos así de imponentes. Con casi medio millón de refugiados en Dadaab, con frecuencia el PMA recurre a la contratación de transportistas locales para cubrir las ingentes necesidades logísticas.2008, Timor occidental, Indonesia. El objetivo de este viaje era el estudio de los ciclos de producción agrícola para determinar los periodos óptimos para la provisión de asistencia alimentaria. Como se puede apreciar en la imagen, nuestras visitas siempre despiertan mucha curiosidad, sobre todo entre los niños. Eso facilita mucho sacar retratos interesantes, como este de grupo.