¿Cárcel para los ‘trolls’?
Reino Unido propone severas penas a las amenazas por Internet
Do not feed the troll’ (No eche de comer al troll) es una de las reglas de oro en Internet para aquellos que en redes sociales, páginas abiertas a comentarios y en la vida digital en general buscan —o al menos intentan— no verse arrastrados por una riada de insultos, descalificaciones y, en ocasiones, amenazas que desgraciadamente se han convertido en el pan nuestro de cada día. Los trolls son seres que, amparados casi siempre en el anonimato de un alias o un nombre verosímil pero falso, vuelven imposible cualquier conversación y con su constante bombardeo de agresividad hacen que los usuarios interesados por cualquier tema abandonen. Y si algún usuario entra al trapo, se ve arrastrado a una estéril discusión que solo logra sacarle de sus casillas. Otras veces, los trolls fijan sus objetivos en personas, normalmente famosas, a las que machacan sistemáticamente en blogs y redes sociales. Y en ocasiones, creyéndose impunes, cruzan la línea y profieren amenazas o revelan datos personales de manera ilegal.
El ministro de Justicia de Reino Unido, Chris Grayling, ha revelado que el Gobierno británico piensa cuadruplicar las penas de prisión para quienes incurran en este tipo de delitos. Los trolls podrán ahora ser condenados a dos años de cárcel. Grayling ha calificado a estos ciberacosadores que pululan por la Red de “veneno de las redes sociales” y les ha acusado de “estar emponzoñando la vida nacional”. El anuncio se produce después de que la hija de un presentador de televisión haya sido amenazada en las redes sociales con ser violada tras entrar en una polémica en Internet precisamente con un delito sexual como tema.
Las amenazas y la violación de la intimidad son un delito tipificado en el Código Penal. Pero hay quienes, arrastrados por el calor de la discusión o bien creyéndose a salvo de cualquier consecuencia de sus acciones, agreden a otras personas en la Red. Y a veces de manera sistemática. Ya que de educación saben poco, deberían al menos entender que en Internet el anonimato no existe. Y que no hay diferencia entre una amenaza o una injuria en la Red a una pronunciada a la cara, aunque ellos no se atrevan. Lo que el Gobierno británico ha dicho es que a los trolls claro que se les puede alimentar. Pero en la celda de una cárcel.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.