La pasión futbolera de Merkel
Aficionada a este deporte desde su época como estudiante, la canciller intercambia regularmente impresiones sobre el estado de la selección alemana con su entrenador
La canciller Angela Merkel, la mujer más poderosa del mundo, según la revista Forbes, tiene una pasión que no intenta ocultar y que tiene sus raíces cuando ella era una estudiante de Química en la ahora desaparecida RDA. Merkel es una apasionada del fútbol y desde que es la jefa del Gobierno alemán, se ha convertido en la hincha más famosa de la selección alemana.
Cuando Alemania fue sede del mundial de fútbol en 2006, la canciller presenció todos los partidos que disputó la famosa Mannschaft y cada vez que uno de sus ídolos lograba meter un gol no ocultaba su emoción y saltaba de su asiento, alzaba sus brazos, gritaba con fervor el gol y abrazaba a Franz Beckenbauer. El exjugador alemán y presidente de honor del Bayern de Múnich siempre se sentaba a su lado.
Merkel mantiene una estrecha relación con el capitán del equipo Phillip Lahm y con Bastian Schweinsteiger. Con el entrenador, Joachim Löw, intercambia regularmente impresiones sobre el estado de la selección, vía SMS o teléfono. “La relación es muy abierta, ella está muy informada y siempre de buen humor”, dijo Löw al referirse a su relación con la canciller.
La pasión de Merkel por el futbol y la selección quedó inmortalizada en una foto casi legendaria. Cuando Alemania derrotó a Argentina (mundial del 2006) la canciller visitó los vestuarios del equipo alemán y fue fotografiada cuando felicitaba a Mezut Özil, quien solo estaba vestido con una toalla. Merkel felicitó al equipo con un breve discurso y brindó con una cerveza por el triunfo.
En su tierna juventud, Merkel sentía admiración por Johann Cruiff – “creo que yo no era la única en Europa”, diría más tarde-, y también admitió que no había festejado el histórico triunfo de la selección de la RDA contra la RFA, en el mundial de 1974. “Vi el partido por televisión y tenía la sensación que la selección de la RDA ganaría. Pero el triunfo no me hizo feliz porque sabía que se instrumentalizaría políticamente”, dijo.
Tampoco es un secreto que la canciller se acerca al elegante edificio que ocupa la Sociedad Parlamentaria, un exclusivo club reservado a los miembros del Bundestag para ver los partidos que le interesan. Durante los fines de semana que disfruta en su dacha en el Land de Brandeburgo, la canciller sigue los partidos de la liga alemana por radio. “En el campo no tengo una televisión”, afirmó.
Por eso, a nadie ha sorprendido que vaya a estar presente en el primer partido que disputará la selección alemana, el próximo lunes en Salvador de Bahía, contra Portugal. Merkel sabe que un triunfo de la selección alemana tiene un bonus especial para su carrera política. Gana Alemania, también gana Merkel y nadie duda que la canciller cruzará los dedos para que la Mannschaft derrote al equipo de Ronaldo.
Para su breve visita a Brasil, Merkel ha invitado a políticos de todos los partidos que están representados en el Bundestag. Aunque la Izquierda declinó la invitación y los Verdes todavía no la han aceptado o rechazado. La canciller ya ha prometido que regresará a Brasil si Alemania disputa la semifinal del torneo y su presencia está asegurada si la Mannschaft llega a la final.
Mientras su apoyo a la selección es público e incondicional, como jefa del Gobierno alemán nunca ha querido confesar cuál es el equipo de sus amores en la liga alemana, pero todo el mundo intuye que su corazón late con pasión cuando juega el equipo Energie Cottbus.
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