16 canciones de rock protesta críticas con la Transición
El rock de la Transición fue anterior a la Movida Estos rockeros de barrio consideraban tímidos y decepcionantes los logros democráticos de los años del gobierno de Adolfo Suárez y los primeros de Felipe González
El rock de la Transición. Así se ha llamado con el paso del tiempo. Surgió fundamentalmente en Madrid, alrededor de un sello discográfico, Chapa Discos (aunque hay excepciones), fundado por el periodista musical Vicente Mariscal Romero. Lo bautizaron con El Rollo. Se integró aquí la primera generación del rock urbano, como Leño, Asfalto y Topo (ídolos de grupos que llenan ahora pabellones: Extremoduro, Fito&Fitipaldis, Pereza…). Y también surgió en esa época la explosión del heavy metal español, con Barón Rojo a la cabeza. Fue un movimiento anterior a la Movida, aunque luego convivió con ella, no sin duras disputas. Estos rockeros de barrio consideraban tímidos y decepcionantes los logros democráticos de los años del gobierno de Adolfo Suárez y los primeros de Felipe González. Esta selección de canciones se frena en 1983, justo en los primeros tiempos del PSOE en el gobierno, cuando el Rock Radical Vasco (Kortatu, Eskorbuto, La Polla Records…) cogió el relevo de la protesta hacia unos partidos políticos que no les gustaban o, directamente, detestaban.
1. Capitán Trueno, de Asfalto (1978)
“Éramos muy hippies y muy rojos”, rememora José Luis Jiménez, bajista y cantante de Asfalto, luego fundador de Topo. Discrepaban de muchas cosas de lo que les estaba dando la Transición. En este Capitán Trueno invitan al superhéroe a que arregle la sociedad en la que vivían, la de finales de los setenta: “Si el Capitán Trueno pudiera venir, nuestras cadenas saltarían en mil./ De él aprendimos que el bueno es el mejor, aunque al pasar el tiempo comprendemos que no”.
2. Este Madrid, de Leño (1978)
“Era como echarle coraje, con conciencia. Éramos de Madrid, pero por delante iba el sentimiento, aunque no fuera positivo. Es que Madrid era una porquería. El saber que soy una patata y decirlo tiene su mérito”. La declaración es de Rosendo Mercado, el autor del tema, y no se puede explicar con más sencillez y certeza. Este Madrid fue el primer sencillo de Leño, que un año después formó parte de su álbum largo, Leño (1979). El estribillo todavía se canta en los conciertos de Rosendo: “Es una mierda este Madrid, que ni las ratas pueden vivir”.
Esta es una ruda interpretación de Este Madrid en el programa de TVE Musical Express.
3. Cuentos de ayer y de hoy, de Ñu (1978)
El visceral José Carlos Molina rompió con Rosendo Mercado y se quedó solo al frente de Ñu. El choque de personalidades salió bien, ya que Mercado formó inmediatamente Leño. Pero estamos con Molina, su flauta travesera y su canto a la ecología y al hippismo en una sociedad que iba encaminada hacia lo contrario: la congestión ambiental y la OTAN. En Cuentos de ayer y de hoy clama: “Queremos vivir en praderas y ver la puesta del sol./ Hacer nuestra casa en un árbol./ Lanzar muchas flores con nuestra canción./ Fuera guerras inútiles./ Guardad vuestras armas”.
4. Rock de Europa, de Moris (1978)
Cuentan los chicos malos de la Movida que mientras ellos acababan con las existencias de alcohol de los bares de Madrid, el argentino Moris, mayor que ellos, se sentaba, solo, al fondo del garito, con un café y un montón de folios. Y escribía sin parar. Tuvo que venir un bonaerense a contar la Transición en clave de rock vista desde la capital. Su disco Fiebre de vivir, en compañía de Tequila, es parte fundamental del rock en español. Ahí se integra Rock de Europa, denuncia de lo que estaba pasando, y muy actual. Lean, lean: “Hay mucha polución en la Plaza de Colón./ Crisis de petróleo y amenaza nuclear./ Las derechas las izquierdas no se pueden aguantar./ Y en el medio de este lío hay que ir a trabajar./ ‘¿Quién arregla esto?’, dice un hombre al pasar”.
Recientemente, Loquillo, Ariel Rot (que participó con Tequila en la versión original) y Leiva han grabado una versión de Rock de Europa.
5. Mi vecino de arriba, de Joaquín Sabina (1978)
Barbudo, melenudo e impulsado por aquel trío libertario de La Mandrágora, Joaquín Sabina edita su primer larga duración con 29 años. Se cierra este Inventario con Mi vecino de arriba, con una dylanianamente larga letra que refleja la colisión entre los que vivían cómodamente con Franco y los jóvenes que daban la bienvenida con ilusión la democracia. Sabina canta: “Mi vecino de arriba, don Fulano de tal, es un señor muy calvo, muy serio y muy formal./ Que va a misa el domingo y fiestas de guardar…/ Mi vecino de arriba hizo la guerra, y no va a consentir que opine a quien no la ganó…/ Mi vecino de arriba es el lobo feroz, que va el domingo al fútbol y ve televisión, que engorda 20 kilos si le llamas señor, que pinta en las paredes: ‘Rojos al paredón”. Con mucho humor, el cantante va relatando las divergencias de los dos ciudadanos. La cosa se lía cuando el hippy vecino de abajo le lía con la hija del recto vecino de arriba. Y ya no contamos más
6. Social peligrosidad, de Cucharada (1978)
Seguramente Cucharada fue la banda de rock más enloquecida de la Transición. Pero detrás de sus desmadrados conciertos, de sus vestimentas llamativas y de su apuesta por el hedonismo había un sólido grupo, con notables instrumentistas y afiladas letras antisistema. Su cantante, Manolo Tena, llenaría, 15 años después, plazas de toros con su Sangre española. Pero en 1978 no les gustaba la deriva de la recién estrenada democracia. En su fantástico debut, El limpiabotas que quería ser torero, hay canciones tan contemporáneas como Abarca y devora/Compre, que alerta (¡35 años antes!) sobre la burbuja inmobiliaria. Pero nos quedamos con Social peligrosidad. Versa sobre cómo seguían tratando con dureza a los que vivían en los márgenes de la sociedad convencional: prostitutas, homosexuales, pequeños traficantes… Así dice: “Mary La Friki era una tía legal, pero el desempleo la obligó a putear./ Un día la Ley la mandó enchironar, diciendo que era un peligro social./ ¿Quién es el culpable, quién el inocente? ¿El justo millonario, o el pobre necesario?”. Compruebe el lector que friki no es un término de los modernos actuales. Una estrofa más: “Pablo El Trapero es un homosexual, le gustan los tíos como a ti la libertad./ Un día la Ley le mandó enchironar, diciendo que era un peligro social”.
7. Rock and roll mamá, de Burning (1978)
No, efectivamente Burning no ha sido un grupo de textos sociales o políticos. Lo suyo es (en presente, porque siguen en activo) más el barrio, el rock and roll y los vicios. Pero allá por 1978, cuando editaron su primer largo, Madrid, la cosa en la calle pintaba rara. En Rock and roll mama deslizan: “No puedo estar contigo, mamá./ Hoy no tengo tiempo para reflexionar./ Porque mañana el mundo puede explotar”. Entonces el joven se va de casa a vivir la noche. Así son los Burning…
Burning en un playback del programa Aplauso, en 1978.
8. Buscando problemas, de Tequila (1978)
“Cuando llegué a Madrid desde Buenos Aires me sorprendió: todo era gris. Era una España de abrigos Loden”. Así define el argentino Alejo Stivel su primera impresión de la Transición. El grupo en el que él cantó, Tequila, llenó de color aquel sombrío Madrid. Este Buscando problemas de su disco de debut subraya el aburrimiento al que se enfrentaba un joven en la España de finales de los 70: “Vagando de noche por la ciudad, intentado vencer a la conformidad…/ ‘Levántate ya es tarde’, dice tu mamá./ ‘Ya es hora de que salgas a trabajar, o ¿qué te has creído?’./ Tomas el desayuno casi sin hablar”.
9. Es mejor así, de Mermelada (1979)
A pesar de ir enfundados en traje y corbata (por cierto, como ahora Franz Ferdinand), los Mermelada exudaban conciencia obrera… además de dinamitero rhythm & blues. Este vertiginoso Es mejor así, de su sobresaliente debut, Coge el tren, certifica la brecha generacional entre los supervivientes acomodados del franquismo con sus privilegios aún en la Transición, y los jóvenes ávidos de libertad. “Me encuentro con un cura que me dice así: ‘Ey, chico, vas por mal camino’./ Le miro a la cara y le digo: ‘Sí, es mejor así…”.
10. Descubrir el sentido terrible de la vida, de Bloque (1979)
“Tened cuidado con el poder./ Va cambiando de color./ Poco a poco cambia según acontece./ Para convencernos usa mil trucos./ Cuando en realidad todo sigue igual”. ¿2014? Encajaría, pero no, se escribió en 1979. En plena Transición, Bloque, los King Crimson de Cantabria, escéptico con el alumbramiento de la democracia y practicando rock progresivo, ya alertaba sobre los pocos escrúpulos de ciertos gobernantes.
11. El periódico, de Topo (1979)
Con el pelo a lo afro, de ideales izquierdistas y fumadores. Musicalmente, como si Crosby, Stills y Nash hubieran nacido en Vallecas. El primer disco de Topo dispara contra el imperialismo de Estados Unidos, zarandea a la Iglesia y suspira por una sociedad igualitaria y ecologista. En El periódico retrata la vida en la calle de la España de Adolfo Suárez: “Como cada día, compro el periódico, aún sabiendo que nada nuevo encontraré/. Otra estúpida guerra./ Un alcalde que dimite./ Un vendedor agresivo se necesita./ El Rayo empata en casa”.
12. Rock pa’l ministro, de Miguel Ríos (1979)
Fuera del sello Chapa Discos también existió el rock protesta. No podía faltar Miguel Ríos, que ya venía de padecer la mordaza del franquismo. Lógicamente el cantante granadino abrazó con esperanza la democracia. Pero pronto advirtió que aquello no acababa de funcionar. Entre otras canciones críticas está Rock pa’l ministro, una historia autobiográfica que arranca cuando el Ministro de Cultura de la época (nombrado por presidente del gobierno, Adolfo Suárez) le envió una carta al cantante con el objetivo de intercambiar opiniones sobre cómo mejorar el sector. Miguel le respondió, pero no obtuvo respuesta. Y le canta: “Estamos en diciembre de un año después y con el ministro nunca conecté./ Contesto a su carta por educación, pero me permito llamar su atención./ No será con cartas como arregle el sector, que nos mande un giro que nos viene mejor”.
13. Nu babe, de Ramoncín (1981)
Aunque en la actualidad sea el pimpampum de ciertos sectores, Ramoncín es parte importante del rock español. Sus cuatro primeros discos son obras de carácter con canciones notables. Como este Nu babe, donde arremete contra los grupos de la Movida, aupados por los grandes medios y subvencionados por el poder. Canta el madrileño, con ironía: “Ha salido una moda que se llama nu babe./ Es lo que tenéis que oír./ Es la moda de Madrid”. Para luego dar datos: “Se han teñido los pelos y lacado las uñas./ Se han sentado en las sillas de los ejecutivos./ Han llegado en la industria por la puerta de atrás”. Y finalmente entrar a matar: “Han escrito canciones para test de colegio./ Han grabado sus discos para escuelas de sordos./ Han dejado sus vidas en colores chillones”.
14. Cállate, de Obús (1981)
Pertrechados con tachuelas y cazadoras de cuero, Obús fue punta de lanza del heavy metal español de principios de los ochenta. Acababa de dimitir Adolfo Suárez como presidente del gobierno cuando la banda de Fortu Sánchez debutó con su álbum Prepárate. Ahí se incluye Cállate, que denuncia la marginación a la que se sometió desde el poder al rock fuerte, luego acentuada por los Ayuntamientos del PSOE, que prefirieron financiar a los grupos pop de la Movida. La canción dice: “He escuchado en la televisión a tres tipos enterrándonos./ Dicen que era la cultura rock…/ No me calientes el coco con cuentos de ayer./ Ellos tuvieron su tiempo, y ya pasó./ Tú, cállate./ No entiendes nuestra movida, cállate”.
15. Son como hormigas, de Barón Rojo (1982)
Barón Rojo tenía dos tipos de canciones: las que reivindicaban la condición viril del rockero duro y las que leían la cartilla al gobierno. Para la historia queda ese Resistiré, brutal diatriba contra el poder. Pero aquí nos vamos a quedar con Son como hormigas, más localista, ya que se refiere a lo que pasaba en la España de la Transición: “Cuando el gobierno te manda una carta has de temblar./ Señor Ciudadano, tiene que pagar un poco más…/ ¿Cuándo los gobernantes funcionarán de un modo racional?/ Ellos, que se pasaron media vida en la Universidad”.
16. Galones de plástico, de Pánzer (1983)
Aunque ahora parezca un cuento del abuelo cebolleta, el Servicio Militar Obligatorio (que se profesionalizó en 2001) cambió la vida a muchos jóvenes españoles. Y en bastantes casos para mal. En el rock, por ejemplo, truncó la trayectoria de decenas de bandas, que veían interrumpidas sus carreras, por al menos un año, para servir a la patria. Los madrileños Pánzer, buena banda de rock duro, gritaron con rabia contra la mili en este Galones de plástico: “No hay más aplazamientos, ni prorrogas ni cuentos, te cuadras o te arresto, firmes y sin contestar…/ Te cortarán el pelo, te lavan el cerebro/ Fusiles y ordenanzas, aprendes a matar”.
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